Por:   Sociedad Homo et Natura [1]

El día de hoy toca presentar en esta columna escritos y audios diversos, quien sepa entender que entienda. Ni yukpa ni piaroa hablan el modo criollo, tampoco el castizo: sin embargo, su mensaje es claro. Nuestra intención inicial fue escribir sobre la violencia de género sufrida por las indígenas venezolanas, recibimos respuestas diversas, optamos por publicarlas lo más íntegramente posibles. El resultado es que nuestros pueblos originarios sienten la violencia más que el pan o casabe de cada día. En particular, la más reiterada denuncia es la trata de las mujeres indígenas en los centros mineros del sur del país y, reiteradamente también, que muchas están en situación de esclavitud. Sin embargo, aún así siguen mostrándose firmes los núcleos de resistencia en muchas comunidades.

Una gota de paz o los granos de maíz

Solo el entendimiento guiado por la comprensión y el amor a la verdad histórica nos hará grandes. Los yukpa no le tememos a la violencia porque ella tiene de paja sus pestañas y se quema en los veranos.

Solo la verdad se construye en colectivo, día a día con el sudor de la esperanza: no la encuentran aquellos de poca fe; a ellos se les oculta, por eso no la ven, no tienen más asegurado que la desdicha del sabor insípido de la ignorancia.

Debes subir, si quieres salvarte, de este tiempo a los tiempos de la sierra para sentir la tierra que se levantó del interior de los océanos, cuando todo era agua. Alejarte de la ciudad derrotada construida por los que huyeron, te hará bien. Por esto te hará bien subir de vez en cuando a la tierra levantada desde los fondos de las uniones de los océanos: encontrarás allí imágenes mágicas de caracoles marinos bajo tus pies.

Abajo están los policías con los bandidos fornicando promesas pagadas por amores frustrados dormidos en los hielos del licor “puyao”. Es un pueblo triste fundado por vaquerías donde se malvive en un largo aburrimiento producido por las mentiras mil veces contadas, no vaya a ser que los que danzantes adormilados por ellas se vuelvan a subir a la Sierra. Las mentiras, cuando logran su propósito, terminan llevando a nuestras doncellas al  matadero, con o sin policías, con o sin antifaz.

Orispa, la mujer yukpa, a veces ocupa roles distintos, otras le toca asumir los del hombre. Sufre golpes propinados por sus cónyugues, pero si los dejan estos suelen ahorcarse; así ocurre hace mucho tiempo. Luego, llegaron los vaqueros por doquier, se extendió el mestizaje con criollos colombianos o wayúu cuidadores de vacas. Muy pocos hombres se quedaron a cuidar con ellas sus hijos en sus ranchos de palma.

En este grupo está el volcán que se levantará entre piedras y caracoles milenarios y llegará su lava hasta la ciudad de las vaquerías, serán miles quienes huyan de la  ciudad incendiada.

Sabino se levantará por los caminos de igual a igual con Osema; traerán con Karika la cabellera granos de maíz para los yukpa, quienes sabrán actuar, guiados por el sonido de la madera del pájaro carpintero, del que son originarios todos los yukpa

Ya no habrá policías con o sin antifaz, ni monedas de las vaquerías, ni contadores de cabezas de vacas. El fuego del volcán oculto los habrá vuelto cenizas y allí, en la ciudad potrero, solo nacerá paja púa. No maíz de Osema.

Lluvia de glifosato en territorio colombiano, cuenca del río Catatumbo. Este desproporcionado uso de pesticida tiene consecuencias potencialmente mortíferas para indígenas y criollos que viven aguas abajo, tanto colombianos como venezolanos y termina impactando todo el espejo de aguas del lago de Maracaibo. El ecocidio es violencia, agravada en caso de amenazar vidas humanas. Fuente: Prensa Rural, Colombia

Violencia de cualquier género, la sufrida por los piaroa de las cercanías del cerro Autana.

Municipio Autana, Estado Amazonas, fronterizo con Colombia. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Municipio_Autana#/media/Archivo:Venezuela_-_Amazonas_-_Autana.svg Milenioscuro – Trabajo propio

Nos llega también, bajo condición difícil de transcribir porque disponemos de escaso tiempo, pero no por ello menos claro el mensaje, un tweet desgarrador que sigue la secuencia de fuentes que pueden comprobarse a continuación unos de otros.

SOS Orinoco (@SOSOrinoco) twitteó: “¡Ya basta! Escuchen a representantes del pueblo piaroa”, (Comunidad Pendare), municipio. Autana, estado Amazonas. El audio es rescatado por la emisora Autana 90.9FM, pidiendo que las autoridades competentes pongan fin al hostigamiento del que son objeto.

Para escuchar el audio pueden hacer click en el siguiente enlace:

https://t.co/CwDNkpycwk https://twitter.com/SOSOrinoco/status/1333898020941914113?s=20 01dic20

Los habitantes manifiestan ser hostigados por irregulares colombianos, quienes practican  minería ilegal. La comunidad Pandare destaca por su organización.

En los intentos de rastreo semanal de información que siempre hacemos cuando el tema queda decidido, se contactaron a otros grupos indígenas y centros de investigación indigenistas, pero no dio tiempo a precisar información ni a ser autorizados a publicarla, solo pudimos constatar que los compañeros del Observatorio Wataniba y ORPIA (Organización de los Pueblos Indígenas del Amazonas) siguen en su empeño de seriedad y profuso trabajo.

Se cierra el artículo de hoy con imágenes del  área piaroa agredida, ellas dicen por sí solas que todo el oro del mundo no amerita acabar con el tesoro paisajístico, ampliamente biodiverso, hábitat de especies endémicas, ecológicamente frágil y patrimonio cultural ancestral. Hoy por hoy, sigue siendo la megabiodiversidad venezolana la principal esperanza de recuperación del país.

El tepuy Autana, “árbol de la vida” en idioma Piaroa. Fuente: Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Cerro_Autana#/media/Archivo:CerroAutanaNorthExposure.jpg – Ldberriz – Trabajo propio
Cercanías del Autana Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Municipio_Autana#/media/Archivo:Bongo_autana.jpg Csar13 – Trabajo propio

[1] Se contó con el arqueo de información por parte de Geografía Viva.


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