James Story volvió a meter el dedo en la llaga no solo al referirse al robo de recursos en Venezuela, sino también cuando pareció sugerir la falta de voluntad política de España para escarbar en el origen del financiamiento que permite al entorno de Nicolás Maduro mantener lujosamente a sus familias en Europa. En entrevista reciente con el diario ABC de Madrid, el encargado de negocios de Estados Unidos para Venezuela dijo que su país, las autoridades españolas y naciones de América Latina tienen la obligación de ver de dónde viene ese dinero. El diplomático reconoce, sin embargo, que “no todas serán iguales” cuando menciona la necesidad de averiguaciones para llegar al fondo del saqueo. “Pero aún tenemos la responsabilidad de investigar esas riquezas de origen desconocido”, advierte. “Lo estamos haciendo en Estados Unidos”.

La misma preocupación manifestó hace poco Jorge “Tuto” Quiroga, que planteó que se incauten cuentas y se congelen bienes del conglomerado criminal mafioso que domina Venezuela, sus testaferros y familiares. El expresidente boliviano, que fue más directo, expresó sorpresa de que en Europa tengan “una lentitud pasmosa y casi una actitud cómplice con la aplicación de sanciones a gente que se roba el dinero en Venezuela y lo gastan en todo el mundo”. Ese dinero, afirmó en entrevista con El Nacional, se está yendo a Europa, a Estados Unidos y a países de América Latina.

Pero la lentitud en esa materia, a pesar de “todos los datos que salen y las cifras que se ventilan”, también afecta a Estados Unidos, que no termina de escarbar en lo que parecen intrincados vericuetos de los saqueadores y sus testaferros incluso fronteras adentro. El mismo desaliento parece arropar las promesas reiteradas del gobierno interino de Venezuela en el Grupo de Lima de gestionar ante el mundo las acciones necesarias para poner al descubierto a los ladrones y recuperar lo robado a los venezolanos.

Por eso existe la impresión de que las medidas del gobierno interino de Venezuela, Estados Unidos y otras naciones de Europa y América Latina tendrán que ir más allá de la abstracción de “una escalada en la presión diplomática” y concretarse en acciones más contundentes contra los testaferros –incluidos familiares– de Maduro y demás jerarcas del régimen chavista. “Todos tenemos que usar las herramientas a nuestra disposición para hacer esas investigaciones”, ha dicho Story.

Las circunstancias permiten conjeturar que hay un ambiente propicio para congelar activos robados al pueblo venezolano, ahora que grandes nombres de las finanzas internacionales buscan tomar distancia de sospechas que los vinculen con el lavado de dinero sucio y es posible derribar muros aparentemente impenetrables. Y sobre todo porque los saqueadores quedaron al desnudo ante el mundo como perpetradores de crímenes de lesa humanidad. Ahora hay que desenmascarar a los ladrones.


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