En estos días, he recordado y añorado los tiempos de la mal llamada cuarta república. Ese período satanizado de la historia contemporánea de Venezuela, que abarca desde los años de 1958, específicamente a partir del 23 de enero, con la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, hasta 1998, que culmina con la segunda presidencia de Rafael Caldera. Esos años, finales de los ochenta y la década de los noventa del siglo pasado, estuvieron marcados por momentos difíciles en lo social, en lo económico y especialmente en lo político, con un desgaste significativo de los partidos tradicionales, como Acción Democrática (AD) y el Comité de Organización Política Electoral Independiente (Copei), que no supieron leer la nueva realidad del momento, prevaleciendo sobre las necesidades del país las apetencias individuales de caudillos, misses y jinetes, errores que aún estamos pagando. ¿No es cierto, Luis (R.I.P.), Irene y Henrique? Digo…

Para entender lo anterior, hay que ubicarse en los meses de febrero y marzo de 1989, con la ola de protestas que conllevaron a saqueos que se produjeron en Guatire, Guarenas y Caracas, debido a la subida del pasaje de autobús interurbano, inducida por el aumento del precio de la gasolina, que no llegaba a 10 céntimos para el momento. ¡Y ahora se paga en dólares! Digo…

Luego, en el año de 1992, el 4 de febrero y el 27 de noviembre, se produjeron dos golpes de Estado que hicieron temblar las bases de todo el sistema democrático venezolano. Un oportunista que, con su verbo encendido, se erigió como el mártir de un supuesto rescate de los valores democráticos, signado por dos palabras: “por ahora”, tratando de justificar el tiempo perdido durante el ejercicio de los gobernantes adeco-copeyanos, con los muertos, el miedo y el terror que provocó el haberse creído por encima de la ley y el Estado de Derecho. ¿Se lograron los objetivos? Digo…

El colofón de toda esta historia fue la defenestración de Carlos Andrés Pérez el 21 de mayo de 1993 de la Presidencia de la República, acusado por malversación de fondos, para ser más claros, por haber utilizado 17 millones de dólares de la partida secreta, para ayudar a Violeta de Chamorro, electa presidenta de Nicaragua, para la conformación de un sistema de seguridad y protección de la nueva mandataria. ¿Y Chávez con su millardito? ¿Y el dinero desaparecido del Fondo de Estabilización Macro Económica? ¿Y el Plan Bolívar 2000? Digo…

Lo anterior es para contextualizar la realidad venezolana actual, ya que con la entrada de Hugo Chávez (R.I.P.) al ruedo político se trastocaron todos los principios democráticos de la tolerancia, la paz y el respeto al que pensara diferente. Porque desde que llegó la revolución bolivariana el adversario político es considerado un enemigo que hay que aniquilar, porque aquel que piensa diferente no hay que adoctrinarlo, sino quebrarle el espíritu; porque aquellos que levanten su voz, hay que callarlos para que otros no escuchen; porque lo que debe prevalecer en todo momento, es la ignorancia, el odio y la crispación, para convertir las mentiras en verdades y a los socialistas como los únicos garantes del buen funcionamiento del país. ¿Y ahora qué Nicolás? Digo…

Sin embargo, el tiempo se ha encargado de colocar las cosas en su lugar, donde el accionar político de estos seudodemócratas, mala imitación de gobernante, pero hábiles en la corrupción, el robo y en el tráfico de cualquier cosa que le genere dinero, han demostrado que les importa una mierda la nación, porque se han servido del pueblo, para obtener el mayor provecho económico. ¿Y la recompensa ofrecida por los Estados Unidos? Digo…

No hay que olvidar, que el precursor de toda esta desgracia, fue el comandante eterno, que se caracterizó por ser un golpista cobarde, que, con los primeros disparos, no controló sus temores, escondiéndose en el antiguo Museo Histórico Militar de La Planicie, que, por los malabares de la historia, con mentiras, farsas y engaños, logró alcanzar la Presidencia de Venezuela, haciendo literalmente lo que le dio la gana, ya que por encima del pueblo, era gritar a los cuatro vientos su resentimiento social, porque sin importar que actividad realizara, siempre fue un segundón, sin mérito ni formación, donde solo con la violencia pudo escalar posiciones. ¿Estos revolucionarios han alcanzado alguna posición con sus méritos personales y académicos? Digo…

Ahora está Nicolás, peor que el anterior, pero con algo a su favor, este señor es un fiel creyente de la doctrina comunista, porque fue formado en Cuba cuando militaba en la Liga Socialista. Es notorio, público y comunicacional, su escasa capacidad de razonamiento, porque sus pensamientos están más arriba de la realidad, porque muchos revolucionarios sienten que están por encima de la esencia humana, eso los lleva a creerse que son indispensables, suponen que sus ejecutorias son las más adecuadas, porque anhelan en vivir en el país de nunca jamás, con el Capitán Garfio, Peter Pan y Campanita. ¿Dígalo allí, Vladimir? Digo…

Por lo tanto, para justificarse ante Venezuela y el mundo, se han dedicado en los últimos años, a descalificar y menospreciar a los presidentes que estuvieron al frente del poder ejecutivo antes de 1998. Estos comunistas no se dan cuenta que antes de la llegada de los bolivarianos, Venezuela era uno de los países del mundo con un crecimiento sostenido de su producto interno bruto; donde el sistema democrático evitó, pateó y sacó a los cubanos que invadieron a la nación por Machurucuto en 1967, en el cual uno de los participantes, que huyó por cobarde, terminó siendo presidente de la Asamblea Nacional hace unos años. Dígame si no es traición a la patria ese acto. ¿No es cierto, amigo Fernando? Digo…

Se han referido de los mandatarios anteriores, que la forma que accedieron al poder fue fraudulenta. Ese punto es discutible, pero es un análisis superficial, porque hay que tomar en cuenta el contexto histórico social del momento, para entender esa forma de hacer política y la Constitución Nacional de 1961 que construyó todo el entramado de esa etapa. ¿Y el CNE actual? Digo…

Se refieren a la cuarta república como una época de atraso y generador de pobreza. Pero no es verdad. Fue el momento donde se logró erradicar la mayoría de las enfermedades endémicas, se construyeron escuelas, se electrificó todo el país, se alcanzó construir, con sus deficiencias, un sistema vial aceptable, en fin, se generó cierta calidad de vida para los venezolanos, donde el salario mínimo era suficiente para cubrir las necesidades básicas. Además, fuimos receptores de una gran cantidad de migrantes, que enriquecieron al país, construyendo esa idiosincrasia que nos ha caracterizado por mucho tiempo.

En los años sesenta y setenta del siglo pasado se impulsó la creación de pequeñas y medianas empresas, logrando así la generación de muchos puestos de trabajo, mermando significativamente las cifras de desempleo, además, acompañados de un sueldo digno. ¿Dime si es mentira, Cecilio? Digo…

La pregunta que hay que hacerles a los venezolanos es, ¿están seguros de apoyar un partido político que permita la aniquilación de todos los principios fundamentales de la democracia, la paz social, la tolerancia, el respeto y la libertad?

¿Están seguros de apoyar a estos comunistas, que han llevado al país al hambre, a la escasez de medicinas y alimentos, a la devaluación de la moneda y una hiperinflación que ha destruido el poder adquisitivo de todos?

¿Están seguros de que toman en serio a un político como Nicolás, Jorge y Delcy, Diosdado, los dos Tarek, Freddy, Rafael entre otros?

¿Están seguros de que no ven nada de malo en que los revolucionarios, que nunca trabajaron, tienen carros de alta gama, habitan en mansiones, exhiben fortunas incalculables, despotrican de Estados Unidos, pero cómo les encanta ir a Disney y lloran cuando le niegan la visa americana?

¿Están seguros de que no están basando su opinión y construyen su percepción de la realidad, porque solo observan el sistema nacional de medios públicos y creen que todo lo que dicen es la verdad?

¿Podrían incluso nombrar 10 cosas que los chavistas hayan hecho para mejorar su prosperidad diaria como ciudadanos venezolanos?

Compatriotas, no se han dado cuenta en la debacle en la que vivimos, apoyando un socialismo que no hizo nada por los pobres, sino mantenerlos en la pobreza, dándole cajas de alimentos y bonos que no mejoraron su situación, convirtiéndolos en sobrevivientes, mendigos y pedigüeños.

La responsabilidad de todo gobierno, es generar seguridad y garantizar la calidad de vida de sus ciudadanos. Pero se han dedicado al engaño y al fraude, culpando a otros de sus desmanes. Entregando la soberanía a otras naciones, solo con el fin de permanecer en el poder, a cualquier costo. ¿Cubanos, rusos, chinos, bielorusos, iraníes nos lo hay por toda la ciudad? Digo…

No se han preguntado, que la invasión propagandística mediática, es decir, el control de los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales, es con la finalidad de lavar cerebros y construir una conciencia social a la medida de sus locuras revolucionarias. Como seres pensantes, debemos luchar para apartar a esos políticos déspotas, que han retrasado el crecimiento de la nación, rescatando el orgullo de ser venezolano, que somos amantes de la libertad, precursores de la independencia de otras naciones y fiel militantes de la paz y la tolerancia. Con constancia, esfuerzo y dedicación, podemos generar el cambio que necesitamos. Digo…


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