Si pasara un tsunami natural o político que obligara establecer la reconstrucción de un nuevo orden para la nación, donde emergen nuevos liderazgos, con un enfoque de economía de libre mercado, libre competencia, de respeto al orden de los derechos naturales de la justicia, que garantice la propiedad privada, de un impuesto único y Estado chico (reducido en funciones) que en medio de toda aquella transformación del modelo de Estado y económico, se hagan las reformas constitucionales para pasar de un Estado federal centralizado de control global a una modelo de república federal autonómica con todos sus principios, además de establecer un Estado monoteísta que respete la libertad de culto, de orden constitucional, donde al mismo tiempo se establece una moneda de circulación de oro, basadas en el sistema monetario respaldado por metal, donde el peso y el valor sea equivalente al sueldo de cada trabajador, bajo el patrón oro de anclaje al 100% bancario, que muy bien puede llevarse a cabo aliados al sistema de aplicación digital, que hoy son usuales, fusionados con tarjetas de débito e incluso crédito, que sirvan de instrumentos cambiarios, basados en el valor del patrón oro de la moneda, donde tantas monedas sean en paridad a un kilogramo de oro que se cotiza en el mercado mundial al valor actual que de manera automática se pueda canjear en la banca pública o privada.

Todo bajo un sistema federal parlamentario que permite catapultar a la nación a los primeros puestos de la economía del mundo, donde las principales marcas comerciales se peleen por estar ahí, impulsando el desarrollo, al que el atraso del sistema monetario lo confinaron durante siglos de centralismo aliado al presidencialismo gubernamental de la actualidad, en el que también la inmunidad parlamentaria o política no signifique nada ante la presunción de un delito de corrupción.

Un modelo político, económico, monetario que empiece alentar a todas las naciones del mundo, consiguiendo que sea el temario, la agenda en los nuevos foros, parlamentos, academias, universidades, conferencias, grupos y equipos influyentes en todo el mundo, donde ese memoria áurea de estabilidad, libertad, respeto que se empezó a alterar desde la creación de la Reserva Federal, paralelamente a los actos que precedieron a la Primera Gran Guerra o I Guerra Mundial y luego con los acuerdos de Bretton Woods en plena Segunda Guerra Mundial; con familias grandes, numerosas, presentes en todas las culturas y pueblos, sea el orden dialéctico establecido que hoy se puede comprender; haciéndole frente al biopoder, es decir, al control de las personas del que se ufanan hoy, los sistemas tiránicos y totalitarios que oprimen poblaciones en todo el mundo.

Para terminar, tenemos que saber que el patrón oro es un sistema económico financiero que le quitaría el poder a los grandes monopolios del mundo, devolviendo el valor de dinero a los pueblos, el valor del patrimonio de cada persona, devolviéndole la libertad y el respeto a los individuos y por ende a las naciones, rescatando la capacidad de ahorro e inversión, deteniendo los procesos inflacionarios que vienen socavando los sistemas democráticos de las naciones y mucho más si se fusiona con sistemas parlamentarios de Estado Federal descentralizados y autonómicos.


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