Desde hace 50 años se conmemora el 11 de septiembre la muerte de Salvador Allende, en Santiago de Chile. Y desde hace 22 se recuerda el derribamiento de las torres del One World Trade Center.

Para mi suerte asistí desde mi oficina de periodista en Manizales y desde mi cuartel en el Grupo Mecanizado Nº 1 en Bogotá.

En el primer caso, aprendí que dirigido por una mente superior: el 11 de septiembre de 1973, mi general Pinochet asumió el poder y el control de todos los chilenos. Naturalmente que Allende era marxista

Allende nombró a Agustín Pinochet como comandante del Ejército chileno. Cerca de 5.000 fueron guardados en el Estadio Nacional, bajo estrecha vigilancia de sus esbirros. Hubo una “ruptura democrática” en el país, manifestó un coronel a este periodista. En 1977, Augusto Pinochet llamó a elecciones y así terminó su mandato.

Ahora, que su memoria enfrenta la opinión pública en Chile, con algunos que lo odian y otro tanto que lo quieren, especialmente los jóvenes, no nos queda sino decir que Chile no sería lo que es si no fuera por él. Y aunque ha llegado al poder un declarado marxista, podría decirse que sin él Chile se merece lo que tiene.

El otro incidente se trata del derribamiento de las Torres Gemelas, del World Twins Towers. Las mencionadas torres fueron en su momento diseñadas por un arquitecto japonés, Nimosi Yamosa K, y les costaron la vida a 2.999 personas. El segundo avión se estrelló contra el Pentágono y el número 3 en un campo de Pensilvania. Cada torre con 110 pisos en donde se montó el llamado Ground Zero. Allí se instaló la Torre de la Libertad cuyas  puertas se abrieron para los transeúntes el 14 de agosto. Una curiosidad, el vuelo 11, el cual cubría la ruta desde Boston a Los Ángeles (LA); así como el vuelo 77, que cubría la ruta entre Dulles (Washington) y LA. Además, retuvieron dos vuelos de United Airlines: el vuelo 175, que cubría la ruta de Boston a LA, y el vuelo 93, cuya ruta comenzaba en Newark (Nueva York) y terminaba en San Francisco.

Todos los vuelos eran de la industria aeronáutica American Airlines. Osama Bin Laden fue asesinado en mayo de 2011.

Frente a estos dos hechos luctuosos algunas conclusiones pueden extraerse.

La primera es que septiembre es un mes complicado. Allende y sus golpes a la democracia chilena, las torres en Nueva York, y así podría seguir septiembre tras septiembre.

La segunda es la de que el escritor Deepak Chopra nos lo recuerda: “El 11 de septiembre es un recordatorio de que la vida es fugaz, transitoria e incierta. Por eso, debemos aprovechar cada momento y nutrirlo con cariño, ternura, belleza y creatividad”

La tercera es que el terremoto de Libia y el de Marruecos se dieron durante este mes que no deja de sorprendernos con sus sacudidas y cantidad de muertos: más de 10.000 en Libia y unos 2.000 en Marruecos.

Y cuarta, podemos seguir esperando a que el próximo septiembre nos está aguardando un  tipo Marx, en Chile, y un atentado terrorista en US. Si así fuere, la virgen nos coja confesados.


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