Es un hecho que la proposición de solicitud de un Estatuto de Protección Temporal –TPS sus siglas en inglés– para los venezolanos presentes en Estados Unidos no contaría con los votos necesarios para su aprobación, a pesar del apoyo de los senadores Bob Menéndez, demócrata, y Marcos Rubio, republicano, ya que los asesores de la administración federal tomaron partido adversando la iniciativa.

Mauricio Claver-Carone,  consultor  de la Casa Blanca  en política internacional, indicó que durante este período y el próximo el gobierno de Trump no aprobaría tal procedimiento para etnia alguna. Ello influyó definitivamente en el rechazo final de este proyecto de ley intentado el pasado martes 23 de julio.

Conscientes  de la necesidad que padecen los caribeños producto de la tiranía comunista, los diputados Darren Soto y Mario Díaz-Balart arengan a sus correligionarios  bipartidistas para aprobar una ponencia en igual sentido, por razones humanitarias.

El 25 de julio con 272 votos a favor y 158 en contra queda aprobada la protección solicitada en la Cámara Baja con el apoyo de la mayoría demócrata y una suficiente minoría republicana.

Ello no significa que los beneficiarios de tal medida contarán de manera inmediata con las prerrogativas indicadas en el texto del proyecto de ley.

Aún falta un camino no menos trabajoso para su aplicación definitiva y este es lograr el asentimiento de los senadores en una mancuerna republicana-demócrata, como su posterior ejecútese de ley por parte del presidente Donald Trump, quien no se ha manifestado de viva voz.

Hasta que no se cumplan los extremos del procedimiento estipulado para la creación  de estatutos en el Congreso de la Unión, el tan ambicionado sueño de justicia social a favor de los  suramericanos pudiera bien ser rechazado o engavetado temporalmente.

Son muchas las circunstancias geopolíticas de interés y responsabilidad en el mundo para la principal economía.

Cualquier chispazo consecuencia de la diatriba cotidiana en más de cincuenta focos de conflicto podría desviar la atención de los legisladores y el centralismo.

Los venideros días son de vital importancia comunitaria. Manifestar el apoyo a esta iniciativa de republicanos y demócratas en múltiples manifestaciones de vecinos se vuelve una tarea de impostergable ejecución, pues es este el momento y no otro el que la historia pone por delante a los oriundos de Venezuela.

Permanecer sin trabas ni temores en territorio norteamericano por 18 meses con la autorización para laborar en regla para sí y el núcleo familiar es cohabitar con calidad de vida.

Muchos indican que solicitarán a sus familiares, relacionados y amigos trasladarse a la brevedad a esta nación para que los beneficie tal impulso.

Ello será en vano porque los requerimientos no benefician a todo el que aspira a saltar a Estados Unidos para aprovecharse de la solidaridad norteamericana con los pueblos que sufren a la espera de la solución del conflicto en su tierra natal.

Las exigencias para demostrar a ciencia cierta que cumple quien aspira a ser beneficiado son de variada documentación e irrefutables pruebas, conforme al texto de la ley hoy proyecto que será presentado en el pleno del Senado.

Es conveniente entrar a la página web de la  autoridad migratoria para conocer en toda su extensión en español el contenido de medidas de protección otorgadas con anterioridad desde 1990 a ciudadanos víctimas de genocidios, conflictos bélicos o desastres naturales que los obliguen a desplazarse de su hábitat natural. Como ejemplo los títulos que amparan a nicaragüenses, salvadoreños y hondurenses.

Hay quienes por razones económicas pretenden abandonar otras vías iniciadas de permanencia migratoria convencidos de que este trato está en plena vigencia por cuanto fue aprobado en el recinto de la Cámara Baja. Lamentable error, solo cuando el presidente Trump rubrique el proyecto será ley y estará vigente en la fecha que indique el párrafo de su creación.

Mientras, deben continuar el trámite para sus gestiones de estadía, previa consulta con un abogado de la especialidad, para tomar una decisión.

Viajar en estos momentos hacia el país de origen pudiera crear inconvenientes ante la autoridad encargada de regular y administrar el TPS que está en formación.

Grupos de asistencia ciudadana le indican a quienes requieren conocer el alcance y normalizaciones del tratado, así como el tiempo de duración, que la proposición de dos años renovables ha sido aplicada en el pasado, pero el legislador podría indicar diferentes lapsos y condiciones totalmente diferentes.

Es de tal magnitud la zozobra social en la cual viven los ciudadanos al extremo norte de Suramérica que en la actualidad 170.000 personas de esta etnia han aplicado para asilarse en Estados Unidos, a pesar de esperar desde la tierra de los hermanos norteños, por largos años, mejoras en la conducción de la nación.

Destaca su presencia principalmente en el sur de Estados Unidos, específicamente el estado de Florida.

Todos añoran regresar.

La medida brindaría cobijo a cerca de 500.000 venezolanos, quienes podrán aplicar aun cuando tengan otro estatus, pero beneficia directamente a 200.000.

En general, mantenerse en Estados Unidos quienes aquí se encuentran es lo más recomendable a la espera del resultado de la iniciativa bipartidista de protección.

Dentro de seis semanas regresan los senadores a sesionar; mientras, deben activarse. Contacten a sus amigos, familiares y vecinos, pídanles a estos llamar a sus senadores para solicitarles que en el pleno del Senado voten afirmativamente por el Estatuto de Protección Temporal, medida de alivio para los venezolanos.

Tomemos el relevo  de la Cámara de Representantes liderada por Mario Díaz-Balart y Darren Soto.

¡La aprobación  en el Senado ahora depende de ti, llama a tu senador!


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