Después de haber transcurrido toda una generación y de haberse desplazado mediáticamente del alcance del común de una manera conveniente en el evento principal, la protagonista más pública del secuestro del industrial norteamericano William Frank Niehous, hace 47 años, se diluyó por completo de medios, de flashes, de preguntas indiscretas, de respuestas contenidas y de apariciones ante los reporteros. Donna Niehous (18/11/1930 – 03/12/2021) se llevó a la tumba todos los secretos que pudo haber intercambiado con su esposo William, de las intimidades del largo secuestro de este, de 3 años, 4 meses y 2 días, hasta su aparición en una región costera del río Orinoco en el estado Bolívar el 29 de junio de 1979. Especialmente los que se transcribieron en el diario que este registraba escrupulosamente todos los días de la retención que remitían a sus actividades en los campamentos de retención, pero también a políticos, activistas de derechos humanos, guerrilleros y periodistas que visitaron sigilosamente el vivac. Todos, de la izquierda sabañón de la época.

La tarde del 27 de febrero de 1976, un comando guerrillero integrado por 7 hombres del Grupo de Comandos Revolucionarios (GCR) bajo el mando de Carlos Lanz Rodríguez (a) Zárraga, allanaron la quinta Betchirro en la calle Isla Larga de Prados del Este en Caracas y después de amordazar a la esposa y a la mujer del servicio de adentro, se llevaron secuestrado a William Frank Niehous, ejecutivo de la Owens Illinois en Venezuela, en uno de los dos vehículos asignados para la milimétrica operación. Desde ese día, la angustia del plagiado por su destino y las interioridades de su desenlace las llevó su esposa con la paciencia de la larga espera y la fe inconmovible de la aparición con vida. Recuerden que un secuestrado es rehén y como tal es un muerto en vida para su familia, para los organismos policiales y para sus plagiarios. Nadie puede predecir cómo se va a desenlazar ese episodio.

El secuestro más largo de la historia de este delito, el que ha tenido más impactos políticos, económicos, sociales y militares. Le cambió la vida a un hombre, afectó para siempre a un matrimonio, alteró por completo los hábitos de toda una familia, desde donde la abnegada esposa –Donna– se encargó de capear todo el temporal hasta sobrevivir 8 años, la muerte de Frank en 2013. Los autores materiales, los intelectuales y toda la logística política, periodística, militar y policial que orbitó en los distintos puntos de retención de Camello (el nombre clave asignado dentro de la operación a Niehous) hasta su aparición en el caserío Borbón, cerca de la población de Maripa, hicieron parte de un importante tejido de intrigas, de dispersiones y de conexiones con los protagonistas que se trasladaron en integridad hasta 1999 con el inicio de la revolución bolivariana para formar la más importante conjura política del siglo XX como parte de la nomenclatura del régimen. El secuestro de este norteamericano acusado inicialmente de ser un factor importante de la CIA en Latinoamérica apalancó también en sus intríngulis y en sus efectos, la más seria y trascendental conspiración en Venezuela.

La tragedia de la familia Niehous se reasentó por completo en sus dolores, en sus angustias y en sus expectativas, hacia la familia venezolana con los mismos personajes directos e indirectos del secuestro de 1976 en la quinta Betchirro. Carlos Lanz Rodríguez, Julio Escalona, Fernando Soto Rojas, Marcos Gómez, Jorge Rodríguez (Padre), Alí Rodríguez Araque, José Vicente Rangel, Hugo Chávez Frías y Nicolás Maduro, y el régimen cubano por intermedio del embajador acreditado en Venezuela, Norberto Hernández Curbelo (a) Noel Bucarelli, entre otros.  Y han marcado un récord con la retención de más de 30 millones de venezolanos. Estamos secuestrados desde hace 25 años y las madres y esposas venezolanas se aferran en el tiempo en la esperanza de su pronta liberación, sorteando las embestidas de la depresión y los esguinces de la muerte. Venezuela es rehén de la revolución bolivariana y los venezolanos se aferran a la esperanza de una pronta libertad. Como Donna.

El valor de la señora Niehous en sus referencias a la larga retención de su marido se asienta no solamente en la fortaleza demostrada a lo largo de los 1.217 días en que estuvo el señor Niehous en el poder de los guerrilleros, ni en el sufrimiento del resto de su familia (David, su hijo amado, murió mientras su padre estaba en cautiverio) y si en la expectativa que mantuvo de la recuperación con vida y con salud de su marido. Puede haber privado su experiencia como docente y como psicóloga, y su extensa participación en organizaciones de caridad y sociales de todas las comunidades donde se involucró. Es posible que hasta debe haber influido, también, la experiencia de su larga espera de 18 meses después de su matrimonio en 1954, cuando Bill fue a cumplir una asignación militar en Corea. Le valió la pena. Como así lo fue. William Frank Niehous retornó sano y salvo. Con vida y con las heridas emocionales de su extensa detención. Como lo aspiran también los venezolanos en la salida de esta larga cárcel en el socialismo del siglo XXI.

Donna regresó al lar de origen en Toledo, Ohio, en 1977. A lo largo de un año desde el secuestro ocurrieron algunas cosas significativas en Venezuela que abrieron muy bien el panorama investigativo que llevaban los cuerpos policiales y el tribunal asignado para llevar la causa. Lanz Rodríguez, el autor material, fue detenido junto con David Nieves y Salom Meza Espinoza. Jorge Rodríguez (Padre) secretario general de la Liga Socialista –fachada política y legal del grupo secuestrador– establecido en las investigaciones como el autor intelectual, fue detenido también y murió durante un interrogatorio a la orden de la Disip. Camello fue canjeado en custodia desde el grupo de Lanz Rodríguez, al que comandaba Fernando Soto Rojas. Con este se inicia un largo proceso de negociaciones para el pago del rescate que encabezaban Donna y Alí Rodríguez Araque. Un mensaje contundente que se le había pronosticado como prueba de vida y mecanismo de presión a la señora Niehous se le envió el mismo día que iba a cumplir 47 años. El 18 de noviembre de 1977, frente al hato La Gloria y a lo largo de la carretera de Aragua de Barcelona –Kilómetro 90, en el estado Anzoátegui, un grupo guerrillero ejecuta una emboscada a una compañía de cazadores del batallón José Laurencio Silva con un saldo de 6 efectivos muertos y 14 heridos gravemente. Pocos días antes, un espigado joven que formaba parte del correaje guerrillero y la logística de retaguardia del grupo de retención en Caracas estaba dejando plantada una prueba de la vida del norteamericano  –el anillo de matrimonio– en un lugar previamente acordado con Donna.

El panorama político venezolano ha estado dominado a lo largo de 25 años de revolución bolivariana por el mismo grupo secuestrador de William Frank Niehous en 1976. Alí Rodríguez Araque, negociador del rescate y de la pacificación guerrillera desde la casa de un conocido abogado caraqueño antes de la liberación del norteamericano; posteriormente ocupó cargos en la revolución como ministro de Energía y Petróleo, ministro de Energía eléctrica, presidente de Pdvsa, ministro de Relaciones Exteriores, ministro de Economía y Finanzas, secretario general de Unasur y embajador de Venezuela en Cuba. Fernando Soto Rojas, custodio de Niehous hasta la liberación en el estado Bolívar y administrador del jugoso rescate desde Francia, en comandita con Ilich Ramírez Sánchez (a) el Chacal, fue presidente de la Asamblea Nacional y es actualmente diputado a la Asamblea Nacional; Carlos Lanz Rodríguez, el autor material, fue presidente de Aluminio del Caroní y además fue asesor del Ministerio de Educación; Jorge Rodríguez (Padre) hace presencia de poder desde hace mucho tiempo con sus hijos Delcy como vicepresidente de la república y Jorge, el junior, presidiendo actualmente la Asamblea Nacional; ambos, presidenciables hacia Miraflores. José Vicente Rangel, ministro de Relaciones Exteriores, ministro de la Defensa y vicepresidente de la república, quien estaba al día de todos los traslados internos del norteamericano; y la liberación accidental del norteamericano el 29 de junio, le dejó fría la rueda de prensa en el restaurante Tarzilandia. Por encima de todos esos cargos solo está el de presidente de la república ocupado inicialmente por el teniente coronel Hugo Chávez, quien fue oficial de comunicaciones como subteniente de la unidad operativa central que controlaba las unidades de cazadores en el sector del hato La Gloria en la emboscada de 1977, y actualmente lo ejerce de manera usurpatoria Nicolás Maduro, quien en esos tiempos del secuestro era un espigado joven de 14 años, asiduo de los predios del Bloque 10 de la UD3 en Caricuao, donde residía la familia Rodríguez Gómez, y adicionalmente militante precoz de los grupos de izquierda que ya lo habían reclutado por la vía de David Nieves.

Los venezolanos tienen 25 años secuestrados. El grupo secuestrador no tiene ninguna intención de negociar para entregar el poder por vías pacíficas y los venezolanos deben mantener la esperanza de la liberación ejerciendo todo tipo de esfuerzos –hasta el final– para rescatar con vida y con todas las posibilidades de recuperación a la nación. Allí deben cifrar toda su fe y su confianza. Como en su momento lo hizo Donna (QEPD).

 


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