En los primeros siglos de Venezuela, la agricultura se fue desarrollando de manera progresiva y los cultivos que tuvieron mayor difusión fueron el cacao, tabaco, algodón, maíz, añil y la caña de azúcar.

En esta ocasión vamos a tratar el tema sobre cultivo del añil que es una planta cuyo nombre oficial es “Indigoferea tintorea”, de la cual se extrae un tinte de color azul.

Su uso data de muchísimos siglos atrás, ya que las civilizaciones griega, egipcia y romana lo utilizaban y en el caso del “Nuevo Mundo”, esta planta se encontraba de manera silvestre y la historia en este continente la podemos dividir en dos partes: una ubicada en América del Norte donde tuvo gran difusión, sobre todo al sur de la costa este de lo que hoy es Estados Unidos; en Carolina del Sur (1), donde el añil en conjunto con el arroz, la convirtieron en la más rica de las trece colonias británicas y tanto fue la prosperidad en dicha zona, que sus habitantes catalogaban al añil como el “Oro Azul”.

La otra parte de esta historia se encuentra en la América española, donde el añil se produjo de forma comercial en la Nueva España y muy especialmente en Guatemala, que era considerado el lugar que poseía el añil  de mejor calidad.

En el caso de la Provincia de Venezuela, hay que decir que los que han estudiado el caso afirman que la variedad silvestre y autóctona de la zona (no producía tinta) y que no es sino en el período comprendido en la década de 1770 cuando este producto es comercializado.

La historia del añil en nuestro territorio se inicia entonces cuando don Antonio Arbide (de origen vasco) decide traer semillas de esta planta desde Guatemala y con la ayuda del sacerdote Pablo de Orendain (de origen francés) que tenía conocimientos en esa materia y realizan la primera siembra de estas en La Victoria, donde por cierto no les fue muy bien y por ello deciden mudarse y sembrar en “Guei” y “Tapatapa” (2), jurisdicción de Maracay donde sí tienen éxito y de allí en adelante este cultivo se propagó desde Maracay hasta la zona de Barinas.(3). Y también se reporta que en las riberas del lago de Valencia, Alonso Tomás Escobar sembró añil en tierras que eran propiedad de Tomás de Sandoval.

Este impulso inicial al que se le fueron sumando más agricultores españoles contó con el respaldo del gobernador de la provincia, don José Carlos de Agüero, quien emitió reglamentación al respecto, lo cual iremos analizando en las próximas entregas.

Bibliografía

1-Quackenbons, G.P., Historia Ilustrada de los Estados Unidos, 1866, Nueva York, D. Appleton & Ca, Broadway 443-445. P. 190

2-Zubirí, M.T., Algunos productos básicos de la agricultura venezolana en el Siglo XVIII: Añil, Cacao, y Tabaco, 1997, Universidad de Barcelona, p. 123.

3-Langue, Féderique, “El añil en la historia de Venezuela”, Revista de Indias, Volumen 68- Número 214, (1998): 637-653.

 


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