Sputnik V

Es demasiada tragedia a la vez. La noticia de que un anciano murió en la cola para ponerse la vacuna Sputnik V debe dar la vuelta al mundo, porque hace evidente el desastre que tiene el gobierno de Nicolás Maduro con la inmunización en contra del covid-19. Ese venezolano tenía la esperanza de poder contar con una protección frente a la fatal enfermedad, pero es obvio que estaba desasistido en otras áreas.

Y eso que estaba en la capital de la República. Lo que están sufriendo los venezolanos de la tercera edad en el interior del país debe ser terrible. En Caracas medianamente se consiguen medicamentos y si tienen familiares puede que les den algo de alimentación balanceada. Pero en otros pueblos y ciudades la cosa es completamente diferente.

Por eso es que cuando el ministro chavista Carlos Alvarado anuncia que los vacunados con la primera dosis de la Sputnik pueden acercarse sin previa cita a los centros dispuestos en Caracas, La Guaira, Miranda y Aragua para recibir la segunda, nadie sabe si creerle. Muchos han hecho caso de esto y cuando se dirigen al lugar que les queda más cerca los rechazan. Como consecuencia, más de un anciano se quedará sin la inmunización completa.

Este despelote es lo que ha caracterizado los “planes” de vacunación aplicados por la gestión de Maduro en detrimento de la salud de la población. Hay centros en la capital en los que pusieron la primera dosis de la Sputnik y no les ha llegado la segunda. ¿Por qué los que se vacunaron allí no pueden tener su inmunización asegurada?

No sirve de nada que desde la misma Rusia anuncien el envío de las segundas dosis -que han debido llegar al país mucho antes- si la distribución es irregular y el personal de los centros es libre de inventar sus propias reglas. Al final, los perjudicados son los ciudadanos de la tercera edad, precisamente los que más cuidados necesitan.

Pero el plan de inmunización contra el covid-19 ha sido así de desordenado desde el principio. No se sabe a ciencia cierta qué porcentaje de la población recibió la pauta completa. Ahora que insisten en el retorno a clases los riesgos serán mayores, pero eso parece que no es tema de preocupación en Miraflores, donde sí les quita el sueño que les hayan negado el acceso a los millones de euros de la CVG.

Lo que en definitiva quiere la población es protegerse del virus mortal. Los venezolanos se merecen un gobierno que realmente les garantice el derecho a la salud y a la vida. A estas alturas ya no importa quién organice el programa de vacunación, sino que sea eficiente.

 


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