Invito a reflexionar en este artículo, con profundidad conceptual pero de modo sencillo y como una sola familia venezolano-americana, sobre discutibles verdades, para redescubrir las causas de raíz de los por qué en Venezuela, después de tantas evidencias del fracaso de la Cuba socialista castrista, se haya caído en la catastrófica vieja trampa rebautizada del «socialismo del siglo XXI”.

Escucho entrevista a personajes a los que he admirado por ser profesionales valiosos que, siendo mayores en edad y que tuvieron oportunidad de desarrollar en un más largo período su potencial, sin embargo veo que hablan de política y de petróleo y sin embargo caen en las misma figuras de repetición de baratijas estatistas y de subestimación del pueblo, para prescribir más de los mismo que nos trajo hasta acá: del populismo al petroestado, el rentismo y la repartición del botín electoral. No les nombro porque les aprecio y respeto, pero ha llegado la hora de nuevos paradigmas, nuevas propuestas: No, nosotros no queremos reconstruir Pdvsa. Nosotros no queremos reconstruir esa misma Venezuela que juzgó a CAP, ni la que llevó a Alfaro Ucero o a Irene Sáez de candidatos a la Presidencia de la República. Ni mucho menos a la Venezuela que ahora exhibe al Conde del Guácharo como posible candidato. Nosotros queremos refundar a Venezuela desde sus raíces más profundas de amor por la libertad, la familia, la justicia y la democracia, para todos.

De la leyenda castrista, dizque del combate a la dictadura de Batista; a la injusticia social y para conseguir la redención del hombre malvado, creando al hombre nuevo, se terminó pasando a ser en cada vez mayor medida un Estado colonial, y casi feudal. La Cuba que fue cada vez más dependiente de la caridad soviética, y que ahora lo es de la Rusia de Putin, porque ya casi acabaron con los cobres venezolanos, es humillanteme para los buenos cubanos que sobreviven en la isla y para sus hermanos, los nobles cubanos del exilio que han pasado la vida enviándoles remesas, esto que acaban de reafirmar los chulos castristas con la visita del desvergonzado títere de Raúl Castro, Díaz-Canel, quien patéticamente se colocó “rodillas en tierra”, para postrarse ante sus amos putinianos.

Edificar una nueva sociedad, saludable mental y físicamente, de no solo igualdad ante las leyes, sino de promoción del ser humano, en valores y principios, implica desarrollar el más importante y primer núcleo de ella, que como la mayoría de nosotros compartimos es la familia. Dicho desarrollo del primer núcleo social de una nación, para su sano crecimiento y elevación no solo de cuerpo sino de mente, sólo es posible si se comprende que el monopolio de la violencia, que lo debería detentar sólo el Estado democrático claro, esté realmente supeditado al control del ciudadano libre.

Con base en la creación de las instituciones para la libertad y la democracia, que se comienzan a establecer sólo mediante un pacto de orden para la gobernabilidad, con castigo ejemplar al fraudulento que conspira a diario contra las más elementales normas para la organización libre para el trabajo productivo, de la propiedad privada como punto de partida, y el derecho del ser humano a que se le respete su derecho al progreso individual por sus esfuerzos y compromiso con su familia, y así entonces con su sociedad misma. Ese es el pacto social de la verdadera y auténtica constitución para que crezcan individuos con mentalidad productiva, de igualdad ante la ley pero que gracias a Dios, nos concibió como hermanos pero todos únicos y diferentes.

Siento que puedo afirmarles, gracias a las que fueron importantes y variadas enseñanzas dentro de la democracia en que crecí, más que por un experimento social forzado por nadie, por las vivencias en mi desarrollo profesional desde el área privada, y en el cumplimiento de funciones publicas,  primero operativas y luego estratégicas de diseño y ejecución de planes para el desarrollo de infraestructuras y servicios públicos que Venezuela estuvo lista y estará para los cambios que acometeremos. Involucrado con comunidades, desde los caseríos mas despobladas, carentes del servicio eléctrico y del agua potable, por falta de un simple tendido eléctrico y un sistema de toma de agua convirtiendo a multipropósito desde embalses concebidos sólo para control de crecientes, y que estaban muy cerca de dichos poblados. El pensamiento, de mentalidad muy limitada, sin capacidad visionaria de desarrollo y emprendimiento, no nos daba respuesta satisfactoria. Algo como que “no había suficiente población como para justificar las inversiones en construir tales servicios. O como en ciudades que algunos funcionarios presidentes de las Hidrológicas que habíamos creado querían retener bajo la concepción del dominio público para administrarlas bajo sus presidencias de control interesado en su propia continuismo en cargos que sin privatizar aguas abajo la gestión nos mantuvo en el concepto estatista, sin las inversiones y tecnologías que para la calidad y el control de pérdidas las empresas privadas internacionales nos hubiesen aportado. No, nosotros no queremos supuestos héroes administradores del cambio y de las reformas que mantengan en el control estatista y el atraso a la apertura económica, el capitalismo del progreso y el desarrollo a Venezuela.


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