“Lamentablemente somos víctimas de los embates de una sindemia que tiene una necrológica premeditada, que se afinca malévolamente en un genocidio «selectivo», que consiste en menospreciar, deteriorar, humillar, desplazar, “exterminar” y reemplazar progresivamente (en el plano mental, moral, emocional, espiritual y físico) a ciertos grupos sociales por una parte vulnerables o por otro lado de vital importancia “estratégica”, entre los que se ubican los garantes directos e indirectos de la intelectualidad o el pensamiento crítico.

Sustitución que se ha venido plasmando en  diferentes estados de vulnerabilidad crónica, debido a la condición de carecer de los recursos mínimos necesarios para la alimentación balanceada, la salud integral y por tanto la vida. De una parte, los severos niveles de desnutrición que hacen exponer con inmensa fragilidad y alta probabilidad de ocurrencia, el hecho cierto de contraer cualquier tipo de enfermedad o de agravar una preexistente, y como repercusión  inmediata un inminente desenlace fatal. Pero también se añade, la  indefensión aprendida que ha retroalimentado el tsunami de renuncias, jubilaciones, migraciones, abandono, etc.” (El Nacional, 05-02-2022)

Por una parte el problema de fondo es que existen unos niveles deliberados, inducidos e imparables de inflación y devaluación, que se caracterizan por estar entrelazados para el caso venezolano, y que prácticamente sobre esas dos variables macroeconómicas, algunos agentes económicos se han dado a la tarea inmoral de “jugar” con ellas, con la finalidad, para el caso de “algunos” agentes económicos privados, de obtener extraordinario lucro especulativo indiscriminado, y para el caso del gobierno nacional, emplearlo como una “máquina” de financiamiento  de su gasto público (que incluye a su clientelismo político y el derroche populista). Cuestión esta que no denuncia con fuerza e insistencia en la protesta, al quedarnos en el estatus de la urgente dimensión salarial (que incluso de manera inmediata va a decretarse el aumento del salario mínimo, y con ello la repercusión respectiva en la estructura salarial de todos los trabajadores, pero que bajo ninguna circunstancia cumplirá con lo establecido en el artículo 91 de la Constitución de Venezuela).

A propósito, hoy en día se exige que la remuneración sea indexada, es decir que esté ajustada a los niveles de inflación, donde sea oportuno recordar, que este mecanismo de cálculo se le fue arrebatada o vulgarmente robada a la comunidad laboral universitaria, cuando decidieron a nivel gubernamental despojar de forma arbitraria y delictiva las Normas de Homologación. Tener en cuenta que, según ellas, el salario mínimo en la actualidad debería estar en el orden de los 1.700 dólares; Y en lo que respecta al salario  base de la comunidad laboral universitaria en su mayor escala, nivel o escalafón sería aproximadamente: obrero 2.700 dólares, administrativo 7.500 y docente 10.500.

Entonces, lo evidentemente incontrovertible, y que se seguirá recalcando, es que al gobierno no le interesa contrarrestar el flagelo inflacionista, ni tampoco está dentro de sus directrices macroeconómicas, frenar el ritmo de la devaluación generado por los inescrupulosos factores dolarizadores, porque depende de la perversidad del “juego” que se hace sobre esas variables económicas para mantenerse en el poder malsano. Pero lamentablemente no se reclama con fuerza colectiva, argumentada y continuamente.

Elementos adicionales de denuncia guardan relación con otra arista económica, y con aspectos de orden social, político y electoral, los cuales han beneficiado al gobierno nacional.

En este sentido, se puede comprobar que el proceso migratorio de más de 5 millones de venezolanos (salidos del país en los últimos años), indudablemente ha representado por una parte, una disminución de la presión social no obstante las carencias agravadas en los componentes de salud, educación, alimentación, principalmente; pero además, ha servido de fuente de financiamiento y de divisas, vía remesas, promotora de una actividad económica no sustentable, y que a la luz de los análisis objetivos en términos económicos, representa un ingreso agravante de los niveles de inflación y devaluación, que no contribuye ni contribuirá a la verdadera y necesaria reactivación de la economía real del país. Y si nos centramos en lo político y electoral, es más que evidente las facilidades cedidas, por haber mermado significativamente el número de votantes opositores.

En lo que respecta al sistema educativo venezolano, el plan o propósito “presuntamente” elaborado, se ha fundamentado en la tarea de destruir o exterminar progresivamente todo lo que guarde relación con el pensamiento crítico, el sector pensante e intelectual del país, y pareciera que aún no se percatan de ello algunos grupos o sectores de tal aberración: que se ha venido cumpliendo paso a paso. Lo que ocurre quizás es que la expresión suena fuerte, pero ese ha sido el plan fríamente calculado. Sin embargo, tampoco se denuncia con fuerza e insistencia en la protesta.

Ahora si nos centramos en la dimensión espiritual, se verifica de inmediato que es un tópico que simplemente no está en la agenda de la protesta, pero que es un objetivo trascendental para los enemigos de la sociedad. Así que estamos en la obligación de seguir haciendo el llamado de alerta, acerca de que está en pleno desarrollo un plan globalista, que tiene definitivamente el fin de dilapidar lo que son las bases católicas cristinas de nuestra sociedad, es decir, dejar a la población vulnerable o desasistida de una orientación o guía religiosa y espiritual, porque de esa forma es mucho más fácil dominarla desde su propia interioridad. La religión y espiritualidad son componentes sumamente importantes, porque son referencias determinantes en la conformación de un nivel de consciencia, que permita consolidar los valores humanos, morales y espirituales, necesarios para poder enfrentar con éxito los sistemas dictatoriales, contrarios precisamente al sistema de valores establecidos.

Son varios aspectos que no se tratan con fuerza en la protesta cívica, y por supuesto cualquier propuesta queda muy endeble ante la forma arbitraria y autoritaria de actuar del gobierno. Un régimen gubernamental que está sumamente debilitado, desde hace mucho tiempo está completamente abatido, pero primero por las complicidades y luego por no dirigir los esfuerzos a sus puntos o flancos donde es débil, se sigue manteniendo.

Entonces, ¿cómo tratamos este asunto, “suavemente” acerca de lo que la gente quiere escuchar (que incrementen el salario a los trabajadores) o hablamos en profundidad? Es decir, atacando los puntos neurálgicos, donde todos de alguna manera u otra, todos somos copartícipes, todos somos corresponsables de esta situación o realidad; porque como se lo expresaba en días pasados a un colega universitario:

Fueron tres años que estuvo el “gobierno interino”, generando expectativas sobre la población venezolana principalmente, pero que además de manera cierta y comprobada, manejaron y administraron una ingente cantidad de recursos (más de 100.000 millones de dólares), que no son propiedad del gobierno nacional sino de los venezolanos; todo bajo la excusa o justificación que no la debía administrar el régimen oficialista, pero en todo caso si la debimos tener o contar con ella los venezolanos como tal. Porque, por ejemplo, si ese “gobierno interino” utilizó recursos para pagar nómina a toda la estructura gubernamental interina que se conformó, lo menos que tenía que haber hecho fue rendir cuentas, y claro está, haber autorizado un incremento salarial en divisas para todos los trabajadores activos y jubilados de Venezuela: perfectamente lo pudo haber hecho. Por tanto: ¿dónde están los reales o mejor dicho los dólares?

Igualmente, sería muy oportuno y pertinente que todo candidato postulante desde este momento a la Presidencia de la República de Venezuela se pronunciara con absoluta y comprometida sinceridad, si continuará o no con el modelo rentista petrolero en el tratamiento de los diferentes temas nacionales, como lo son el sector universitario y el sistema educativo en general,  la estructura salarial de los trabajadores, la reactivación del tejido productivo nacional, y cómo va a resolver los grandes problemas macroeconómicos, tales como la inflación y devaluación, entre otros.

Eso tampoco se trata, menos se denuncia. Pareciera entonces que existen ciertos temas que no se deben tratar de acuerdo con tal o cual lineamiento; que no se deben discutir a la luz pública, porque generan incomodidades al ponerlos sobre la mesa de discusión, diferentes elementos que se han tratado con el gobierno nacional, pero a espaldas de los venezolanos. Esa es una realidad que no se quiere tratar a profundidad y de forma trasparente.

De acuerdo con lo expuesto, es obligante una “metanoia”o rectificación del camino: «Como es arriba es abajo, como es adentro es afuera». Cómo es arriba o adentro  en nuestras creencias, lo es abajo o afuera  en la materialidad. Cambiemos en las creencias, mejoremos cada día en la fe en Dios, oremos desde el corazón, y la realidad mejorará ostensiblemente.

Digresión

Lo tratado en este texto expositivo, es material documentado en el  libro “Economía transpersonal partiendo de un enfoque cuántico. Realidad geoeconómica de Venezuela”. Y aunque no será posible nuestra presencia física por limitaciones de orden financiera y económica,  esta contribución académica está pautada su presentación oficial en el 9° Congreso Internacional de Innovación Educativa (CIIE), organizado por el Tecnológico de Monterrey, el próximo lunes 16 de enero de 2023, en el Centro Internacional de Aprendizaje Avanzado (CIAP), TEC Campus Monterrey-México

Asimismo con la mayor humildad se destacan cuatros aspectos: 1) Todo bajo la guía y orientación de Dios, su Espíritu Santo y la mediación de la Virgen María. 2) Es una muestra  de la extraordinaria capacidad de producción intelectual del personal académico de nuestra querencia universitaria. 3) El escenario de presentación del producto académico es una Institución Universitaria de alto ranking mundial. 4) Responde a la designación ad hoc  plasmada en comunicación del rectorado 1.1.01/112 de fecha 15-06-2018.

Fuente: “Perspectiva Económica y Académica Contemporánea”. UNET. Años: 2018 al 2022.      Pedro Morales. Postulante a Rector de la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET)

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