Las nuevas generaciones de empleados, especialmente los millennials y los de mayor edad de la Generación X (1994-2010), han cambiado el concepto tradicional de lo que es el salario. No es que no les interese el dinero, solo que hoy en día a los trabajadores no les mueve el aliciente puramente económico, sino una combinación de beneficios que cubran sus intereses y necesidades.

Entonces, ¿qué motiva a los trabajadores en estos tiempos? Medidas laborales más flexibles, reconocimiento y valoración y autonomía y responsabilidad. Ese interés en beneficios no monetarios ha llevado a implementar otros estilos de gerencia, donde tiene cabida lo que se conoce como “salario emocional”, que no se limita al sueldo monetario que reciben los trabajadores. Aquí la motivación desempeña un papel clave a la hora de gestionar el talento en las compañías.

El salario emocional, el cual engloba todos los beneficios que el trabajador recibe como contraprestación por su trabajo, si bien no puede medirse fácilmente en términos económicos, le reportan una satisfacción al empleado que fortalece su vínculo con la empresa.

Este tipo de retribución tiene mucho que ver con el ambiente de trabajo, la relación con los superiores, con las medidas de conciliación y la flexibilidad, las políticas de igualdad, planes de reconocimiento, la formación y gestión de la carrera profesional, entre tantos otros.Y la aplicación de estos beneficios tiene, sin duda, un impacto positivo en los resultados empresariales.

Para una compañía no es positivo que sus trabajadores no se sientan parte de ella y que su influencia en sus empleados aporte más malestar que felicidad por el hecho de estar en ella. Por eso es importante que las empresas sean conscientes de lo importante que es lograr sacar lo mejor del personal.

Entre los beneficios de cuidar el salario emocional destacan: índices de rotación del personal más bajos, reducción de inversión en cuanto a selección, formación y administración del personal debido a la buena imagen de la empresa, minimización del absentismo y personas felices en el equipo con una productividad y competencia óptima

De hecho, según las investigaciones de los últimos años, cuando una compañía apoya a sus empleados los convierte en verdaderos agentes del cambio en su cultura, situando su éxito como prioridad en su vida.

IEBS Business School reseña en su portal datos de la empresa estadounidense de análisis y asesoría Gallup que resultan muy reveladores: “El compromiso por parte de los empleados felices se traduce en 21% de aumento en sus ganancias, 17% más en su productividad y hasta 20% de crecimiento en las ventas. Además, el absentismo se reduce hasta en 41%”.

Esos resultados hablan por sí solos y evidencian cómo el salario emocional se ha convertido en un factor diferenciador. En definitiva, la utilización de una política retributiva por parte de la empresa, que incluya más beneficios para el trabajador que los puramente económicos, redundará en el incremento de situaciones ventajosas para ambas partes.

Así que el salario emocional no solo resulta beneficioso para los empleados, sino también para las compañías. Y el compromiso de ambos es mayor…

 


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