Hoy el mundo está en vilo, se espera que Vladímir Putin haga un anuncio que podría tener consecuencias graves. Está entre la espada y la pared y podría ser capaz de tomar medidas terribles. Quiso someter a Ucrania en una operación relámpago pero lleva más de 70 días envuelto en una guerra que no ha logrado ganar, no obstante tiene un arsenal nuclear que amenaza con utilizar.
Este 9 de mayo Rusia celebra el llamado Día de la Victoria una fiesta nacional en la que de acuerdo con los analistas de política internacional, este año se prevé que Putin aproveche la expectativa mediática para declarar la guerra abierta a Ucrania, lo que se traduce en una movilización total de las fuerzas de reserva rusas, y en una posible treta para reclutar soldados, porque en este momento necesitaría desesperadamente mayor número de tropas ante la falta de voluntarios.
Aunque Putin ha perpetrado una verdadera carnicería en contra de los ucranianos, él es considerado el gran derrotado en este conflicto armado entre Rusia y Ucrania, y ha ido caminando de fracaso en fracaso: el buque insignia de la flota rusa fue hundido, no lograron tomar Kiev, se estima que han perdido alrededor de 15.000 soldados y el mundo entero rechaza las acciones del tirano.
Los vientos de la guerra amenazan una vez más la estabilidad del continente europeo y del mundo. La locura de Putin ha causado incalculables bajas, así como una inestabilidad económica generalizada que está repercutiendo en el coste de los servicios básicos, alza en los precios del combustible y los alimentos y en una inflación a gran escala. Solamente en Estados Unidos la inflación anual registró su pico más alto en 40 años. Los consumidores están pagando las consecuencias de la locura de Putin.
La situación actual de Vladímir Putin sólo es comparable a la de una rata acorralada, ante el mínimo movimiento podría atacar. Ya ha amenazado con aplicar una ofensiva rápida en contra cualquier nación que interfiera en el conflicto y ha dicho que es capaz de utilizar armamento nunca antes visto. Lo cierto es que se sabe perdido y que en los actuales momentos cualquier operación armada para respaldar a los ucranianos podría causar la irritación del tirano del Kremlin, esperemos que su locura no le lleve al punto de apretar el ”botón” que desencadene la tan nombrada y temida Tercera Guerra Mundial