1. La idea de que el caos está allí instalado y lo vemos como algo que nos pasa cerca y de vez en cuando da sus ramalazos perversos, es equivocada. Nosotros, los venezolanos de adentro y de afuera, los habitantes de ese país que se convirtió en fragmentos sueltos por el mundo, somos parte constitutiva del caos; somos sus actores y sus rehenes, al mismo tiempo.
  2. El caos no es solo una metáfora sino el magma esencial que hoy nos constituye. Un elemento básico es la destrucción de las instituciones, como a ciencia y paciencia ha hecho la banda de forajidos en el poder. Necesitaban destruir la sociedad democrática y capitalista para construir el socialismo, en el ínterin, antes de llegar al paraíso hicieron la obligatoria parada en el infierno: destruyeron sin construir, para poder dominar. La destrucción de la Fuerza Armada, Pdvsa y el Banco Central fueron episodios necesarios para fundar el nuevo poder.
  3. La Fuerza Armada hoy es en sus mandos más relevantes una pandilla de asaltantes; la industria petrolera es un amasijo de hierros retorcidos que lo único que produce es miseria; y el BCV no es más que una versión desmejorada de la Imprenta Nacional porque ni siquiera es capaz de producir suficiente basura impresa en forma de billetes.
  4. La sociedad, esa que representaba una ciudadanía orgullosa de sí misma con una clara aspiración a ser parte de la clase media o a continuar en ella, se halla a trompicones en las calles, pateada por el régimen y por sus hordas enfurecidas y violentas, en medio del crecimiento de bandas criminales de seres jovencísimos que tienen la muerte como objetivo y destino.
  5. Para añadir ácido muriático a la herida, se viene el covid-19 como séquito de algo que no lo necesitaba para ser tragedia, convirtiéndola en tragedia al cuadrado. No se sabe cuánto ha afectado o va a afectar a los habitantes; pero lo que sí se sabe es que les coloca un nuevo e insalvable dilema: o más muerte o más hambre.
  6. La oposición al régimen también está constituida por el caos y dentro de este se mueve y lo promueve. Mentir se le ha hecho costumbre y ser lo que no es y no ser lo que es como en un carrusel de sinuosidades se le ha hecho parte de su código genético: no hay diálogo y sí hay diálogo; el cese de la usurpación se transformó en el cese del cese de la usurpación; se desconoce la Asamblea-Parra y la constituyente-Cabello y de repente se entienden con estas para ponerle fin a… ellos. Se promueven las sanciones por parte de Estados Unidos y los representantes de Estados Unidos plantean formar un gobierno con unos cuantos de sus sancionados si se ponen buenos.
  7. Si no se entiende esta dinámica caótica no se podrá navegarla. Los dirigentes deben comprender que no pueden dirigir como si estuvieran en una sociedad organizada sino en una curiara que desciende por la turbulencia y apenas pueden evitar los peñascos del torrente camino a la catarata.
  8. Lo único sabio es pensar diferente. No sabemos lo que hay que saber y lo que sabemos no nos sirve. Atreverse a descubrir nuevos caminos es la orden del día.

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