El panorama de los meses que faltan para finalizar 2020 no es muy alentador. Cuando el mundo ya está aprendiendo a vivir con el covid-19 y lentamente vuelve a la normalidad, los venezolanos no tienen ni idea de la verdadera magnitud de la pandemia en el país.
Una vez más, la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales le habló claro al país, cosa que no hacen los del régimen. Y lo hacen sobre la base de sus estudios y con total responsabilidad porque saben que se trata de la vida de muchos venezolanos. Alertan de un subregistro de aproximadamente 7.000 contagios.
Esta es la prueba indudable de que los del régimen están más interesados en agarrarse al poder que en la vida de los venezolanos y la recuperación del país. Porque el covid fue la gota que derramó el vaso. Ya el sector productivo del país estaba paralizado, pero las medidas que han tomado los rojitos aseguran que será muy difícil levantarlo.
Si la academia afirma que para los últimos meses habrá aproximadamente 14.000 contagios por día, eso quiere decir que la curva de la pandemia en el país apenas comienza. A esta terrible realidad se le suma que desde hace meses los centros de salud privados y públicos no se dan abasto para atender a los enfermos.
Hay que insistir, por más que el régimen mienta y diga que en que en el Poliedro existen todas las condiciones para atender a los enfermos, que los hospitales centinelas están en capacidad de tratar a los contagiados y que están asegurados los medicamentos y la comida, los números dicen otra cosa muy diferente.
La exigencia que hace la academia debe ser apoyada por todos los sectores del país. Hay que hacer que el régimen reparta y realice más pruebas de diagnóstico (los expertos recomiendan 8.000 diarias) para poder saber a qué nos enfrentamos. No puede ser que en Venezuela salvarse del covid-19 sea cuestión de suerte.
Aunque hay que reconocer que el debate político es muy importante para tratar de poner fin a esta pesadilla, la verdad es que mientras tanto la negligencia y la ineficiencia de los rojitos son el mayor peligro que están enfrentando los venezolanos.