Maduro mago ecconomía
Nicolás Maduro Jr. / Foto: EFE

El madurismo y el espiritismo

Todo el régimen, desde Hugo Chávez hasta Nicolás Maduro, ha estado envuelto en diferentes prácticas espiritistas y diabólicas, dejando a un lado los valores cristianos, manipulando de tal manera para justificar la expansión de religiones  que culturalmente no tienen ningún origen en nuestro país. Fuimos colonizados por los españoles, en consecuencia, la Iglesia Católica y la Iglesia Cristiana Evangélica son predominantes en Venezuela.

La superstición, el santerismo y la brujería son parte excepcional del desempeño, la conducta y hasta la conformación íntima de los distintos factores que convergen en el madurismo, dejándose entrever desde aquel famoso viaje para hacerse consultas con el gurú de la India conocido como el  Sai Baba, a quien consideraban la reencarnación del dios Visnú, quien tiene un concepto metafísico abstracto al ser considerado un supremo que protege de amenazas, caos y destrucciones, paradójicamente las acciones que ellos han desatado en perjuicio del pueblo venezolano.

La conducta reciente de Nicolás Maduro Jr, conocido como Nicolasito, quien recorre el país con la bandera del perdón y la espiritualidad, santificando a su padre como un hombre abnegado y sacrificado por la patria, responde eminentemente a la necesidad de manipular y comprar voluntades en la justa dimensión de mantener una fuerza política que responda a sus intereses. Espiritualmente, la religión del madurismo es la santería, teniendo una conexión poderosa con la legión espiritista de Cuba, quienes a su vez tienen su arraigo en las prácticas espirituales de los yorubas del este de África, quienes son ampliamente conocidos por la práctica de rituales donde sacrifican animales, como ofrendas para ser beneficiados con salud o poder político y económico.

La distorsión es tal que en el mes de febrero, en entrevista con el periodista Vladimir Villegas, Nicolasito respondió a la pregunta que era Dios para él: “Para mí es una energía, que se puede llamar Ra, Zeus, Odin o María Lionza en Venezuela, o sencillamente Dios o Jesús, eso es lo que se me enseñó en mi hogar y estoy dispuesto a tener comunión con todas las energías o como le llamen”. Nada más alejado de la verdad, la Iglesia Católica y la Iglesia Cristiana Evangélica, en el seno de sus autoridades y confraternidades deberán revisar bien el rol negativo que hacen al abrirle sus espacios y recibir prebendas a cambio de limpiar la imagen de quienes violan los derechos humanos de todo un país, no basta con edificar construcciones, colocar ventiladores, impermeabilizar techos, pintar paredes, a través de estas indecorosas acciones están permitiendo que el mismo Satanás entre a la iglesia de la mano del gobierno de Nicolás Maduro, olvidándose de que fue el gobierno el que convocó a un congreso mundial de espiritismo en el Campo de Carabobo, hace unos años. No obstante, la Iglesia de Dios no son paredes sino el ser humano y a cada uno de nosotros nos corresponde rechazar esta insania contra el propio Jesucristo y su amor por el pueblo.

La iglesia de Dios, en la voz del cantante René Gonzalez; “no se confunde delante de nada, solo se postra ante su presencia, y no a ofertas del que promueve el odio y la desunión, la iglesia de Dios, sana al herido, rompe cadenas, libera cautivos y sobre todo aclara la mente al que está confundido y habla verdad”.

El intento de aplicar a Nicolás de Maquiavelo.

Lo único que puede tener Nicolás Jr de Maquiavelo es el nombre, la lucha en Venezuela es política y también espiritual, Nicolás Maquiavelo, supremamente inteligente en contraposición del  madurismo, ya razono sobre la apariencia, la creencia y el engaño, y son los hilos que desarrollan en la manipulación religiosa desde el gobierno, ya decía Maquiavelo: “pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos”. Desde el PSUV intentan decorar la imagen externa del madurismo para incidir en la valoración a la hora de juzgar el desempeño político.

A lo largo de la historia del pensamiento de la teoría política pocos autores han deparado mayor controversia que Nicolás Maquiavelo, gozando de repudio generalizado en el siglo XVI, siendo su obra asociada con palabras y sentimientos que representan; actitudes perversas inmorales y crueles.

Dentro de sus teorías desarrolladas en El príncipe entre los capítulos XV y XVIII, está lo que se puede denominar como la teoría de la apariencia, centrada en un análisis del problema de la imagen del príncipe. Ya para el siglo XX, está teoría de la apariencia fue uno de los puntos de partida para la renovada apreciación de la obra de Maquiavelo, planteando la superación de antiguas oposiciones entre el bien y el mal, la verdad y la falsedad o el vicio y la virtud que desde siempre han ocupado la reflexión filosófica de la política tradicional, teniendo el régimen venezolano un acumulado gigantesco de características despreciables, le echan mano a cuanto recurso les sea posible en un intento de mitigar el rechazo popular que los sobrepasa por mucho.

Utilizar la Iglesia y la fe cristiana, solo es posible por quienes no tienen ningún temor por Dios, un conglomerado de aparentemente cristianos y pastores evangélicos han decidido naufragar al rendirles pleitesía a los adoradores de la maldad.

Más allá de las pretensiones del régimen y de quienes le hacen el favor, la inmensa mayoría del pueblo venezolano,  sigue a un Dios vivo porque resucito entre los muertos, la biblia dice; “hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero son caminos de muerte”, y no hay puente que pueda llevarnos a Dios excepto uno.

Jesucristo murió en la cruz y resucitó de la muerte, al hacerlo pagó la pena por nuestros pecados y tendió el puente entre nosotros y Dios, 1.Pedro 3; 18 Dios ha proporcionado el único camino de vuelta él, y tú debes elegir si quieres tomar ese camino.

Biblia sentencia claramente cuál es el camino para llegar a Dios, no es Ra, Zeus, Odín o María Lionza y mucho menos Nicolás Maduro y su hijo, la afrenta espiritual contra Dios es sin duda alguna la mayor locura que han experimentado en los últimos años.

Solo queda pedir la justicia de Dios, en medio de tanta maldad, y que sea piadoso con el pueblo venezolano.


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