Habló el Fondo Monetario Internacional. El repunte de la pandemia, con sus negativas consecuencias en el devenir económico, se ha hecho sentir con especial fuerza en la región latinoamericana. Al parecer, las expectativas de mejora de la golpeada economía indican que esta no se recuperará tan rápido como esperaban los analistas. Las proyecciones se caen.

De acuerdo con el informe del organismo multilateral, tal proyección fue el resultado de la rebaja de medio punto para alcanzar 4,4% del índice de crecimiento global. Y ello se originó por el descenso en los pronósticos de las dos mayores economías del mundo: Estados Unidos y China, con 1,2 puntos menos y 8,8 puntos menos, respectivamente.

A ello se añade el proceso de presión inflacionaria por el cual atraviesa el mundo, especialmente la nación norteamericana, así como la crisis que se ha presentado en el mercado de la vivienda en el gigante asiático.

Problemas de suministro, elevada inflación, deuda récord e incertidumbre persistente son algunos de los elementos que me mezclan para hacer que el crecimiento se ralentice. Estos datos fueron aportados por Gina Gopinath, economista jefe del FMI, al presentar la actualización del informe “Perspectivas económicas globales”.

El multilateral prevé que para 2023 el mundo registre un alza del PIB de 3,8%, cifra que se mantendría aproximadamente similar a la proyección de octubre pasado. No obstante, ese crecimiento vendrá determinado por el incremento en los índices de vacunación y la eficacia de los medicamentos contra la enfermedad.

En lo que respecta a la economía estadounidense, este indicador se ajustó 1,2 puntos hacia la baja, ubicándolo en 4%. El impacto de la inflación, el retiro de las medidas de estímulo monetario y la escasez de productos por los problemas en la cadena de suministros.

A lo anterior se suma la no aprobación, por parte del Senado norteamericano, del plan Biden llamado “Build Back Better” (Reconstruir mejor), que contemplaba un importante gasto social y contra el cambio climático, lo que impactará el devenir económico de Estados Unidos.

En lo que respecta a China, la crisis de su mercado inmobiliario, la persistencia en las importantes restricciones consecuencia de la pandemia, así como la política de “tolerancia cero” con la covid-19, fueron los elementos tomados en cuenta por el FMI para bajar en 0,8 puntos las expectativas de crecimiento de ese país, ubicando la proyección de crecimiento en 4,8%.

Sin duda alguna, a la economía mundial le quedan importantes baches que superar. 2022 se vaticina como un periodo pleno de obstáculos y retos.

 


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