¿Dónde fueron a parar los restos mortales de Miranda? ¡Aún no los hemos recuperado! Una interrogante no menos inquietante es: ¿Dónde han quedado sus ideas, sus reflexiones y sus sueños? También cabe preguntarse por los sueños de Bolívar, ese que ayer cumplió 237 años de haber nacido, el 24 de julio de 1783 en Caracas, Venezuela. Igualmente en Caracas nació Miranda ¡pero 33 años antes!, en 1750, el 28 de marzo, hace 270 años.

Miranda y Bolívar resumen las dos más grandes figuras de nuestra emancipación y surgimiento como República. En medio de momentos de cambios trascendentes, definitorios y de reacomodos del mundo en que les tocó vivir. Primero cada uno por separado. Luego un corto tiempo juntos. Durante la segunda mitad del siglo XVIII solo estuvo Miranda. Ya en el primer tercio del siglo XIX Miranda les legó obligado por las circunstancias el testigo a la generación de Bolívar. Su carrera militar brillante en el mundo europeo y americano, sirvió para fijar los lineamientos del plan de liberación y la creación de una nueva región del mundo libre, al sur del continente americano.

Aquel viejo mundo europeo seguiría debatiendo, y combatiendo incesantemente alrededor de la filosofía, de las ideas. Temas claves como separación de las religiones y el Estado. Libertad de cultos. De opinión. ¡Los derechos del hombre! El Estado republicano y la Monarquía. La separación de los poderes. La no permanencia demasiado tiempo de un gobernante en el poder. Charles-Louis de Secondat, Baron de La Brède et de Montesquieu, François-Marie Arouet, mejor conocido por su pluma como Voltaire, Jean-Jacques Rousseau, por solo mencionar los mas prominentes intelectuales en dichos debates de finales del XVIII y el XIX, y que aún mantienen su vigencia, ¿en la supuesta Venezuela bolivariana, dónde quedaron?

La geopolítica y la preponderancia internacional como potencias en tránsito hacia la modernidad de tales regímenes europeos, definían en esta parte del mundo del hemisferio occidental nuestra suerte. En América repercutían grandemente, como es lógico pensar, los cambios del nuevo mundo americano. Nuevo mundo que emprendía su emancipación para dejar de ser parte de una suma de colonias británicas, bajo la constelación de luchadores por la libertad como Washington, Jefferson y Madison, por ejemplo, en Estados Unidos de América (1776). Jean Jacques Dessalines, en Haití; quien luego es sacrificado por Petión para controlar el poder, en la que probablemente era la más importante colonia francesa. Antes llamada la isla de La Española, donde llegó Colón en su primer viaje en 1492. Haití conquistaría, mediante continuada lucha de rebelión (1790-1804) su libertad. Fue la segunda colonia de América en emanciparse. En esos años se sucedían, con los acontecimientos de la Toma de la Bastilla 14 de julio de 1789, los inicios de una indetenible turbulencia que desencadenaría en la Revolución francesa. Haití fue producto de esos acontecimientos externos, pero de su infatigable rebeldía interna. Es así que se convierte en la primera colonia, compuesta mayormente por esclavos afroamericanos y caribeños, que alcanza su libertad en el sur de América. Haití también se convirtió, desde entonces, en bastión aliado de la causa de la libertad que buscaban Miranda y Bolívar para la región.

Cuando  Miranda intentó su invasión a Venezuela en 1806 y  son capturadas dos de sus tres embarcaciones, en costas de Aragua, y ahorcados patriotas de Estados Unidos que le apoyaban en nuestra causa libertaria, Miranda se replegó en Haití, para pertrecharse y luego desembarcar el 3 de agosto de 1806, ordeando por vez primera el tricolor amarillo, azul y rojo del ahora pabellón nacional. No fue posible la emancipación entonces. La colonia no estaba lista para avanzar hacia su libertad.

Sin embargo solo cuatro años mas tarde Bolívar, López Méndez y Andrés Bello, después de los acontecimientos donde el hermano de Napoleón, José Bonaparte, es colocado por este en Madrid como regente de España, y así se desprenden los sucesos del 19 de Abril de 1810, salen de allí a buscarle a Miranda, en diciembre siguiente, en su casa de Londres. Allí, después de tantas luchas de su vida consagrada por la libertad, en campos de batalla sangrientos, superando juicios de intrigantes e infames, como el que enfrentó en Francia en pleno tiempo de la guillotina; visitando mandatarios en salones de cortes y debates en procura de apoyos para la causa de nuestra libertad, Miranda deja su tranquilidad y su hogar con Sarah Andrews, y sus hijos, Francisco y Leandro, para recibir sus compatriotas e reiniciar la lucha por la emancipación de Venezuela y Suramérica toda.

Ya 1811 es lo que conocemos. Ese debate perenne hasta hoy entre los apaciguadores y los cómplices versus los libertarios. Los que piensan que aún no estamos listos, y el Bolívar que clama “y es que 300 años de calma no bastan”. Miranda es el que lleva el peso de lo que aún sigue siendo una Venezuela colonia. Hombres acostumbrados a ser regidos por una monarquía o tiranía. Miranda los organizan como ejércitos con los pocos recurso con los que cuentan, y un parlamento para la transición que termina por entregar todos los poderes a Miranda para que les salve, cuando ya todo está perdido.

El 12 de julio por aquellos días y momentos tan aciagos de 1812, Bolívar le ha escrito a Miranda diciendo al perder la plaza de armas de Puerto Cabello: “Si un soldado me hubiese quedado, con ese habría combatido al enemigo; si me abandonaron no fue por mi culpa. Nada me quedó que hacer para contenerlos y comprometerlos a que salvasen la patria; pero ¡ah! esta se ha perdido en mis manos”.

Perdida la Primera República, Miranda es entregado al “general cobarde” de la corona española, Francisco Monteverde. Termina así julio de 1812. Bolívar logra salvoconducto y escapa de lo que hasta entonces no ha comprendido bien era la Capitulación que les había salvado la vida a él y a cientos de los oficiales.

Ese Simón Bolivar que ha de huir para salvar su vida, como lo hizo Miranda, regresó a combatir para lograr la libertad de la más amplia extensión territorial y población de naciones antes bajo el yugo monárquico español. El “Precursor de la Libertad Miranda” Y el “Libertador Bolívar” son dos estandartes inmortales de nuestras naciones y que se constituyen en las actuales repúblicas de Colombia, Panamá, Ecuador, Perú, Bolivia y Venezuela.

Ante tan descomunal ejemplo histórico hoy nos cabe infatigablemente reflexionar para actuar decididamente frente a la narcotiranía que encarcela, tortura, asesina y secuestra a la nación venezolana. Si no lo hacemos, ¿dónde habrán quedado tantos anhelos? ¿Tantos dolores y gemidos en batallas, tanta sangre derramada? ¿El mundo es de los valientes, como diría Pedro Carujo, o el mundo es para el hombre justo, como le respondió José Maria Vargas? (07/ 08/1835).

Nosotros hoy deberíamos contestarnos la pregunta ¿Dónde quedaron Bolívar y Miranda?

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@gonzalezdelcas


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