Richard Páez

La providencia divina me ha llevado a conocer a quienes jamás hubiese conocido si no fuese por esas coincidencias que el universo nos entrega. Si mis desocupados lectores me lo permiten, quiero informarles que he tenido el placer de conocer personajes inigualables, quienes me han asombrado por sus cualidades y sensibilidad espiritual y humana. Hoy me referiré a unos de los hermanos de la familia Páez Monzón (hijos de Guillermo Enrique y Dora Alicia). Les cuento que Peter Páez es compadre de mi hermana y he tenido el honor de trabajar conjuntamente con Andrew “Pochi” Páez, realizando mejoras en el mítico estadio José Antonio Páez.

Hago esta referencia, al recordar una frase que se quedó grabada en mi memoria para siempre, cuando ante el fracaso de la clasificación de nuestra selección de fútbol, el doctor Richard Páez le respondió a un periodista que lo interrogó: ¿Por qué no pudimos, doctor? Richard solo le respondió: ¡No pudimos más, porque no sabíamos más!

La ignorancia no son desvirtudes. Es simplemente desconocimiento y formación. Es el veneno que nos obnubila y nos consume lentamente. Es el verdadero opio de los pueblos. No en vano Simón Bolívar nos instruyó con su inmortal frase: “Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción”.

Richard se hizo fuerte ante la humillación y la derrota en 1975. Cuando fue  entrenador, cambió para siempre la historia del fútbol venezolano. Con la enseñanza de “irreverencia y sincronismo cognitivo”, la misma que les inculcó a sus gladiadores: El todo es un equipo y no puras individualidades.

Democracia es trabajar en equipo, es tener una misma visión de sociedad, es dejar de llamarnos pueblo para sentirnos ciudadanos. La democracia no es sinónimo de elecciones, ni de la participación eventual de la gente. La democracia es el origen de los países y de las repúblicas. Democracia es esa ilusión que se desvanece sin la división de los poderes y contrapesos. Es el sistema político que gracias al ardid de ambiciosos uniformados, decrépitos mercaderes y truhanes sin virtudes; pervierten con su retórica infame el futuro de todo un continente.

Democracia es formar y educar a los ciudadanos. Es execrar la pobreza física y la miseria intelectual. Es trabajar en equipo para construir una gran nación. Es respetar nuestros espacios, nuestros derechos fundamentales y nuestra dignidad. Democracia es alegrarnos con el desarrollo de la agricultura, con el florecer de la industria, y con dejarle un país ejemplar a nuestros hijos.

Nos hace falta un político de la estatura de Pericles. «El que sabe pensar, pero no sabe cómo expresar lo que piensa, está en el mismo nivel del que no sabe pensar». Nos hacen falta líderes que transformen tanta derrota. Líderes con el mismo coraje que sintió Richard cuando -humillado (11 a 0)– transformó una selección de jugadores venezolanos en esa nueva selección Vinotinto que amamos con el corazón.

Alexis de Tocqueville, padre del liberalismo republicano, filósofo de una dictadura con tutelaje blando, que permite la participación política del pueblo, a cambio de cubrir necesidades y placeres. Revive en este sistema político, ese eterno enfrentamiento del hombre por su libertad, versus la perspectiva moral de entrega de sus deberes por sus derechos. “La verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimientos, sino el hecho de negarse a adquirirlos”, Karl Popper

No se otean en el horizonte a muchos políticos con credenciales para conspirar en contra de la ignorancia. No reflejan muchos líderes de los partidos políticos, características intelectuales, como para revertir la crisis de valores, de formación y de integridad que requiere Venezuela en estos momentos. No visualizo quien tenga la suficiente preparación y sindéresis, como para programar gradual y eficientemente, las transformaciones que se requieren, para que nuestra patria retorne a la democracia y la división de poderes.

Quizás solo el doctor Ramos, abogado, político y escritor, con su publicación Reflexiones sobre el liberalismo, pudiese competir y hasta formar parte de los líderes que construyeron un país de pensadores, como los de la generación del 28.

Cambio mi ignorancia política por una Venezuela libre.

@CarluchoOJEDA

 

 

 

 

 

 

 

 


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