Nadie se lo esperó. El Covid-19 llegó en silencio y comenzó a propagarse desde Wuhan, una de las capitales de provincia más pobladas del centro de China. Las primeras noticias sobre contagios llegaron a finales de diciembre y hoy -dos meses y medio después- ejecutivos de Wall Street trabajan desde su casa, el Dow Jones se desploma a diario y las principales rutas comerciales del planeta se han visto afectadas. Con seguridad la pandemia del coronavirus pasará, pero los estragos que está dejando a su paso en la economía global se asemejan a los de la crisis financiera de 2008.

Las propagaciones de virus no son fenómenos de la era moderna, las pestes -como se les conoce históricamente- han acompañado a la humanidad a lo largo de su existencia. Muchas aparecen y desaparecen, otras son controladas con los adelantos de la ciencia, pero todas dejan huellas.

El coronavirus, que tiene una tasa de decesos de 2%, posee además un poder de desestabilización de las percepciones que afecta sobremanera a las economías, lo que se evidencia en los indicadores. Ejemplo de ello son los últimos datos de la Oficina Nacional de Estadísticas de China (ONE), los cuales muestran que el índice de gestores de compras (Purchasing Managers’ Index, PMI), indicador de referencia del sector, se desplomó 14,3 puntos hasta los 35,7 puntos, luego de haber alcanzado los 50 puntos en enero de 2020. Esto ha significado una caída récord hasta ahora solo vista durante la crisis financiera de 2008.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) redujo hace pocos días sus cálculos de crecimiento global para este año en medio punto porcentual al ubicarlo en 2,4%. La razón que ha esgrimido es el impacto de la enfermedad.

El Fondo Monetario Internacional, por su parte, anunció esta semana que se están produciendo mecanismos de respuesta coordinada para evitar la expansión de virus, pero que de cualquier manera la tasa de crecimiento económico se verá afectada y que la economía global caerá por debajo de 2,9%.

La Fed redujo las tasas en ½ punto porcentual, pero esa medida tampoco ha calmado los mercados, lo que conduce a pensar que existe la posibilidad de que pudiera hacer otro recorte al bono del tesoro americano por primera vez  en 10 años, el cual está por debajo del 1%.

Las informaciones de prensa que han llegado desde Asia confirman el cierre las principales rutas comerciales entre China y Europa y entre China y América del Norte, lo que  interrumpe toda la cadena logística mundial de distribución de productos.

Un informe de la firma Consejo Marítimo Internacional del Báltico señaló que muchos de los productores de bienes en contenedores han detenido la producción o están produciendo a niveles más bajos. Además, indicó que el transporte terrestre de contenedores en el interior de China se encuentra en una “gran escasez de mano de obra. La evidencia sugiere que, en algunas provincias, menos de 30% de los camioneros se han presentado a trabajar”.

En Wall Street la situación ha llevado a que los grandes bancos activen mecanismos de emergencia y parte de los equipos están trabajando desde su casa. Esta medida no solo busca preservar al personal del contagio, sino también proteger las operaciones de mercado que podrían verse afectadas si los equipos de cada división se enferman.

El coronovirus llegó como un imponderable a desestabilizar la economía mundial, a bajarle las santamarías a la llamada gran fábrica mundial: China. Sus consecuencias aún están por verse; así como la capacidad que tendrán los mercados del mundo en recuperarse.


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