En lo que te has convertido, Tarek. Es triste que le sirvas al régimen de Nicolás Maduro de perseguidor e inventor. Les facilitas las cosas para poder salirle al paso a la crisis y saltar hacia adelante.

¿Cómo eres capaz de decir que se intenta magnificar la crisis humanitaria y que vivimos en una democracia? Sin duda alguna que una rueda se le salió a la carreta en el camino, tú, que te vanaglorias de ser un acérrimo defensor de los derechos humanos.

No echaremos por tierra tu insigne trayectoria antes de que el chavismo se convirtiera en poder. En oposición parece que todo es más fácil. Después, lo que se critica termina convirtiéndose en lo que se hace. ¿Eso fue lo que te terminó pasando?

De todas formas, lo peor ha llegado desde que te convirtieron en fiscal, uno de los tantos parapetos que se inventó la asamblea nacional constituyente (así, en minúsculas), la que no va a hacer ninguna Constitución, la que ha querido hacer lo que le da la gana y justificar cuanta marramucia se le ocurre al régimen.

En eso andas, Tarek. Ahora es un espía estadounidense que quiere atacar las refinerías y provocar explosiones. Desde luego que hay presos y cómplices. Y habrá delaciones. Todo fruto de alguna mente calenturienta con la que te aliarás para hacerle ver al mundo que aquí hay democracia y Estado de Derecho, que ya sabemos es mentira.

No te creemos, Tarek. No podemos. Te vemos y no te reconocemos. El otrora poeta y luchador, defensor de los derechos humanos, convertido en protector de una dictadura. Así pasarás a la historia. Así serás señalado.


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