Relacionar el capital social con los partidos políticos en Venezuela pasa por colocarlos en sus dimensiones: social y política. En razón a que la cultura del venezolano ha permitido que los partidos políticos tengan el control de las organizaciones sociales. El déficit de ciudadanía limita el rol protagónico de las personas que esperan a que otros hagan por ellos. Entonces asumimos el reto de desenmarañarlos con la finalidad de dejar claro que los partidos políticos son parte del entramado social, pero que no deben ser controladores, ni dominadores del resto de las organizaciones sociales.

De allí que debemos definir al capital social como la acción de la sociedad en redes, en intercambio de saberes y en el logro de sus objetivos comunes. Es esa capacidad que tienen las comunidades desde sus iniciativas individuales enlazarse, con lo que adquieren visibilidad, reconocimiento, solidaridad…

Siempre hemos dicho que la mejor publicidad es el trabajo honesto, cuando se cumple correctamente con el cliente, cuando se presta eficientemente un servicio, cuando se rinden cuentas claras, la gente te recomienda. Ese boca a boca entre amigos, familiares o empresas relacionadas es más efectivo que cualquier publicidad. La confianza genera solidaridad y colaboración entre los miembros de las relaciones, como dice Fukuyama.

Es mucha la tinta, muy bien utilizada, en el desarrollo de ese concepto que nos lleva a establecer que esa construcción de redes sociales, no es solo Twitter, Facebook, Instagram… son también asociaciones, grupos de opinión, peñas, partidos políticos, asociaciones o corporaciones civiles, comunas, consejos comunales…. cuya relación redunda en beneficios, riqueza, capital humano, fortalecimiento espiritual y moral, como lo diseña Pierre Bourdieu.

Entonces son las organizaciones privadas que accionan entrelazados para obtener mejores y mayores beneficios particulares, lo cual incide en lo público, ya que se logran escuelas, mejorar las calles, alumbrado, pavimentación, centros de salud…

Es allí cuando entramos en lo político, cuando la acción ciudadana se concreta en obras, programas, proyectos… es esa presión social organizada y libre la que obtiene logros comunes. Muchos de nosotros nos hemos relacionado con partidos políticos, teniendo una dualidad de rol: trabajas por tu comunidad y quieres el poder, lo cual es válido y natural.

Pero lo que no puede ocurrir es que la organización política controle y decida cuáles son las necesidades de la comunidad. Los partidos constituyen una institución más del entramado social, donde sus miembros comparten una ideología, un proyecto y unas estrategias para obtener poder político. Por lo tanto, las acciones de control y dominio de los partidos políticos sobre el resto de las instituciones u organizaciones son dañinas y perjudiciales a la democracia.

Desde que comenzó la democracia en Venezuela los partidos políticos de otrora, Acción Democrática y Copei, controlaron las organizaciones: asociaciones de vecinos, gremios, colegios… ahora es el Partido Socialista Unidos de Venezuela (PSUV) el que controla los consejos comunales y las comunas, y las que no controla las destruye.

En el proceso de redemocratización del país, como el que hemos planteado a través de estos artículos, cada institución debe responder a sus objetivos, no puede existir control de una sobre otra.

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@carlotasalazar


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