Esta vez no ha salido una estantería de políticos en alquiler que, como en la piñata de una fiesta, están esperando cada elección para ver qué les cae cuando esta se rompa.

Esta vez no hemos salido opositores incómodos al gobierno, así como empresarios de Fedecámaras, gremios, iglesias. Todos hemos salido a respaldar una iniciativa del gobierno, pero que no pertenece al gobierno. Hemos salido todos a hacer campaña con nuestros recursos, con nuestro dinero y medios para pedirle a la gente que vote masivamente para enviar un mensaje a nuestro enemigo: Guyana.

Guyana no es víctima, como ha pretendido presentarse ante la OEA y la CIJ. Guyana está violando el Acuerdo de Ginebra y explotando un territorio en disputa cuyo propietario es Venezuela, reconocido así por Estados Unidos en voz del presidente Cleveland en 1875.

Lo más significativo es que pudimos discutir ideas con altos personeros del PSUV. Qué satisfactorio fue ver a autoridades del gobierno reunidas con personajes de la oposición, donde cada uno daba sus argumentos sobre la posición de Venezuela en la disputa. Qué bueno fue ver respeto y dignidad en cada una de las partes, sentándose con diferencias ideológicas pero con el fin de la patria. Todo este ejercicio ha sido un espectáculo excelente, alejado de las mesas de diálogo donde el gobierno halaga a la oposición y está al gobierno como un teatro mal montado. El Esequibo ha sido una mesa de diálogo franca, verdadera, para mí la más importante y grande mesa de diálogo convocada en Venezuela.

Fue satisfactorio ver a los rectores del CNE recibir a la oposición, a empresarios, a gremios. ¡Qué mensaje tan grande se le envió al país!

El 3 de diciembre, la votación será masiva y la abstención será baja. Pero esa no será una votación solo sobre el Esequibo, sino sobre la política que el país quiere que se practique. Será un reconocimiento tácito a que los políticos se unan por causas de la gente y no de sus partidos. La gente no sigue casas, sino causas. Nada será igual. Al día siguiente, nada será igual.

Los extremistas violentos quedarán heridos de muerte. Ganará quien busque la cordialidad cívica, el respeto y la concordia. Que podamos dirimir nuestras diferencias pero sin insultos. No habrá espacios para los extremos. Todos hemos llamado a votar a favor del referéndum, incluyendo a opositores, empresarios de Fedecámaras y gremios.

Ahora  el lema no puede ser «Venezuela es de todos», sino «Venezuela es CON TODOS», incluso aquellos que no somos financiados por el gobierno. No tiene sentido tener una oposición financiada por el gobierno.

«Venezuela es CON TODOS», incluso aquellos que no somos financiados por el gobierno. No tiene sentido tener una oposición financiada por el gobierno. Al día siguiente, deberíamos construir un país alejado de los extremistas tanto del gobierno como de la oposición, que tanto daño hicieron en el pasado.

Lo bueno será que todos hemos enviado un mensaje. Podemos ser antisocialistas, anti gobierno, pero no podemos ser traidores a la patria.


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