Se reinicia el diálogo en México pero con una agenda que no intenta buscar solución al sufrimiento del pueblo venezolano. Solo plantean debatir temas políticos. No les importa la feroz crisis económica que no permite a la gente menos pudiente adquirir una canasta básica por la pérdida del poder adquisitivo.
Este diálogo seguirá siendo una oferta engañosa mientras no estén incluidos dentro de la agenda los problemas más críticos que actualmente padecen todos los hogares venezolanos.
La hiperinflación aniquiló la moneda nacional y ahora se impone una divisa que sigue en alza destruyendo el poder de compra, y es que los sueldos y pensiones siguen siendo miserables y los precios de los artículos de la canasta básica se calculan en moneda estadounidense.
Le recuerdo al Estado que los servicios básicos como el agua y la energía eléctrica siguen siendo ineficientes, también que el sistema sanitario no cuenta con hospitales que reúnan las condiciones para prestar un buen servicio, lo que coloca en riesgo la salud y la vida de los más vulnerables, como son los pacientes crónicos que no pueden cumplir con su tratamiento. Toda esta realidad lo que demuestra es que no todos somos iguales ante la ley, como lo establece nuestra Constitución.
Antes de concluir quiero insistir en una amnistía para los presos políticos, quienes han sido víctimas de una justicia penal politizada.