El pasado viernes 4 de agosto de 2023, en las instalaciones del Teatro Chacaíto de Caracas, firmamos los aspirantes a la candidatura presidencial unitaria un acuerdo programático que deberá ser el compromiso básico de conducción de la sociedad venezolana, una vez derrotada electoralmente la dictadura y elegido el nuevo gobierno democrático para nuestro país.

Si bien el documento es bastante bueno, porque recoge consensos en materias sustantivas para la reordenación de la vida de nuestra sociedad, quedaron temas por trabajar para garantizar un cambio más profundo y más duradero para el futuro de nuestra sociedad.

Desde el 12 de agosto de 2022, cuando expresé mi determinación de ser aspirante a la candidatura presidencial unitaria, presenté a la opinión pública nacional un decálogo de propuestas a impulsar en el momento que logremos el cambio en la conducción del gobierno. Ese documento se lo presenté también a la Comisión de Primarias. Buena parte de ellas han sido aceptadas en el documento firmado el pasado viernes. No obstante, hay temas medulares que aún no lograron consenso y por los cuales continuaré luchando desde la tribuna ciudadana.

Vale la pena poner de relieve lo positivo del compromiso para la instalación de un gobierno de unidad nacional. El próximo no debe, ni puede ser un gobierno partidista, o representativo de un sector social o económico exclusivo de nuestra sociedad. Va a ser un gobierno de unidad nacional. A eso nos hemos comprometido.

Un gobierno con ciudadanos de elevadas cualidades, virtudes y capacidades capaces de impulsar las políticas públicas requeridas para ordenar la administración y ordenar la vida socio económica de la nación.

Un gobierno de unidad nacional que restablezca la vigencia del orden constitucional democrático, libere a los presos políticos, garantice la plena libertad de asociación, expresión, tránsito y sobre todo el derecho a una vida con dignidad. Eso además supone garantizar las libertades económicas comenzando por una garantía total a la propiedad privada.

Otro tema medular del documento tiene que ver con la atención a la emergencia humanitaria compleja que vivimos. Formular las políticas concretas e ir preparando los equipos para abordarla es una tarea a la que debemos dedicar tiempo y esfuerzo.

En el documento firmado se asume el compromiso de garantizar, en el futuro, la alternancia en el ejercicio del poder con el establecimiento de la no reelección. Queda pendiente por definir los alcances de este compromiso y sus elementos complementarios, como la duración del período de los poderes públicos, la doble vuelta presidencial y la forma de su implementación.

En mi propuesta programática hay temas medulares pendientes. Por ahora no tienen suficiente apoyo. Espero avanzar en la tarea pedagógica de ilustrar sobre su importancia y necesidad.  Me refiero al tema del equilibrio de los poderes del Estado, el modelo de parlamento, el sistema de justicia y el Estado federal municipalizado. Seguiré insistiendo en la necesidad de quitarle poder a la presidencia de la república, en materias como la potestad de dictar leyes por vía de la habilitación legislativa, la de someter a control parlamentario la política militar, sobre todo lo relativo a los ascensos a los grados superiores y el manejo adecuado de la hacienda pública nacional. Para ello es menester darle más poder al parlamento, estableciendo la figura de un Congreso Bicameral. Solo así podremos lograr un Estado democrático garante de un Estado de Derecho. Con su establecimiento vamos a poder instaurar una economía de mercado capaz de generar la riqueza con la cual superar la galopante pobreza existente.


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