China ha ido ocupando silenciosamente un lugar cada vez más extenso en los países. Todo parece indicar que su estrategia les está haciendo convertirse en un imperio global: los amos del mundo. Vivimos tiempos en los que la gente está dividida por culpa de ideologías y asuntos superfluos que las mantienen distraídas y librando enfrentamientos, mientras un poderoso gigante aumenta su poder.

China tiene presencia policial, tecnológica y económica en casi todas partes. Son los referentes del comunismo, pero producen y comercializan la mercancía que consumen las naciones capitalistas. Son como una especie de trampantojo económico.

Incluso en lugares como Venezuela, los Intereses económicos de China han hecho cuesta arriba que otra nación o superpotencia pueda ayudar a los venezolanos a recuperar su libertad. El gigante asiático protege a sus intereses y a sus afectos.

Un ejemplo de la presencia del país asiático en el mundo es que en Nueva York y en Canadá tienen comisarías policiales chinas, al igual que en otras naciones. Están ocupando un papel cada vez más grande en todas partes, y es muy poco probable que esta situación cambie.

Todo parece indicar que hay un plan trazado para expandir el poder de esa nación. Incluso la pandemia lejos de mermar su poderío, les abrió las puertas para seguir haciendo nuevos negocios. En China también son los amos de la mercancía Low Cost. Muchas de las imitaciones de prendas de vestir y electrodomésticos vienen de ahí. Además, drogas como el fentanilo tuvieron su origen en China.

En este tiempo globalizado en el que todos estamos conectados por un teléfono pero alejados del contacto directo; la sociedad parece estar dando un viraje hacia lo incierto; grandes corporaciones tienen el control de casi todo. Guerras pandemias y conflictos circundar a un mundo dominado por intereses que aún no alcanzamos a entender en su totalidad y en el que China parece tener un papel protagónico.

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