Todavía, ahora en junio de 2021, lo escucho y leo, y lo que es peor, conozco colegas que lo repiten hasta la saciedad: «Diversificar consiste en poner los huevos en diferentes canastas».

Así, tal cual está escrita la frase anterior, nada más ajeno al concepto de diversificación en finanzas. Imagine el lector que ya colocó los huevos en varias canastas y que todas se encuentran unidas por un guaral y usted lanza con fuerza una de sus canastas al suelo, ¿qué pasa con las otras canastas?, ¿qué pasó con sus huevos?, ¿qué pasó con su diversificación?

El equivalente estadístico del guaral es la correlación, una métrica parecida a un vector pues tiene magnitud, intensidad y sentido. La anterior definición de diversificación se salva si la cambiamos por esta otra: «Diversificar consiste en poner los huevos en diferentes canastas no-correlacionadas entre sí».

La diversificación es un concepto fundamental establecido en la vieja teoría del portafolio –también llamada de baja correlación– que estuvo en vigencia hasta que el bueno de William Sharpe (1934-presente) con la ayuda de su tutor, Harry Markowitz (1927-presente), dieron a conocer la llamada Teoría Moderna del Portafolio y con la cual Sharpe y Markowitz (junto a Merton Miller) ganaron el Premio Nobel (y otra cantidad de premios) en 1990 y pasaron a la historia.

Las dos teorías, la vieja y la moderna, son para iniciados, pero siempre podemos “masticar y ablandar” un poco el asunto de modo que los no-iniciados puedan valerse, al menos, de la vieja teoría.

El punto central en dicha “vieja” teoría es que si hay un cambio positivo en el precio de la bitcoin y adicionalmente, también se verifica un cambio positivo en el precio del resto de las criptomonedas, se dice que la una y las otras se encuentran positivamente correlacionadas entre si y tal grado de relación se puede estimar y caracterizar, por ejemplo, en tres categorías: baja, marcada y alta correlación. Por razones obvias, este tipo de relación no conviene cuando los precios están bajando, ello en virtud de que si la bitcoin baja de precio entonces las otras también bajan de precio.

Hay evidencia de que luego de que la bitcoin alcanzó su máximo a mediados de abril de 2021 y comenzó a descender, sus tenedores liquidaron posiciones y abrieron nuevas posiciones en otras criptomonedas.

En efecto, al mismo tiempo que el precio de la bitcoin descendía, el índice CMC-200, mismo que recoge el precio de 200 criptomonedas incluida la bitcoin, aumentó continuamente hasta tres semanas después cuando, a inicios de mayo, también comenzó a descender acusando los impactos del «sentimiento» de los inversores no-institucionales sobre el pesimismo en precios de las criptomonedas, de todas, en general.

Para ser más precisos con los estudiosos del fenómeno (que, ciertamente, los hay): la bitcoin alcanzó su máximo de 63.314 dólares el 15 de abril mientras que el CMC-200 alcanzó su máximo el 7 de mayo con 1.473 puntos.

Si usted liquidó su posición en bitcoins para salvarse de su desplome e invirtió en el resto de las criptomonedas sin verificar la correlación entre estas y la bitcoin, pues quedó peor, ya que estas últimas, con contadas excepciones, también se desplomaron, ello en virtud de nuestra amiga (o enemiga) la correlación.

En mi artículo de la semana pasada para El Nacional titulado «Cojear», hablé sobre el Análisis de Sentimiento. Al respecto de dicho análisis hay cualquier cantidad de empresas que lo ofrecen en la actualidad tanto para mercado en general, como para el mercado de las criptomonedas y la bitcoin en específico.

El caso es que las correlaciones entre los Índices de Sentimiento, la bitcoin y el índice CMC-200, también son positivas y altas por estos días y lo cual afirmo con propiedad pues tengo los pelos en la mano: +0,65 en promedio, con extremos en +0,37 y +0,97, al menos hasta el pasado 21 de mayo. Recordemos que los Índices de Sentimiento recogen en una cifra el pesimismo o el optimismo del precio de la bitcoin o del CMC-200 en el mercado. La extrema prudencia en la conformación de posiciones es la respuesta para cuando los Índices de Sentimiento indican pesimismo.

No hay secretos de Santo Grial en este asunto amigo lector: o usted dedica tiempo, esfuerzo –y hasta dinero– en leer y a aprender sobre la verdadera naturaleza de las criptomonedas, y no precisamente a través de los 280 caracteres de un Twitter, o usted se dará su tropezón mortal que le dolerá doblemente: en el ego y en el bolsillo.

 


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