Es bueno tocar este tema, porque a la cúpula del PSUV le encanta servirse de cualquier cosa para hacerse la víctima; es la escuela cubana en su máxima expresión, todo lo que les pasa es culpa de las malvadas sanciones y del nefasto imperialismo de Estados Unidos y sus aliados, en este caso europeos. Pero resulta que el avión de Conviasa que iba a llevar a la vicepresidenta a La Haya no cumplía con ciertas condiciones de seguridad, por eso no se le permitió el viaje.

Por supuesto que parte de la actuación de la vicepresidenta era precisamente para quejarse de que por las “sanciones criminales” no había podido cumplir con su compromiso, y lo que es peor, ejercer la debida defensa de su gobierno ante la oficina del fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan.

«Venezuela eleva su más enérgica protesta contra el gobierno del reino de los Países Bajos por esta afrenta ilícita, ilegal, que viola todo el ordenamiento jurídico internacional», expresó indignada Delcy Rodríguez en una rueda de prensa. Pero debe saber que hay protocolos que cumplir y que el resto del mundo no se pone rodilla en tierra cada vez que un jerarca del madurismo alce la voz y quiera hacer lo que le dé la gana, como es su costumbre en el territorio nacional (recordemos nada más lo sucedido en Barinas).

Un portavoz del Ministerio de Exteriores de los Países Bajos lo dejó en claro: solo se trató de “asuntos pendientes sobre la autorización de seguridad”, que no tienen relación alguna con las sanciones a la vicepresidenta y otros funcionarios del gobierno chavista por violaciones de los derechos humanos impuestas en 2018, y que le impedirían viajar a la Unión Europea. Más bien en esos casos, indicó, han hecho excepciones para que los funcionarios puedan asistir a sus reuniones con la CPI, por lo que el drama que hizo frente al público la funcionaria fue solo eso, un acto.

Entonces, nadie le está impidiendo que ejerza su “defensa” ante la CPI por la investigación que abrió la Fiscalía dirigida por Karim Khan. No se trató de «una estratagema del Reino de los Países Bajos», como acusó este lunes. Lo que sucede, repetimos, es que tienen que someterse a las regulaciones aeronáuticas internacionales, en este caso concreto de los Países Bajos. Una nación que ya tiene reina, Delcy.

Así que no le sirvió de nada el teatro. Y además, la molestia, más que un sentimiento de solidaridad, hizo que algunos recordaran en las redes sociales el episodio de España y que otros se aventuraran a decir que lo que quería, con la excusa de la defensa ante la CPI, era hacer unas compritas navideñas.

Lo que sí es bueno es que los personeros del gobierno chavista dejen de echarle la culpa de todo lo malo a las sanciones, porque esta no es la primera vez que se les cae la careta. Aquí en Venezuela, los responsables de la debacle nacional están bien identificados desde hace dos décadas y no son precisamente los países que solidariamente han tomado medidas en contra de los que se dedican a violar los derechos de todos los ciudadanos.

 


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