El nivel de arbitrariedad de la dictadura criolla no tiene límite alguno. Su actuación es siempre directa, altanera y contraria a derecho. En ese terreno, el principio marcador es uno: hacer lo que le venga en gana. En un punto opuesto se ubica Roberto Abdul-Hadi Casanova, destacado ingeniero venezolano que se ha dedicado por años a defender los derechos electorales de los venezolanos.

Se ha señalado que Casanova fue alumno del Programa de Visitantes de Liderazgo Internacional del Departamento de Estado de USA y que además, en 2022, fue nombrado miembro suplente de la Comisión Nacional de Primaria, organismo encargado de organizar la elección primaria presidencial de las fuerzas democráticas venezolanas de 2023. Estamos hablando entonces de un venezolano de especial significación a quien no conocemos personalmente pero al que respetamos y admiramos por su entrega a la causa democrática venezolana.

A pesar de su honorable trayectoria, la dictadura no tuvo turbación alguna al detenerlo y proceder a enjuiciarlo sin respetar sus derechos a una justa defensa. ¿Cuál fue la razón de tan insólito proceder? Sin duda el objetivo del régimen es amedrentar a nuestros compatriotas opositores poniendo de manifiesto que las dictaduras están dispuestas a hacer de todo, incluso llevar a cabo acciones contrarias a la legalidad porque simplemente ellas son las que mandan.

Acorde con el sinuoso proceder que el actual gobierno ha tenido siempre, el pasado 6 de diciembre, el mandamás de la Fiscalía General de la República -Tarek William Saab- presentó a Roberto Abdul-Hadi Casanova como «parte de un grupo de traidores a la patria y contrarrevolucionarios que buscaban atentar contra la soberanía nacional y el referendo sobre el territorio de la Guayana Esequiba». ¡Qué fácil es culpar a un hombre inocente y sin asistencia de sus abogados! Lo significativo de tan descabellada acción fue que no se consignaron las pruebas que sustentan las acusaciones ya indicadas. ¿Qué les parece? Nada nuevo en el mar de injusticias de la terrible “revolución chavista-madurista”.

Súbitamente, la película que se escenificó dio paso a la risa y la alegría. En efecto, Roberto Casanova fue liberado en la tarde del pasado miércoles 20 de diciembre. Junto con él también fueron excarcelados Emilio Negrín, Reynaldo Cortés, Gabriel Blanco, Néstor Astudillo, Alcides Bracho y Alonso Meléndez, quienes tenían año y medio presos por razones políticas. Lo que motivó tan singular proceder fue la decisión del presidente norteamericano Joe Biden de liberar a Alex Saab, gestor importante de la actual dictadura, quien estaba en proceso de ser enjuiciado por cargos de conspiración para el blanqueo de capitales. Para los norteamericanos es una realidad que las informaciones que les interesaba obtener de Saab ya las tienen en su poder.

No perdamos de vista lo fundamental: el final del túnel está más cerca de lo que muchos piensan. Esperamos que eso se concrete en 2024.


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