La primera derrota de Adolf Hitler en la Segunda Guerra Mundial. Esa es la más importante conclusión de esta campaña, entre las que enumeraremos seguidamente en esta larga serie sobre la batalla aérea más grande de la historia de la humanidad hasta ese momento. La más grande porque el terreno de combate fueron los cielos y se buscaba el dominio de estos sin gran intervención por parte de otros cuerpos militares. Aunque después será superada por la campaña de bombardeo sobre Europa la cual buscaba prácticamente lo mismo: la supremacía del aire para llevar a cabo un desembarco y la destrucción industrial y moral del enemigo. Dicha serie de artículos que hoy finalizamos se enmarcan en el contexto del 80 aniversario de la Segunda Guerra Mundial y en la gran meta de revisión (historiográfica y cinematográfica principalmente) que nos hemos propuesto desde el primero de septiembre de 2019 hasta 2026 aproximadamente, si Dios nos da vida y salud.

  1. Al revisar las cifras de la Batalla de Inglaterra (10 de julio al 31 de octubre) existen diversos números, pero siguiendo a Richard J. Overy, 2001, Battle of Britain: The Myth and the Reality, se puede decir que las pérdidas de la Luftwaffe fueron un poco mayores que las de la RAF: de 2.000 a 1.700 respectivamente. En cuanto a pérdidas humanas de los combatientes sí fueron mucho más las de los alemanes que las de los británicos: 2.600 (más 900 capturados) y 1.500 aproximadamente en cada caso. Por los bombardeos murieron más de 40.000 civiles (la mitad en Londres) y se perdieron más de 1 millón de viviendas y edificios.
  2. La victoria británica fue algo extraña en el sentido que debido al mantenimiento del Blitz (el bombardeo de las principales ciudades de Gran Bretaña) de manera casi continua hasta mayo de 1941, parecía que la batalla nunca había terminado. No se puede decir que hubo un gran júbilo que ofreció esperanzas de doblegar a la Alemania nazi. Pero sin duda se fortaleció el espíritu de resistencia, lo cual demostraría a medida que pasara el tiempo al convertirse las islas británicas en el refugio de todos los pueblos ocupados. Dichos pueblos ya habían demostrado su coraje al incorporarse de inmediato a la lucha: los polacos en primer lugar por ser el más numeroso contingente de pilotos extranjeros de la RAF e incluso pelear como soldados en Noruega; pero también estaban los checos, los holandeses, los belgas y muy especialmente los franceses de Charles De Gaulle.
  3. La imposibilidad de ocupar las islas y obligar al Reino Unido a abandonar la guerra llevó al Tercer Reich al fortalecimiento de otras estrategias. La primera, el bombardeo destructivo de sus ciudades, ya ni siquiera de sus industrias porque estas no se vieron afectadas y comenzaban a producir mucho más que las alemanas. Y lograr doblegarla por hambre por medio del ataque a sus mercantes (de los cuales dependía la vida de los británicos en las islas) a través del uso de sus submarinos, barcos corsarios y lo poco que le quedaba de su flota de superficie. Esta última estrategia era la más temida. Por último estaba el debilitamiento de sus colonias apoyando a Italia en el Mediterráneo y buscando crear una gran alianza en contra del Imperio Británico.
  4. De lo anterior será consciente Winston Churchill y su gabinete de guerra de modo que se reabrirá la carretera birmana para apoyar la resistencia China contra Japón, desembarca tropas en Malta, prepara el contraataque en Egipto en contra de la invasión italiana y refuerza las operaciones de la Royal Navy para proteger sus rutas. Y lo más importante: mejorar las relaciones con Estados Unidos para permitir un mayor apoyo en recursos de todo tipo y lograr su incorporación al esfuerzo de guerra. La Batalla de Inglaterra, tal como explicamos en nuestra anterior entrega, mostró al Presidente F. D. Roosevelt que la guerra europea comenzaba a acercarse peligrosamente. Es por esto último que había abierto una amplia conscripción que para el 15 octubre de 1940 registró más de 16 millones de reclutas.
  5. Winston Churchill por fin logra consolidar su liderazgo al ser aplaudida por la opinión pública y electo jefe de su partido, aunque para ello ayudaría la triste enfermedad de Neville Chamberlain que terminaría con su fallecimiento a principios de noviembre de 1940. Chamberlain es un líder que debe ser revisado una vez más por la historiografía y merece su respectivo biopic pero contrario a su ya trillada imagen.
  6. La creencia que la victoria en la URSS haría inevitable la rendición británica si no lo hacía antes por el hambre ante la victoria de los Uboats en la Batalla del Atlántico, hizo que Hitler se concentrara en la preparación de esta campaña para la primavera del año siguiente: 1941. Cometía un grave error al dejar un segundo frente abierto e incluso tres si contamos el Mediterráneo.
  7. Para lograr el apoyo de Estados Unidos (y el mundo) el poderoso cine británico en alianza con Hollywood harán del tema bélico la historia más contada, y muy especialmente ahora que tienen nuevos héroes: «los pocos” de la RAF que vencieron a la arrolladora maquinaria bélica alemana. Un buen ejemplo es cómo un Alfred Hitchcock instalado en Estados Unidos cambia en julio de 1940 el final de su película: Foreign correspondent y permite que su reportero-protagonista (Joel McCrea) dé un discurso propagandístico bajo las bombas en Londres (aunque todavía no ocurrían) al reportar para “América” y decirles (mientras la imagen se va oscureciendo y las notas del Himno Nacional de Estados Unidos aumentan en volumen):

El ruido que oyen es la muerte que cae sobre Londres. Pueden oír cómo caen las bombas sobre las calles y las casas. Escuchen, es una noticia importante y ustedes forman parte de ella. Es tarde para poder hacer algo salvo quedarse sentado oyendo cómo caen. Es como si hubiesen apagado la luz en todas partes menos en América. Mantenedlas encendidas, y protegedlas con acero, cercaos con armas, construid a su alrededor un círculo de acorazados y bombarderos. ¡Escuchad América! ¡Aférrate a tus luces! Son las únicas luces que quedan en el mundo.

La próxima semana seguiremos con el 80 aniversario de la Segunda Guerra Mundial comenzando con el Frente Mediterráneo, el cual no hemos tratado hasta ahora y que desde el 10 de junio se incorporó al espacio del gran conflicto.


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