Guaidó liderazgo
Foto EFE

El encargado y nominado del gobierno de transición pregona la necesidad de un nuevo liderazgo y de realizar acciones contundentes para el cambio del modelo político ratificando el hecho de que el régimen ha sometido al país a una crisis sin precedentes. Ante esas expresiones, el inefable debe ser consistente con sus declaraciones y ejecutar acciones inmediatas para la ampliación de su entorno con un liderazgo nuevo y competente para que, de esta manera, salvar las distancias entre el hecho y la acción y no se quede en el aparato como lo cita el viejo refrán: “Del dicho al hecho hay mucho trecho”.

Ante la crisis sin precedente, reiteradamente y sin ninguna pretensión, se ha manifestado por todas las vías que el gobierno interino está obligado por mandato del pueblo venezolano en consultas vinculantes a ampliar su acción opositora apoyado con la contribución de un nuevo liderazgo, y de retomar las gestiones que debe realizar en un verdadero gobierno de transición orientado a la activación de mecanismos dirigidos a inducir el cambio, además de insistir en la necesidad de refundar al país, reconstruir sus instituciones, favorecer la representación de otros actores y validar la acción internacional a través no solo de la individual presidencia interina, sino acompañada de competentes y transparentes personalidades de la sociedad venezolana, acciones imprescindibles en la búsqueda de la libertad y de la democracia.

Se han formulado multitud de diagnósticos, investigaciones directas y  se han considerado los mecanismos necesarios para crear una estructura organizativa de la sociedad civil, no solo de opinión, sino operativa, centrada en un diseño estratégico que facilite la  interacción entre las diferentes fuerzas dispersas, pero que tengan el común denominador la disposición de accionar propuestas que sean tomadas en cuenta más allá de los intereses partidistas y pueda lograr instrumentar la organización adecuada que permita, no solo la vinculación formal masiva y efectiva de la sociedad civil que faciliten coadyuvar en su momento a un nuevo diseño constitucional y permita forzar la reinstitucionalización por todos los medios que conduzcan a la libertad y reconstrucción del aparato democrático en Venezuela.

Consideraciones de orden constituyente con la intervención soberana marcan la orientación para construir una tarea de cambio, incluyendo la incorporación de un nuevo liderazgo representativo que enfrente la debilidad que han mostrado lideres de la oposición, su menguada acción y representación que ha tenido en el compromiso de cambio, que incluso, ha sido  administrada por una dirigencia cuyas directrices más bien conducen a la convivencia con el régimen, provocando pérdida de credibilidad incluyendo la percepción pública  de una conducta cercana a su vinculación con hechos irregulares que, incluso, han determinado la perdida de la militancia de los partidos políticos que representan.

Es imprescindible que el poder emergente, que tiene el apoyo internacional, pueda sustentarse en figuras públicas claves para integrar un Consejo Federal de Gobierno bajo la coordinación colegiada del presidente interino, que rescate la autoridad y pueda inducir al cambio político mediante la exploración de los objetivos y metas que resuelvan la problemática sectorial, que permitan la identificación de segmentos críticos de la situación venezolana y reunir alrededor de dicho consejo un anillo exterior de expertos que dispongan de las mejores capacidades profesionales, técnicas y de influencia para armar una estrategia de cambio global, sectorial y particular en cada segmento social y, al mismo tiempo sirva de apoyo para crear una poderosa red de consultores y dirigentes procedentes de todos los sectores con la única condición de probidad, experiencia y capacitación, que apoyen a todos los niveles los procesos político-sociales que sirvan de vasos comunicantes con la ciudadanía y permitan generar un impacto transformador a corto plazo, acompañados del diseño de una planificación estratégica y la resistencia positiva provocadora del cambio de modelo de gobierno.

Venezuela requiere no sólo la sustitución de un gobernante, la reforma de leyes, o de un determinado procedimiento. Por ello, se requieren medidas casi extremas para solucionar la grave crisis actual. Refundar no es partir de la nada, es un recomienzo histórico asumiendo valores de la nacionalidad, corrigiendo errores y proponiéndose con realismo metas exigentes. No se pretende ilusoriamente borrar el pasado sino proyectándolo con creatividad hacia el futuro por construir y proceder en su momento a la orientación constituyente con las urgente intervención del pueblo para sacar al país de la postración global en que nos mantiene el régimen. Evolucionar hacia nuevos modelos políticos, refundar o crear nuevos partidos políticos sobre la base de nuevos liderazgos identificados con un modelo político moderno, donde los partidos políticos se vinculen a las necesidades ciudadanas, dejando atrás el centralismo y presidencialismo autoritario.

Es absolutamente imprescindible, dada la complejidad del entorno en la cual convive el gobierno interino, el apoyo y estímulo a sectores críticos para lograr la organización unitaria y de manera orgánica. Conocemos las limitaciones que existen para integrar un equipo integral  dentro de una organización coherente de los diferentes sectores de la gobernanza, pero sobre este particular, la crisis obliga a dar prioridad a los sectores que influyen directamente sobre la gobernanza, la economía y los efectos sociales que la crisis inducida por el régimen ha sometido a los venezolanos y dar forma a las acciones que se derivan de los programas sectoriales, muchos de ellos terminados y discutidos en ámbitos nacionales, gremiales, académicos y populares los cuales deben instrumentarse con un plan estratégico con el soporte y asignación de recursos administrados de manera colegiada por los mejores expertos en la materia que por cierto, son abundantes y que presentan una hoja de servicios impecables, conocimiento y probidad.

Estos lineamientos llevados a cabo con criterios éticos y deberes ciudadanos deben ser compartidos y realizar los ajustes correspondientes a los intereses patrios y, ser extensivos a toda una estructura de poder verdadero acompañados con el apoyo internacional no solo como defensa de la democracia, sino incluso, debe contribuir al rescate de los países latinoamericanos que paulatinamente se visten de rojo y ponen en peligro la libertad y la democracia de todo un continente.

Si estas iniciativas son nuevamente fallidas, si la estructura diseñada, los apoyos logrados, el curso de acción seguida es inoperante y se mantienen los esquemas personalistas o de grupos que intentan preservar sus intereses que ya se confunden con la cadena del crimen organizado, la sociedad civil venezolana, los partidos políticos solventes, y las instituciones que han logrado con honorabilidad sobrevivir tienen que apartarse de ese modelo de gestión fallido, dejar de un lado el pedimento al presidente interino y tomar otro camino

Será entonces necesario tomar vía alterna, lograr el esfuerzo catalizador que haga sinergia para el cambio político, sacudirse de una falsa y sorda dirigencia, deslastrase de una vez por todas de los intereses particulares de un gobierno de emergencia virtual, y de países que dicen proteger a la democracia, pero que nos han usado de acuerdo a sus intereses hipócritas,

Es mejor estar solos que mal acompañados, entonces será mejor dejar a un lado el peso que nos ata, y desarrollar de manera independiente una gran acción sinérgica que permita avanzar en una lucha frontal, organizarnos para rescatar las libertades, y refundar el país, apoyado en la gran capacidad de su ciudadanía la cual ha sido castrada por su dirigencia, pero dispuesta a crear un poderoso movimiento por el rescate de la libertad y la democracia.

 

 

 

 


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