Paulatinamente, el chavomadurismomilitarismocastrismoideologismo se está aislando. Se aleja irrefragablemente de un modelo de convivencia nacional e internacionalmente. El Estado democrático y social de Derecho y de Justicia que propugna la vida, la libertad y el pluralismo político ya no le calza como marco político y jurídico.

Vive la metamorfosis del autoritarismo; se oligarquizaron sus promotores y dirigentes, de llamarse revolucionarios acaso ofrecen como perfil tipológico, el de un mutante que se pervierte conscientemente o si lo desean sus benevolentes endogenodetractores, inconscientemente.

Rechazan a la soberanía nacional popular y a la democracia como constructo que lo orienta hacia una república. Deviene en Nicaragua, Cuba, Corea del Norte, China, Rusia, Bielorrusia, formas de gobierno autocráticas y despóticas, con un denominador común; prescinden de la ética que sostendría a una auténtica república como antes dije y los catapulta hacia la enajenación, el solipsismo y otras nocivas patologías.

Para huir hacia adelante como les enseña el protectorado cubano que dejó cómo herencia el difunto y, por cierto, en otro de varios actos antipatrióticos llevan el país hacia atrás. Lo deconstruyen literalmente, lo vacían de sus connacionales y lo desrepublicanizan, lo desconstitucionalizan, lo desinstitucionalizan y lo desconvencionalizan.

La centrífuga ha sido constante y se ha hecho sistémica. Su compulsión hacia la constitución de un poder salvaje, como lo llama Ferrajoli, les impulsa a denunciar cualquier compromiso si el susodicho puede significar un límite o una expresión contralora. Desde el inicio Chávez lo pretendió incluso como consigna, pero no para sanear y ordenar a la potencia pública sino para hacerse de ella concupiscente.

Han transgredido la norma de dentro y la de afuera. Celebran con jubileos la contumacia y la impunidad en la que se desempeñan. Inficionaron del virus ideológico todo el aparato público, la fuerza armada antes nacional y hoy del PSUV, la justicia, la policía, la educación, la salud, la industria y se han burlado de los históricos y legítimos objetivos del Estado venezolano.

El pacto interamericano sobre los derechos humanos, la comunidad andina, el Mercosur, el Ciade, la CIJ, la ONU y próximamente la CPI, luego de disponerse la orden de arresto del titular del Ministerio Público, son desconocidos y en su lugar el discurso insolente, arrogante y procaz sigue a la soledad del estado fallido y de su clase política, presa de su bajo psiquismo, de su miedo por que quién lo hace mal, teme y ellos lo han hecho muy mal.

Dejándose de todos, aislándose paulatinamente en consecuencia, ensaya el chavomadurismomilitarismocastrismoideologismo para sobrevivir, cualquiera de los desmanes imaginables siendo el monstruo kafkiano en el que se ha convertido, arácnido, invertebrado, pero aún armado, represivo y cínico. Y aún agarrado al sartén del aparato militar y de sus tonton macoutes de la policía política.

Esta semana, para sorpresa de todos, se reinicia la parodia de los acuerdos de Barbados nuevamente. Resucitar al muerto por violencia, transgresión, barbarie y falsedad es la tarea de unos y otros y lamento el rol que tendrán que jugar los ya iniciados y quién sabe cuál nuevo Frankenstein será engendrado, de pacotilla, precario, pero esa es su naturaleza y ciertamente, ego sum qui sum.

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@nelson_chitty


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