Desde mi etapa juvenil mi padre, Miguel Natera Muñoz, me contaba que cuando tenía 17 años, en 1905, la Cancillería le encomendó a su primo hermano Ing. Toribio Muñoz -posteriormente fue gobernador del estado Bolívar- la fijación de los límites entre Venezuela y Brasil, y lo invitó a acompañarlo. Cuando se trasladaban a la frontera, la bandera inglesa ondeaba en territorio venezolano, en el sitio Las Claritas y El Dorado, pero cuando venían de regreso la referida bandera estaba cerca de la población de Tumeremo. Ante esa situación el general Sifontes, apoyado por el general Fernández, padre de Menca de Leoni, unidos en acción militar expulsaron a los ingleses hasta la Zona en Reclamación. En honor a esa acción, a esa región se le designó por la Asamblea Legislativa del Estado como Municipio Sifontes.

Es oportuno recordar que el presidente Raúl Leoni, guayanés y conocedor de la historia de los reclamos y defensa de nuestro Territorio Esequibo, e informado de las acciones militares encabezadas por los mencionados generales Sifontes y Fernández, entre otros patriotas que expulsaron a los ingleses de zonas cercanas a Tumeremo y Las Claritas hasta la Zona en Reclamación, reactivó las acciones q reclamaban a los ingleses la legítima propiedad histórica de la región y la ilegalidad del acuerdo de 1899. Por ello, estimuló y apoyó el levantamiento de Rupununi a finales de su gobierno, el 2 de enero de 1969, que declaraba su autonomía de Inglaterra. En esa acción murieron muchos guyaneses que se enfrentaron a los ingleses y el presidente Leoni, para proteger sus vidas, asiló a sus líderes en Ciudad Bolívar. Lamentablemente, los ingleses los derrotaron por falta de apoyo venezolano y luego, para evitarse nuevos enfrentamientos, propusieron como siempre el diálogo entre Venezuela, Inglaterra y Estados Unidos. Leoni lo aceptó, a pesar de que la Asamblea Legislativa del Estado Bolívar no respaldó el referido diálogo que conllevó:

1- Inglaterra le dio la independencia a Guyana. Ello era negativo para nosotros porque el reclamo ya no era contra el imperialismo inglés, sino contra el pobre país que ellos dejaron arruinado.

2- Se firmó el Acuerdo de Ginebra el 17 de febrero de 1966, vigente actualmente y que decidió que cualquier actividad que se realizara en el territorio en reclamación sería acordada entre las partes. Ello no ha sido respetado por las autoridades guyanesas.

Cuando yo era presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Caroní, en vista de que después del alzamiento de los héroes de Rupununi y del posterior Acuerdo de Ginebra el 17 de febrero de 1966 no se realizaba ninguna otra acción de reclamo y de que durante la presidencia de Caldera también lamentablemente se firmó el Protocolo de Puerto España en Trinidad, que paralizó por 12 años cualquier acto de reclamación o de defensa entre las partes, como guayanés con la consecuente certeza de que el Esequibo es nuestro convoqué a una reunión en la sede de la Asociación de Ganaderos de Tumeremo a los alcaldes de todos los municipios del estado; a los diputados encabezados por el Dr. Morales Bello, que era su presidente y me acompañó también a presidirla; a demás personalidades representativas y empresariales de la región, con el único objetivo de repetirle al país y al mundo que el Esequibo es de Venezuela. Esa resolución fue unánimemente aplaudida y respaldada por todos los asistentes indicados, que respondieron mayoritariamente a la convocatoria.

Esa reunión tuve el honor de convocarla y presidirla.

Hasta este momento es la ÚNICA reunión masiva que se haya hecho en el país, promoviendo nuestra decisión de que el Esequibo es nuestro. En esa reunión el fotógrafo guyanés hizo varias tomas y el gobierno de su país protestó a la Cancillería nuestra violación del Acuerdo de Ginebra y del referido Protocolo de Puerto España, por nosotros realizar acciones que violaban los términos de los referidos acuerdos.

En resumen:

¡El Esequibo es nuestro!

Debemos realizar las acciones más convenientes para garantizar y hacer respetar la soberanía del territorio venezolano expuestas en nuestra Constitución.


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