Aunque será gradual, más de 70 países entendieron que el carbón en la generación de electricidad es el elemento más contaminante del medio ambiente.

El carbón “calienta” el planeta. Y ahora se pretende limitar el alza de las temperaturas a final de siglo a 1,5 ºC respecto a los valores preindustriales para evitar mayores desastres ambientales producto de la elevación de la temperatura.

En el transcurso de la COP -que continúa deliberando sobre otros temas- se pudo lograr consenso en que 28 Gobiernos se sumaron al grupo de Estados comprometidos con la eliminación paulatina del carbón de su mix energético. Ya son, entonces, 165 estados que retirarán de su economía la producción (generación) eléctrica utilizando carbón. COP es “Conferencia de las Partes”, 197 naciones reunidas en el marco de la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en una reunión celebrada en 1992 y que continúa buscando soluciones al cambio climático y al uso de combustibles fósiles.

Utilizar carbón para electricidad siempre fue más barato por los costos de extracción del carbón, pero a la larga su efecto contaminante puso en jaque al planeta. De manera que resta ir reduciendo la generación de energía vía fósil (petróleo) y definitivamente atacar la producción de carbón y estimular renovables, utilizando de momento por los próximos años al gas natural como “transición” entre fósiles y renovables. La apuesta mayor debe ser sin duda generar electricidad vía solar y eólica (renovables).

23 países ya se comprometieron a no construir ninguna planta eléctrica que genere vía carbón. Ese bloque de países es ya de 42, por ejemplo Singapur, Ucrania, Estonia o Eslovenia sumado a otros países, ciudades, regiones y entidades que miran el futuro desde hoy sin carbón y acelerando la transición energética.

Gigantescos bancos también se comprometieron a no financiar plantas eléctricas de carbón, como HSBC, Lloyds Bank, SCOR Global Investments, entre otras (según entendidos los activos de esas financieras pueden llegar a 17 billones de dólares). Muy importante el compromiso de estados, de ciudades, de regiones y de bancos y empresas privadas.

Eliminando el carbón de la ecuación económica se reducirán los GEI, naturalmente cuidando que ese nuevo modelo no afecte al mundo laboral, a las personas y familias. Son, como siempre dijimos, equilibrios completos que se deben hacer para mejorar el planeta. Por otro lado está comprobado que la industria de energía renovable (solar, eólica) es generadora de trabajos, de manera que los bolsones de desocupados de la industria del carbón -con entrenamiento- pueden ser absorbidos por la economía de las renovables. Si bien no es un efecto inmediato ni automático se está buscando soluciones a esos equilibrios.

Aplaudo a la India que se comprometió a  lograr cero emisiones de GEI gases de efecto invernadero (producto de generar energía vía fósil) para 2070 y que triplicará sus fuentes de energía renovable para 2030. Si Dios quiere el 2070 tendré 98 años y podré ver ese compromiso. Aunque soy más positivo aún: creo que en tanto avance más la tecnología habrá mejores y nuevos compromisos para generar energía limpia, cero carbón y fósiles mucho antes de 2070. Adicionalmente esperaré que la tecnología logre ampliar la vida de los seres humanos para «ver» esos acuerdos.

La generación de electricidad con hidrocarburos es responsable de 25 % de emisiones de CO2.

China el gran contaminador vía industria eléctrica del carbón ni siquiera mandó a su Premier a la cumbre. El mensaje que dan es muy claro: cero compromiso. Aunque anteriormente se «comprometieron» a no invertir más en plantas de carbón y a alcanzar el cero emisiones antes de 2060, resta saber cómo lo harán y principalmente quién hará el seguimiento y fiscalización en el cumplimiento de esos «acuerdos».

En Europa Polonia extrae el equivalente al 96 % de carbón para generación eléctrica. Y sólo promete dejarlo en 2049, dado que su industria eléctrica no está modernizada, es obsoleta y no tiene la inversión para reemplazarla con renovables. Polonia está lejos, entonces, de cumplir los acuerdos mínimos.

La COP destaca por su nuevo enfoque que se le dará a los Fondos de Inversión Climática (CIF) que financiarán programas en India, Indonesia, Filipinas y Sudáfrica como receptores de multimillonarios programa para impulsar, estimular y acelerar su transición del carbón a energía limpia.

El sistema de Naciones Unidas debería tener un organismo permanente especializado, remozado, técnico y al mando de seguimiento de políticas y acuerdos de COP sobre reducción de uso de fósiles y estímulo a renovables, una especie de Secretariado Ejecutivo de Energía, cuyo primer secretario debería ser -al menos así considero- el expresidente de México Felipe Calderón, absolutamente activo, proactivo y comprometido con energías renovables, la reducción de uso de fósiles y el cuidado del ambiente. Éste organismo técnico político es necesario para que de forma permanente se vigile el comportamiento de los estados y la ejecución real de acuerdos. No es más burocracia internacional es una oficina específica a cargo de controlar y hacer el seguimiento a acuerdos en el marco de la revolución energética. Porque estamos viviendo una verdadera revolución de la energía, de fósiles a renovables que incidirá en el medio ambiente y en la economía. De forma favorable.

Otro elemento importante, además de reducir la perniciosa industria del carbón, es que los firmantes de acuerdos COP se comprometen a no financiar con dinero público a plantas de generación fósil.

Reino Unido, anfitrión de la cumbre climática de la ONU, COP26, prometió “el fin de la era del carbón”.

Vamos a estar vigilantes y desde cualquier trinchera a seguir informando, debatiendo y coloquiando de la importancia de la energía renovable en la matriz económica de un país y para el medio ambiente.

@BorisSGomezU

 


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