Ahora que el mundo está descubriendo el tipo de régimen que gobierna Venezuela, que la ONU y la OEA gritan a los cuatro vientos las verdades de lo que ocurre en el país, ahora es cuando se hace más palpable el cinismo de ciertos personeros rojitos.

El Diccionario de la Real Academia Española define el cinismo como “desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables”. ¿De qué otra manera se pueden calificar las declaraciones del ex encargado de comunicaciones del régimen sobre el simulacro de elecciones del 6 de diciembre?

“Estas serán una de las elecciones más competitivas del país, por la cantidad de postulados, hay más de 107 partidos, más de 14.000 candidatos ya inscritos y eso es garantía de coordinación. Dudo que haya un proceso electoral en algún país del mundo que supere las expectativas”, dijo con el mayor desparpajo posible, sin vergüenza alguna, este personaje especialista en manipulación del mensaje.

Y que nadie empiece a decir que está asustado, que se siente arrinconado, pues el mundo libre rechaza esos comicios rojitos.

Por eso hay que sumarle a la lista de crímenes de los que son culpables los líderes del régimen el cinismo con el que le mienten a los venezolanos todos los días. En el caso de este ministro, es su especialidad. ¿Cuáles son esos 104 partidos? Los de maletín que ellos han inscrito como si sacaran los militantes de una venta de rifa. ¿De dónde salieron esos 14.000 candidatos? Además de los integrantes de la cúpula que se reciclan como papeles sucios, un montón de tarifados que saben aplaudir como focas por unos cuantos reales.

Y para que más le duela al venezolano que no tiene ni qué comer, el experto en malas comunicaciones afirma que todo esto forma parte de los acuerdos con la oposición que “han abierto un gran camino para la paz y la estabilidad”. Mayor cinismo imposible. Si no, que le respondan los miles de venezolanos que protestan diariamente en las calles. Y no se ha prendido nada porque no hay gasolina.


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