El Aissami

El desgaste político

La mal llamada revolución ha tenido una puja histórica por el poder, en la que Tareck el Aissami ha ocupado un rol significativo en el desarrollo de las rivalidades internas. advenedizo al poder en principio por su vinculación con Adán Coromoto Chávez en la Universidad de los Andes, y todo aquel grupo de Hugo Cabezas, que surgió al acercarse a Hugo Chávez.

Con pocos talentos, pero con agresividad, violencia en el verbo, con lealtades y aunque sin eficacia, logró escalar en el pulso que se considera una pieza importante en la conexión con miembros de la resistencia y los grupos rebeldes del Medio Oriente. Existe una causalidad importante en sus comunicaciones con sectores de Siria, Líbano, Jordania, Irán e Irak, erigiéndose en consecuencia como una pieza clave en América Latina del Hezbolá, Isis y Hamas, relación que se atribuye a su padre, Zaidan Amin el Aissami el Musfi, un radicalista extremo, miembro del Partido Baath de Irak, y vinculado con la resistencia iraquí, con hermanos en posiciones de jerarquía dentro de estos movimientos, y que levantó a sus hijos en una mezcla de druso con musulmán.

El costo de estas relaciones y su conducta de dirigir el poder que representa en Venezuela esta línea de intereses del Medio Oriente, sus supuestos vínculos con los grupos terroristas del mundo, han tenido un costo gigante: Estados Unidos ofrece 10.000.000 de dólares por su captura y lo acusan de tener responsabilidad en el envío de toneladas de cocaína desde Venezuela a esa nación. Ocupar entonces, como lo hace, cargos de altísima responsabilidad en el gobierno de Caracas es uno de los factores que dinamitan las polémicas relaciones entre ambos países.

El chavismo, hoy desplazado por el madurismo, se resiente profundamente de Tareck el Aissami; se aduce que Hugo Chávez lo había rechazado, al relegarlo a la candidatura de la Gobernación del Táchira, como una muestra de su rechazo por su brutal ambición por el poder, y es Maduro quien lo ubica hábilmente en la Gobernación de Aragua, donde hizo la tarea de acabar con Rafael Isea Romero, y luego lo catapultan nuevamente a la esfera del poder.

La caída de sus allegados en la actual pugna se constituye en una avalancha de dimensiones desproporcionadas, por la cantidad de vínculos, informaciones e intereses, que se ubican en esta batalla de sobrevivencia política.

Lucha interna por el poder

Los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez: siendo el epicentro del conflicto actual la detención del presidente de la Sunacrip, Joselit Ramírez, y sustituido por Anabel Pereira, personal de alta confianza de la vicepresidente, se deja ver con claridad de donde viene la orden y el curso de las investigaciones, la ola de detenciones en Pdvsa, desnudan el entramado de corrupción de un sector intocable, y si bien se pone de relieve los vínculos de El Aissami con el Medio Oriente de los cuales Nicolás Maduro no está ausente, tampoco se puede dejar de mencionar el viraje de la política del régimen en cuanto a las negociaciones en México, que involucran a Estados Unidos, la UE, Noruega, Francia, Colombia, Chile, Alemania, y recientemente se sabe del aval de Brasil y de España, alejando a Venezuela de la agenda de Rusia y la guerra con Ucrania, y aproximándolos a un acuerdo político que los encamine a una supervivencia política más allá de las tantas denuncias por violación de los derechos humanos.

Recientemente Caracas tuvo la inesperada visita de Nicolai Patrushev, el actual secretario de Seguridad de Rusia, uno de los arquitectos de la guerra, considerado el halcón de los halcones, expresidente de la KGB, seguramente en un intento de realinear las fuerzas, de manera que el conflicto de El Aissami seguramente tiene más que ver con el viraje geopolítico encarnado por los hermanos Rodríguez, que por la necesidad de depuración de la corrupción, y en este juego de acercamientos con Estados Unidos cuesta creer que Maduro esté ausente también.

Vladimir Padrino López y Diosdado Cabello: no hay manera de que estos dos factores no aparezcan dentro del tablero de juego, a uno lo obliga la relevancia militar y al otro el control del partido de gobierno, ninguno de los dos es proclive a rasgarse las vestiduras por El Aissami, a quien le cobran también el ataque a viejos compañeros, el caso de Isea Romero independientemente de la posición que tenga hoy en día, y más reciente la de Miguel Rodríguez Torres, quien fue finalmente puesto en libertad después de 5 años en prisión, al conocimiento de todos por sus amplias diferencias con El Aissami.

Son muchos los agravantes dentro de la convulsionada relación de los detentadores del poder político en Venezuela. La detención de Hugbel Roa, hombre íntimo de Tareck el Aissami, confirma la línea dura en su contra y, si bien conoce la disposición de sus propios camaradas, debe entender que la orden dada se ejecutará y después evaluarán el control de pérdidas; pero, como bien dicen en las narrativas del chavismo, no hay vuelta atrás camarada El Aissami, rodilla en tierra, todos ellos son fuertes mientras están en lo más alto del poder, ahora toca experimentar el peso de la soberbia y la maldad en su propia humanidad. Cabe citar a Frederich Nietzsche: “Cuando miras largo tiempo a un abismo, también este mira dentro de ti”.

 


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