En el año 1989 se reunían George Bush (padre) y Mijaíl Gorbachov en lo que para muchos marcó el fin de la guerra fría: la Cumbre de Malta. Al día de hoy, podemos dar fe, basados en los acontecimientos que vienen sucediendo en el mundo, que en realidad no ha sido así, la guerra fría sigue en pleno, más caliente que nunca y Venezuela es pieza importante en ese juego de ajedrez geopolítico.

Para entender por qué aún permanece activa esta forma de confrontación, y a pesar de que han transcurrido más de 30 años desde la celebración de la Cumbre de Malta, es necesario hacer un breve recuento de algunos hechos significativos ocurridos entre los años ochenta y noventa en la Unión Soviética (URSS), durante el proceso de disolución de la unión de Estados que la componían y el nacimiento de la Federación Rusa.

Capítulo I: Disolución de la Unión Soviética y nacimiento de la Federación Rusa

Luego del fallecimiento de Chernenko en el año 1985, asume la primera magistratura Mijaíl Gorbachov, quien además de ser el miembro más joven del Politburó –tenía 52 años en ese momento– plantea ideas nuevas con las que perseguía cambiar el esquema burocrático y antisemita de Chernenko. Hay que recordar que la URSS generó una dependencia hacia la economía armamentista y además presentaba elevados niveles de corrupción, por lo que la economía soviética iba en caída libre. Gorbachov, sin alejarse de la ideología comunista, plantea con urgencia un esquema de gobierno de cambios, basado en cuatro elementos fundamentales: transparencia, democratización, desarrollo y reestructuración, (glásnost, democratizatziya, uskorenie y perestroika). De todo su planteamiento, el cambio preponderante y palpable fue el legal, donde se aprobaron una serie de reformas constitucionales y por primera vez en la historia de esa nación, se organizan procesos electorales con candidaturas múltiples para el Congreso de los Diputados del Pueblo. Casi de manera involuntaria, Gorbachov abría las puertas para llevar el sistema soviético a una transformación hacia la democracia. Esto era observado de cerca por los sectores más conservadores del aparato soviético, incluida la KGB y el Partido Comunista Soviético, el cual se debilitaba de manera acelerada.

Gorbachov, quien se ve presionado por el partido y a su vez se fortalece la intención de independencia de varios Estados asociados a la unión, impulsa de manera urgente unas reformas constitucionales que conllevan a la instauración de un sistema presidencialista, es elegido presidente de la URSS el 15 de marzo de 1990, al mismo tiempo se crea la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR). Casi de inmediato, entre febrero y mayo de 1991, en un ambiente convulsionado, Boris Yeltsin es elegido presidente, logra contener un golpe de Estado iniciado por miembros ultraconservadores de la KGB, y Gorbachov, quien había sido confinado alegando razones de salud, es liberado y se presta a apoyar a Yeltsin y los cambios radicales que promueve, a fin de sostener la estabilidad de la unión de repúblicas, pero las reformas que repetidamente intentó aplicar favorecieron las fuerzas nacionalistas, ortodoxas y populistas que se le oponían. Fue inevitable, doce de las quince repúblicas que conformaban la Unión Soviética se habían declarado independientes. El colapso económico sumado a la disolución de los órganos del poder central, obligaron a la apertura de un nuevo período constituyente. Gorbachov pierde autoridad política y la posibilidad de concretar el tratado de Unión de Estados Soberanos, y el 8 de diciembre de 1991 se firma el tratado de la disolución de la Unión Soviética, Gorbachov dimite y se da paso a la Comunidad de Estados Independientes conocida hoy como la Federación Rusa.

Luego de la disolución de la Unión Soviética, se dio inicio a un proceso de reestructuración del sistema, el cual fue mal manejado. Los expertos en economía pensaron que al desaparecer el orden administrativo soviético, el PIB tendría un impulso mayor al que realmente tuvo. Aprovechando la coyuntura y la falta de supervisión fiscal del mismo entorno de Yeltsin surgió una nueva casta oligarca. La carencia de técnicos, profesionales y académicos preparados, produjo una nueva élite económica conformada por los antiguos miembros del gobierno o vieja “Nomenklatura”, quienes acostumbrados al viejo esquema repleto de vicios, les permitía regir el estado sin contrapeso alguno. Para preservar su riqueza e influencias, terminaron por apoderase del sistema económico de la Federación.

Capítulo II: Ascenso de Putin al poder

Vladímir Vladimirovich Putin, de origen modesto, abogado graduado con honores en la Universidad de Leningrado y con amplia experiencia en la KGB, en el año 1998 fue nombrado por Yeltsin director del Servicio Federal de Seguridad SFS (sustituta de la KGB), y al mismo tiempo, secretario del Consejo de Seguridad Nacional.

Los vicios del viejo esquema comunista que habían invadido el naciente sistema federal, mermaron la popularidad de Yeltsin. Esto, sumado a un debilitado estado de salud lo llevó a tomar una decisión drástica que involucraba a Putin. Yeltsin, promotor de las libertades democráticas, creía en el relevo de los jóvenes líderes, por lo tanto, basado en la supuesta visión liberal que tenía Putin, y sin importar los vínculos de este con la KGB, en agosto de 1999 lo nombra primer ministro, señal inequívoca de que sería el relevo de Yeltsin. Cuatro meses después Yeltsin anunciaba su renuncia.

Cabe destacar que Putin llega a la Vicepresidencia con un nivel de popularidad bajo, 39% según el Levada Center (Centro de estudios y sondeos). Durante los primeros cuatro meses, lleva a cabo dos acciones que marcaron sus inicios en el Kremlin: primero, tomar los medios de comunicación que estaban en manos de la oligarquía, y segundo, después de que sucedieran una serie de misteriosos y “convenientes” ataques de terroristas chechenos sobre edificaciones en Moscú y Volgodosk, basado en un discurso con un mensaje xenófobo bien estructurado y dirigido no solo a los ciudadanos rusos, sino también a la opinión pública mundial, justifica una respuesta inmediata contra los separatistas chechenos, ordena bombardear la ciudad de Grozni, lo que generó un notable aumento en las cifras de popularidad hacia su persona, elevando a 84% su aceptación popular. Los medios, ya en manos de él, lo convirtieron en el “hombre fuerte” de Rusia.

Vladimir Putin, exagente de la KGB, primer ministro y el “hombre fuerte” entraba a ocupar la presidencia de la Federación Rusa, además, quedando en principio en evidencia de los métodos que emplearía, los cuales han sido los mismos que empleaba la KGB para ayudar a sostener el sistema soviético, adaptados a los nuevos tiempos. Estos métodos se basan en varios aspectos que van hacia lo particular, como la coerción, amedrentamiento e incluso el asesinato de personas que se opongan a los lineamientos dictados por Putin, y hacia lo general, como el manejo de masas de población por medio de la represión y el control psicológico social, a través de un estructurado y bien pensado aparato mediático.

Capítulo III: El Método Putin

Ya estando en el poder, Putin, consciente de que el mundo y específicamente Estados Unidos observan cada movimiento que realiza, se plantea un objetivo inicial: permanecer en el poder. Esto pasa por una serie de aspectos internos y externos –asuntos de índole internacional– y estos aspectos inciden directa o indirectamente entre ellos mismos, generando consecuencias que afectarían a la estabilidad del sistema recién nacido, y el cual él dirige.

Como heredero de la mentalidad basada en el llamado “Poder Soviético”, Putin asegura y sostiene que el occidente –especialmente Estados Unidos–  influyó directamente en la disolución de la Unión de Estados Soviéticos (URSS), a pesar de que en el desarrollo de los acontecimientos se observa lo contrario. Esta idea, para él, es reforzada por los sucesos que acompañaron a la Primavera Croata y los conflictos de Yugoeslavia en los años noventa.

En cuanto a política interna, con los medios privados bajo su control y los dueños de dichos medios en la cárcel, inicia una campaña contra la oligarquía existente. Esta campaña va acompañada de ataques mediáticos para poner de su lado al pueblo ruso. Ubica en puestos de gobierno a personas de suma confianza –aunque en realidad él no confía en nadie– amigos de su infancia y compañeros de la extinta KGB, ocupan puestos relevantes en su gabinete. Prepara todos los escenarios, incluyendo el electoral, en el cual, para generar sensación democrática, estructura una trama con un aliado capitalista de la oligarquía rusa, Dimitri Medvédev, con quien se alterna para ocupar la presidencia o primera magistratura, según convenga. Persigue a líderes opositores como Vasili Popov, actualmente asilado en Finlandia, ordena asesinar a otros como Boris Berezovski, hallado sin vida en su casa en Inglaterra en 2013, o recientemente, Alexei Navalny, quien en el mes de agosto de 2020 casi fallece al beber un té envenenado con un agente tóxico de origen soviético. Actualmente, la popularidad de Putin ha disminuido notablemente, pero eso no perturba su intención de continuar aferrado al poder.

En cuanto a política exterior, convencido de la influencia de Occidente en los asuntos internos y el devenir político de algunos países de la región, incluyendo a Rusia, Putin se planteó ejercer una contraofensiva basada en una estrategia que incluye la desestabilización de algunas naciones que representan intereses para Occidente y el apoyo a regímenes dictatoriales con características similares al suyo, con los cuales poder aliarse. Durante la Conferencia de Seguridad en diciembre de 2007, en la ciudad de Múnich, pone en marcha dicha estrategia. En un discurso considerado por muchos como histórico, debido a la critica que manifiesta a lo que definió como la expansión de la OTAN o el modelo unipolar impuesto por Estados Unidos y la Unión Europea, y su planteamiento sobre un mundo multipolar, en el que habría que contar con Rusia y el resto del mundo. Uno de los primeros ejercicios llevados a cabo por el Kremlin bajo ese concepto, se puso en práctica, en respuesta a la “Primavera Árabe” en Siria de 2015, apoyada de forma soslayada por Estados Unidos, la cual puso en jaque la presidencia de Bashar al-Assad. Rusia decide intervenir en la guerra en apoyo al gobierno de Al-Assad, convirtiendo a Siria en escenario para ejercicios u operaciones de combate de las fuerzas armadas de ese país, en lo que ellos denominaron “centro de entrenamiento para las tropas rusas”, en un intento por justificar su intervención.

Capítulo IV: El mundo multipolar de Putin, Eje Europa-América

Es evidente que Putin pretende con su plan generar un tercer polo que sirva de contrapeso en el tablero del juego geopolítico mundial. Moscú se ha convertido en una suerte de centro neurálgico de una red de naciones con ciertas características comunes, cuya finalidad es la de confrontar al orden mundial establecido en Occidente, el cual se sustenta en las libertades democráticas, individuales y económicas. Las más notorias de dichas características son: 1) Control del Estado y subyugación de la población basados en una ideología política o religiosa. 2) Sistema económico basado en negocios turbios, tráfico de armas, narcotráfico y contrabando ilegal de bienes de diversa índole. 3) Un enemigo común; la libertad democrática. En el mundo existen una serie de naciones que reúnen dichas características, como puede observarse en Bielorrusia y Kazajistán, aliados naturales de Rusia; China, un aliado comercial muy importante para Rusia, ya que es el principal comprador de su petróleo, o Siria y Venezuela, países en los que hay actualmente una pugna por el poder entre regímenes dictatoriales y grupos promotores de la democracia.

Putin aprendió en 2011, con lo sucedido en Libia al llegar la Primavera Árabe, que cometió un error al restar apoyo al gobierno de Muammar Gadafi, permitió la caída de su gobierno, por ende, la pérdida de un aliado importante. Por ello, pudimos ver en el caso de Siria, optó por apoyar al gobierno de Al-Assad por medio de una estrategia de presión diplomática y un despliegue militar, lo que ha mantenido a flote al régimen sirio hasta ahora. Cabe destacar un detalle  importante, el este apoyo a Siria por parte de Rusia fue de manera conjunta con Irán, quienes a pesar de tener diferencias en sus posiciones políticas sobre el Oriente Medio, se han mantenido hasta ahora juntos en lo que podría definirse como un “matrimonio por conveniencia”.

En cuanto a América Latina y el Caribe, tenemos a Cuba, una isla que sirve de ejemplo del funcionamiento del sistema de control totalitario de origen soviético. Cuba retomó relaciones diplomáticas y comerciales con Rusia, desde que Putin asumió el poder en el año 2000.

Actualmente Rusia es el principal acreedor de Cuba, pero las relaciones entre ambos van más allá. Rusia viene utilizando a Cuba desde hace años, como punto estratégico para exportar hacia Latinoamérica el modelo de control totalitario, lo cual le ha permitido conseguir aliados importantes por la ubicación geográfica de los países involucrados, ya que, básicamente, según aluden algunos expertos en el tema, están en el “patio trasero” de Estados Unidos, lo que representa un peligro para esta.

Capítulo V: El método Putin y la República Bolivariana de Venezuela

Para dar una definición cercana a lo que es el Método Putin, se puede decir que es una forma efectiva de incursión injerencista y pacifica, que ejerce el Estado ruso sobre cualquier otro Estado, por medio de la influencia y manipulación estratégica de sus líderes políticos y de su sociedad, con el fin de obtener beneficios que van desde lo económico, hasta el ámbito geopolítico.

Basados en esta interpretación, se puede alegar que el primer Estado americano continental en ser tomado bajo este esquema de incursión pacífica dirigido por Putín fue Venezuela. La injerencia se inició cuando aún existía la URSS, por medio de un proceso de ideologización, entrando en la mente de jóvenes universitarios en las décadas de los sesenta, setenta y ochenta, cuando el país aún se regocijaba de su economía, con un dólar a 4,30 y con niveles de corrupción efervescentes.

Los estrategas preparaban el terreno para tomar el control del país. El primer intento fue por la fuerza, apoyados por una población engañada y adoctrinada. Sin embargo, el golpe de Estado de 1992 fracasó y el líder del alzamiento, Hugo Chávez Frías, fue puesto preso junto con otros sublevados, a pesar de ello, el plan de llegar al poder se mantuvo en pie. El próximo intento lo harían aprovechando los mecanismos democráticos.

Los golpistas y los ideólogos que estaban detrás de ellos esperaron seis años, período en el que crearon las condiciones óptimas para lograr su objetivo: la Presidencia de Venezuela. Aprovecharon la corrupción imperante en el sistema de gobierno; al llegar al poder, ubicaron en puestos clave del Estado a aquellos que fueron adeptos a su ideología en su época universitaria. Los poderes Judicial, Ejecutivo y Legislativo fueron tomados y comprados por quienes ayudarían a encaminar la evolución de las circunstancias y llevar efectivamente el plan al término de su conveniencia.

En 1994, Chávez y sus cómplices golpistas fueron excarcelados sin algún tipo de penalización o sanción por los asesinatos y otros delitos cometidos la sublevación de 1992. En el año 1998, Chávez es elegido presidente.

Una vez en el poder, el gobierno de Chávez comenzó a asomar visos del proyecto político que tenían preparado él y sus socios políticos para la nación. Para el año 1999 se celebró el proceso constituyente y para 2002 se produjo un intento para derrocarlo, el cual fue frustrado. A partir de ese momento, la cúpula chavista se aferró a la presidencia, acentuando el método totalitario soviético de Putin.

La implementación de la estrategia de control político se basó en 4 puntos fundamentales: 1) Control de la Asamblea Nacional, Poder Judicial y el Consejo Nacional Electoral; 2) Control de la Fuerza Armada Nacional; 3) Control absoluto de los medios de comunicación y diseño y creación de un aparato comunicacional propio del régimen y 4) Control y opresión de la población. Estos cuatro puntos sirvieron como punto de partida a la implementación de políticas drásticas y coercitivas en contra de la empresa privada y la banca privada. Se expropiaron y destruyeron miles de empresas, fincas e industrias productivas, y se establecieron controles financieros y cambiarios.

Se creó una nueva casta oligarca constituida principalmente por nuevos empresarios privados, quienes mantienen vínculos directos con la cúpula del régimen venezolano y que generaron una nueva forma de economía, basada en la importación de todo tipo de productos y bienes de consumo.

Simultáneamente, se llevó a cabo la toma de la principal empresa petrolera del estado, Pdvsa, se diseñó y estableció un nuevo aparato gubernamental, conformado por nuevos ministerios, instituciones y bancos del Estado, todos a la medida del régimen.

El eficiente aparato comunicacional diseñado a imagen y semejanza del ruso, sirvió para construir una fachada democrática del régimen totalitario de Chávez; con un control electoral manipulado, se llevaron a cabo más de veinte procesos electorales, muchos de ellos viciados y en algunos casos, la oposición democrática que hace frente a la dictadura ha sido infiltrada por actores coaccionados o comprados por el régimen. Mientras tanto, para el resto del mundo Venezuela proyectaba el funcionamiento de un sistema democrático. Todo esto, sumado a un precio del barril de petróleo por encima de los 100 dólares, sirvió al régimen para sostenerse en el poder, pero también les permitió introducir el esquema de gobierno de Putin en países de la región y de Europa.

Entre los años 2003 y 2010 en Nicaragua, Ecuador, Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Argentina, tuvieron asiento gobiernos afines a la ideología planteada por Chávez, y en algunos casos, de carácter totalitario. En Bolivia se mantuvo hasta 2019 el gobierno de Evo Morales, y hoy día aún se sostienen el de Daniel Ortega en Nicaragua y el de Alberto Fernández, pieza de Cristina Fernández de Kirchner, en Argentina. Cabe destacar que, así como sucedió en Venezuela, Rusia estrechó lazos con Argentina a partir de 2010, y con Bolivia a partir de 2008, concretando acuerdos de intercambio comercial, tecnológico, y armamentista. En Europa, las relaciones entre los gobiernos de Chávez y Rodríguez Zapatero en España, dieron inicio en 2007 a un intercambio comercial, armamentista e ideológico. Hoy se pueden ver indicios de la influencia en la ideología política revolucionaria, en el gobierno de coalición Sánchez-Iglesias.

Después del fallecimiento de Hugo Chávez en 2013, con una economía arruinada por la excesiva carga pública y la falta de producción interna, además de los niveles de corrupción desbordada y, lo que podría considerarse como un Estado fallido, el gobierno que delegó Chávez en Nicolás Maduro aún se sostiene y esto es así porque continúan aplicando el mismo sistema de control totalitario, quizás llevado al extremo, pero en definitiva el mismo método de Putin.

Nicolás Maduro asumió la presidencia de Venezuela en un proceso que, al igual que los anteriores, estuvo marcado por vicios e irregularidades. Tuvo su primer contacto con Putin cuando asistió en 2013 al “2° Foro de Países Exportadores de Gas” y a partir de allí, debido a la precaria situación en la que se encontraba el país que ponía en riesgo toda forma de gobernabilidad, optó por estrechar las relaciones entre ambas naciones, y de esta manera, poder recibir el apoyo y asesoría de Moscú. Un apoyo necesario para seguir a flote en el convulsionado país. Las reuniones entre representantes de Venezuela y Rusia no han parado desde entonces. Se han hecho entre una y dos visitas al año, y por supuesto muchas conversaciones telefónicas.

El apoyo del Kremlin ha sido pleno, principalmente el diplomático, ya que buscan ejercer presión a los Estados democráticos que apoyan al sector opositor al régimen y que son contrarios al sistema totalitario impuesto en Venezuela. Dicha presión involucra aspectos como en el área de logística y entrenamiento de personal militar, equipamiento y armamento pesado, como las 20 unidades aéreas Sukhoi SU-30 o los Sistemas antimisiles S-400 y S-500, así como armamento liviano, como el fusil de asalto AK-103.

Asimismo, se ha suministrado al régimen de Maduro asesoría en inteligencia y comunicaciones, lo que les ha permitido rastrear, interceptar y espiar conversaciones telefónicas de lideres o miembros de la oposición, para ubicarlos, capturarlos y aplicar torturas que van desde técnicas psicológicas, hasta torturas barbáricas e inhumanas –posiblemente mencionadas en el informe de la misión de derechos humanos de la ONU emitido en septiembre pasado– para conseguir que los apresados digan o declaren lo que le conviene al régimen. Estas técnicas pueden llegar al asesinato selectivo de miembros de la oposición, para hacerlas públicas y generar terror, tanto en la población como en las organizaciones opositoras, como ocurrió con Fernando Albán, concejal miembro de un partido opositor, o Rafael Acosta Arévalo, capitán de corbeta, quien formó parte de un movimiento militar disidente.

Con el trabajo de inteligencia comunicacional han influido en los medios digitales (o electrónicos), sin coartar totalmente el acceso de la población a la información sobre hechos políticos, a fin de confundir a los usuarios y generar desinformación, apatía y restar apoyo al liderazgo opositor. Esto viene acompañado de la coerción directa a los lideres políticos opositores, por medio de amenazas u ofrecimiento de grandes sumas de dinero, para que desistan o cambien de dirección en sus acciones. Cuando es necesario, el alcance de este mecanismo de coerción puede sobrepasar las fronteras. Esto pudo verse durante las gestiones del expresidente de España Rodríguez Zapatero, como mediador en un proceso de diálogo en República Dominicana en 2018, que sirvió únicamente para que la dictadura ganase un poco más de tiempo, durante el cual siguió persiguiendo y apresando a los disidentes en el país.

Como vemos, el abanico de posibilidades que ofrece la “asesoría diplomática” rusa es muy amplio. El trabajo de inteligencia lo han utilizado para influir o intervenir directamente en muchas áreas con enfoque político. Convocar elecciones en momentos de tensión, como el proceso electoral fraudulento que llevó a cabo Maduro en 2018, el cual le permitió establecer un margen de tiempo muerto, e incluso, reafirmar su permanencia en el poder en contra de la soberanía que reside en la ciudadanía venezolana. Lo mismo intenta hacer este año en un proceso fraudulento, que ha convocado de manera írrita para el 6 de diciembre del presente año para elegir a los miembros de la Asamblea Nacional, con la infame intención de disolver el único poder institucional y democrático existente en Venezuela, la Asamblea Nacional.

Es importante resaltar el papel fundamental que tiene la comunidad internacional en el escenario geopolítico actual, puesto que, si los gobiernos democráticos del mundo libre hacen caso omiso a la magnitud de las consecuencias para Venezuela, la región e incluso el mundo, se sentarían las bases de un hecho que daría paso a la posibilidad real y tangible de que el escenario totalitario y dictatorial presente en Venezuela se desarrolle en otras naciones, ya sean de la región americana o del mundo, bajo la mirada impotente de otros gobiernos, organismos de seguridad y asociaciones de Estados.


Referencias y enlaces

-David González, Rusia anuncia apoyo militar a Venezuela. France 24.

-Emilia Rojas Sasse, Chávez y Putin: ¿aliados naturales?. DWMadeformainds.

-Jorge Serrano Torres, Servicios Secretos Rusos. Voltaire Net. Org.

-Lioman Lima, Vladimir Putin, 7 momentos que marcaron los 20 años del presidente ruso en el Kremlin. BBC News Mundo.

-Lioman Lima, ¿Qué es el modelo sirio que aplica Rusia en Venezuela y por qué está dando resultado? BBC News Mundo.

– Natalio Cosoy, ¿Con qué aliados cuenta Rusia?. BBC News Mundo.

-Norberto Paredes, Vladimir Putin: 5 Hitos que explican como el presidente de Rusia ha logrado mantenerse por más de 20 años en el poder (y uno que podría convertirlo en el líder más longevo después de Stalin). BBC News Mundo.

-Propaganda Soviética, Wikipedia, la enciclopedia libre.

-Redacción BBC Mundo, Tres claves que explican el conflicto entre Rusia y Ucrania. BBC News Mundo.

-Relaciones de España – Venezuela, Wikipedia, la enciclopedia libre.

-Reseñas de las relaciones ruso – venezolanas, Rusia – Venezuela, Portal de la embajada de la Federación Rusa en la República Bolivariana de Venezuela.

-Ricardo D., Rusia quiere ser los nuevos Estados Unidos de Euroasia. Política Internaciona.

-Steve Rosemberg, Vladimir Putin: ¿Quién es el hombre que lo llevó a la presidencia de Rusia hace 20 años?. BBC News Mundo.

-Vladimir Putin, Wikipedia, la enciclopedia libre.

 

 


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