En su libro Vidas escritas, el autor español Javier Marías (1951-2022) aborda la inigualable figura de Oscar Wilde (1854-1900), un autor de culto. Palabras más, palabras menos, en la mencionada obra leemos aspectos variados de su impactante figura y personalidad. Así nos enteramos de que la mano que extendía para saludar “era mullida como un cojín, o más bien fofa como plastilina gastada y algo grasienta”. Eso último explica el rechazo que  generaba ab initio a quienes lo conocían pero que, en cosa de segundos, tan pronto comenzaba a hablar, se transformaba en admiración y simpatía.

La mejor demostración de esto último quedó estampada a raíz de la inicial confrontación que tuvo con el marqués de Queensberry -padre de una figura cercana al prominente intelectual-, el cual cedió ante sus encantos. Al respecto, Marías apunta: “Queensberry llegó lleno de odio y desprecio hacia Wilde y muy mal dispuesto, pero a los diez minutos comía en la palma de su mano”. Sin embargo, lo anterior no fue óbice para que la actitud del marqués cambiase radicalmente más adelante, llevando a tan estelar personaje a la cárcel y a no escribir nunca más.

Años antes de su caída en desgracia y consciente como era de la realidad humana, Wilde escribió lo siguiente: “La vida lo vende todo demasiado caro, y nosotros compramos sus más mezquinos secretos a un precio monstruoso”.

Es inevitable que la perversidad, en sus más variadas expresiones, se nos haga presente. La revolución bolivariana es la mejor demostración de tan cruda realidad. Un proceso que fue visto por Hugo Chávez Frías como “bonito”, puso de manifiesto su perversidad y locura con las acciones que llevó a cabo con ocasión del paro petrolero. Chávez y su entorno no dudaron un segundo en despedir a buena parte del personal de Petróleos de Venezuela, que luego se suplanta con personajes incompetentes y  dados a las prácticas delincuenciales. Los resultados de las acciones revolucionarias se han hecho manifiestos con los “movimientos” que se han generado en la hoy empobrecida industria, así como las detenciones de operadores de variada ralea y procedencia.

Nuestro artículo de hoy tiene como propósito fundamental poner de manifiesto el anverso y reverso de los seres humanos, esto es, la real cara de la moneda. Lo bueno y lo malo siempre estará presente ante nosotros; por tanto, a las personas de bien sólo les queda avanzar por la senda correcta. Ese es el camino que los aparta de las lamentaciones. Nunca lo perdamos de vista.

@EddyReyesT


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