Para conocer las estrategias activadas por el chavismo durante estos 22 años de gobierno es significativo comprender que las estrategias electorales empiezan en la biblioteca. Es fuente de información, sobre todo en lo referente a los datos histórico-políticos del país, región o ciudad que se desea estudiar, de los propios manuales y estudios de elecciones, de los mapas electorales, de los resultados obtenidos en las anteriores elecciones o de encuestas.

Hercon Consultores tiene criterios compartidos con la mayoría de los expertos en comunicación política: Las estrategias de campaña política buscan posicionar a un candidato o partido político en el mercado electoral. Pero a pesar de su importancia, muy pocas agencias de marketing y jefes de campaña las saben implementar de manera correcta.

En el caso venezolano, es significativo tener presente que cada campaña política es única e irrepetible. Ejemplo: la campaña de Colombia no será semejante a la de Brasil y la que se va a desarrollar en Venezuela es totalmente diferente a estas dos por sus contextos culturales / situacionales. Es decir, ninguna campaña debe ser igual a otras campañas de otros candidatos ganadores. Las razones son que los hábitos de consumo de los electores en sus diferentes contextos se modifican constantemente, y lo que funcionó hace uno o dos años, ya no funciona en la actualidad, y porque no todos tienen el mismo público objetivo.

“No hay campaña sin estrategia, no hay estrategia sin estudio de opinión”. La estrategia es el componente fundamental de la organización de una campaña electoral. Saber qué hacer, dónde, cómo y con quién es el objetivo a desarrollar aquí. Estrategia es pensar, es construir ideas, no hacer. A eso le llaman táctica. La estrategia se concreta a través del plan de campaña, a veces conocido como manual de campaña. Este es un documento escrito, no público y solo conocido por poca gente dentro del comando de campaña, creado para cumplir la misión de definir las estrategias que direccionan hacia el colectivo electoral.

En el mismo orden de ideas, la brecha y abstención se combaten simplemente con estrategias, estos son dos escenarios complejos que todo comando de campaña debe tener presente, por ejemplo, si un aspirante a diputado nacional en un circuito está posicionado con una brecha muy significativa y estratégicamente juega a la abstención, seguramente le estará dando jaque mate a su oponente, ahora bien, si un candidato está pendiendo por una brecha relevante y la abstención baja, estaremos hablando de probabilidades de una victoria, no segura. En un momento electoral la brecha y la abstención son el tema fuerte o mejor dicho retos que deben resolver todos los jefes de campaña.

Es toda una complejidad ganarle al gobierno de Maduro, pero nada es imposible. Cuando se quiere un cambio existen diversos factores electorales para potenciar ese objetivo: unidad para que ataque la división entre los partidos / aspirantes, una brecha real en la intención de voto sobre Nicolás Maduro que se mueva entre 15% y 20% para evitar tentaciones de fraudes y deslizar toda una campaña diseñada en lo psicoemocional para motivar a la mayoría de los votantes a sufragar el día de las elecciones presidenciales: Desafío, lograr el voto en avalancha contra la agotada revolución bolivariana.

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