Pablo Casado

Debemos empezar recordando que el Partido Popular es un partido que se fundó en 1989 bajo la restructuración de varios partidos de centro y de derecha, que se unieron para llevar su modelo democrático a las cortes generales. Empezó siendo una alianza y se constituyó como el partido de las “personas”. Según sus estatutos de 2017, se entiende como persona al “verdadero actor del cambio social… mediante su capacidad de superación y de toma de decisiones racionales y responsables en libertad”.

Saco a relucir esto porque si entendemos de dónde viene el Partido Popular actual, entenderemos hacia dónde vamos. Es imprescindible entender que este es un partido con corrientes de pensamiento muy amplias, desde el centro hasta la derecha, y justamente estas líneas de pensamiento van cambiando las estrategias en torno a las necesidades de las “personas”. Si las prioridades del ciudadano van cambiando, el Partido Popular debe rotar hacia donde las necesidades de los ciudadanos van. Esto hace que sea un partido ágil y versátil, que entiende el momento y se prepara para que el accionar político sea acorde con las necesidades de todos.

Es por todas estas razones que vemos un cambio de rumbo; no es un cambio de pensamiento o de ideología, es un viraje hacia la necesidad del ciudadano de hoy porque, lamentablemente, la España de hoy no es la misma España de enero. Creo que ningún país o persona lo es. La situación mundial ocasionada por el COVID-19 ha cambiado el rumbo del planeta y es por esto que hay que preguntarse: si cambia el mundo y cambiamos los ciudadanos, ¿cómo no iba a cambiar el partido?

Esta nueva ruta que se nos presenta va acorde con lo que somos hoy y demuestra la capacidad de resiliencia y de agilidad que este partido tiene.

Lamento que hayamos tenido que vivir el cambio de vocería en el Congreso, porque estimo que Cayetana Álvarez de Toledo tiene uno de los discursos más llamativos de esta legislatura, seguido de un gran conocimiento e inteligencia; pero este cambio tiene su objetivo y es dar al ciudadano lo que pide. Este no es el momento de dividirnos como sociedad, ni llevar al extremo nuestros discursos, es momento de ser una oposición responsable y crear puentes para viabilizar nuestro proyecto a futuro.

Viabilizar nuestro proyecto no significa apoyar al gobierno de Sánchez-Iglesias, es justamente todo lo contrario; es buscar el rescatar al país de sus manos. El destino de los partidos de izquierda los conocemos bien y no podemos apoyar gobiernos que llevan infelicidad y división a nuestro territorio. Debemos hacer todo lo posible por lograr que el país prospere, sin tener que ponernos a su altura.

Estos momentos que vivimos son para entender que el entorno ha cambiado, nosotros como partido estamos conduciendo a otro rumbo y pedimos a todos los demás partidos que nos sigan el ejemplo. No podemos seguir crispando a los ciudadanos, debemos entender que debemos superar todo esto porque el país así lo exige. Son momentos de entendimiento y de dejar los extremos podemitas y voxianos a un lado. El centro político es la respuesta a las necesidades de la gente. Pedimos al PSOE que cambie de rumbo; necesitamos el PSOE de Felipe González, no el de Rodríguez Zapatero, que grandes estragos ha ocasionado a España, a Venezuela y a toda Iberoamérica.

Si somos resilientes y entendemos el entorno, estamos de acuerdo con el cambio dado por nuestro gran presidente y líder, Pablo Casado.


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