Candidatos antichavistas ganaron en 117 alcaldías
EFE/ Rayner Peña

El pasado domingo 21 de noviembre el pueblo que salió a votar nos dio una lección y un mensaje muy claro: Nosotros, los ciudadanos, tenemos el poder en nuestras manos y vamos a utilizarlo porque queremos un cambio URGENTE.

Aunque la mayoría de gobernaciones y alcaldías no las ganaron los factores democráticos, fuimos testigos de un triunfo mayor, la victoria de un pueblo que, después de tanto tiempo sumergido en un letargo abstencionista, se organizó, se movilizó y fue a votar.

Sabíamos que presentar una variedad de candidatos para un mismo cargo no era una estrategia ganadora. Las consecuencias de este gran desacierto no pueden ser atribuidas al electorado, porque los ciudadanos, a pesar de las adversidades, cumplieron, salieron a votar y fueron mayoría, y esto es algo que debemos destacar y aplaudir. Sin embargo, hubo intereses que  impidieron un triunfo en otras gobernaciones y alcaldías porque, lamentablemente, no se le dio prioridad a las necesidades del país.

Este evento, que sin duda alguna fijó una nueva pauta en el panorama político venezolano, nos convoca a redefinir estrategias para continuar sumando voluntades, preparándonos, organizándonos y movilizándonos, con el fin de ir a futuros eventos electorales con la seguridad y la contundencia que necesitamos para salir totalmente victoriosos.

Además, se ganaron territorios que jamás la oposición había conquistado, como el estado Cojedes y otros tantos municipios dominados por las tendencias autocráticas, triunfo que hay que reconocerle a los líderes locales que vienen trabajando desde hace mucho tiempo en sus entornos naturales, asumiendo con gallardía el compromiso de apoyar a sus comunidades y luchar contra el continuismo, el cual derrotaron contundentemente.

Existe un descontento evidente que es necesario capitalizar y conducir, pues quedó demostrado que el número de votantes a favor de quienes gobiernan fue superado por casi 1 millón, eso demuestra que ya no cuentan con apoyo popular de sus bases. Es importante este mensaje para que los que se abstuvieron recuperen la confianza en el voto como la herramienta más poderosa para acabar con la tragedia que azota a Venezuela. Nuestra participación sí cuenta y más si lo hacemos masivamente.

Veo en esta jornada electoral un gran significado histórico, pues con ella se comprobó que sí es posible salir de la autocracia con votos. Si lo hacemos con conciencia y evitamos la dispersión presentando candidatos de consenso, la autocracia pierde porque ya no tienen apoyo de las bases. Ellos lo saben y eso les asusta. El rescate de la democracia requiere de nuestra organización y trabajo en equipo, sin exclusiones ni sectarismos. De seguir haciendo lo mismo, nos estamos condenando a incurrir en los mismos esfuerzos fallidos.

Quiero hacer un reconocimiento a todos los ciudadanos que, a pesar de la desmotivación, la desesperanza, las adversidades y la coyuntura política que vive Venezuela, fueron a votar, acudieron a expresarse, a ejercer su derecho, a mostrar el poder que tienen de decidir y construir la esperanza, un futuro real para toda una nación. A cada uno de ellos le doy un aplauso y le pido que jamás dejen de creer en la fuerza de su voto, en su fuerza como ciudadano y en la fuerza de la democracia.

Convencida estoy de que los resultados de estas elecciones se convertirán en el motor para renovar nuestra fuerza, ese espíritu demócrata y luchador que hay en el corazón de cada venezolano. Avancemos en la meta de alcanzar una vida digna como nos merecemos. No hay tiempo que perder. El poder de nuestro voto es invencible, pero tenemos que usarlo. Solo depende de que lo utilicemos. Si renunciamos a votar, estamos renunciando a la más poderosa herramienta que la Constitución y la democracia pueden darnos.

Vamos a derrotarlos, vamos a expulsarlos del poder y lo haremos con votos.


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