Por equipo editorial 

Comienza el 2024 sin ningún anuncio por parte de Yelitze Santaella, menos de Nicolás Maduro, sobre mejoras salariales para los educadores, ni tampoco presupuesto para remodelar la deteriorada infraestructura educativa, la cual no exageramos al afirmar que más de 90% se encuentra prácticamente abandonada, en espacios donde los servicios públicos de agua y electricidad son nulos, y por supuesto, sería utopía de pensar en escuelas y liceos con acceso a Internet y tecnología, y materiales pedagógicos.

La educación vive su peor momento de la historia contemporánea y del siglo XXI. Si algo ha hecho de manera planificada y destructiva el régimen de Nicolás Maduro, ha sido la liquidación absoluta del proceso de enseñanza y aprendizaje, que ha sido convertido en bazofia de políticas públicas.

De hecho, si algo el régimen niega, porque sería la máxima prueba de la concreción satánica sobre la educación, son los altos niveles de migración y deserción de este espacio del desarrollo humano. Venezuela para 2011 tenía una población escolar de alrededor de 10 millones de estudiantes, con aulas que promediaban los 30 niños, niñas y adolescentes, acordes con los respectivos grados de educación inicial, primaria o bachillerato, incluyendo la universitaria, que de esa cantidad superaba, poco más del millón de bachilleres cursando distintas profesiones.

A partir de 2013 la emigración se hace una constante en Venezuela por las pésimas políticas públicas y las violaciones de derechos humanos. Si para algo no tiene argumentos el neototalitarismo que controla al país es para las más recientes cifras de octubre 2023, oficializadas por el Registro Único de Migrantes Venezolanos (RUMV) en Colombia: de los 2,8 millones de venezolanos que se encontrarían en la nación neogranadina huyendo del hambre y la miseria que ha significado este gobierno para nuestra historia, 780.631 son niños, niñas y adolescentes menores de 18 años {1}.

Es decir, que aproximadamente 40% de la migración venezolana corresponde a lo que fue la población escolar, razón por la cual se explica que espacios en las escuelas y liceos que llegaban a tener entre 30 y 40 estudiantes, apenas llegan a los 10 o 20 en las mejores condiciones.

Obviamente, que el número de docentes que hace una década superaba los 400.000 profesionales a nivel nacional, la estadística aplicada con la educación, en los mismos términos, nos sitúa en una pérdida similar, o sea, que cuando menos un tercio de ellos ha abandonado las aulas para irse del país, o sobrevivir realizando otras actividades.

La realidad está a la vista. Si por alguna razón el régimen de Nicolás Maduro continuara en el poder, la deserción estudiantil y docente de Venezuela llegará hasta niveles superiores a 70%. Tendremos una educación sin estudiantes, ni educadores.


{1}  https://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/migrantes-venezolanos-el-39-de-todo-el-mundo-estan-viviendo-en-colombia-802199


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