Desde el cielo se ve árido, seco y tal vez caluroso. Esto lo pensé a 15.000 pies de altura mientras el avión descendía en Madrid. Era junio de 2017 y tenía más de 3 días viajando desde Caracas con una maleta, una visión cansada, el corazón en la mano y lágrimas en los ojos.

Días antes a mi partida, tuve que pronunciar las temibles palabras: “Llegó el momento de irme”. Son palabras que nunca pensé en decir, son cosas que nunca se me pasaron por la cabeza, es una idea que rompía todo mi esquema de vida y toda mi proyección de futuro.

No hay día en que no piense en ese día; el día en el que pensé que no volvería a ver a mi familia, el día en el cual me separaba de mi plan, el día que quemaba toda mi razón de vida.

Sin lugar a duda, mi plan era Venezuela y ¿mi motivación? lograr la democracia, junto a mi objetivo de construir una mejor patria. La política me sacó, el camino se torció y ahora hay una nueva ilusión.

Pero esta historia no va de mi salida, sino de mi llegada. La Venezuela que dejé me quitó todo: mi ilusión, mi carrera, mi casa, mi familia y mi plan de vida. Pero la Madrid que encontré me dio lo que yo pedía.

Madrid no es ese lugar que sentí cuando lo sobrevolaba y lo veía lleno de nostalgia; bueno, sí puede ser algunas veces caluroso y seco, pero dentro de esa realidad se esconde una ciudad de libertades, de trabajo, de amistades, de terrazas, de esfuerzo y de meritocracia. No es fácil empezar de cero y no es sencillo dejar todo; además, se hace mucho más complejo al haber sido un cambio no deseado pero, aunque esto fue así, Madrid es una ciudad mágica para empezar de nuevo.

El inicio de Madrid fue militar, pero el tiempo encaminó su fin último: darle oportunidad a cientos de miles de personas de empezar de cero. Tanto es así que Madrid, cuando se constituye como capital de las cortes, solo tenía unos 4.000 habitantes y pasó de esto, a tener 37.500 en tan solo 64 años (1594). Es una ciudad que se originó de la migración de cientos de personas de toda la península y que hoy en día siguen llegando, no solo de la península, sino de todas partes de mundo.

Son muchas historias, muchos caminos, los que nos han juntado aquí, pero todos tenemos la misma misión de existir en libertad, aprender cosas nuevas, formarnos, crecer, vivir y emprender.

La palabra “libertad” ahora la escuchamos mucho. Algunos la infravaloran pero, para nosotros, es la más importante. Yo, como muchos, me enamoré de esta ciudad, de su gente, de su riqueza cultural, de sus bares, de sus restaurantes, del parque del buen retiro, de su gran vía, de oso y su madroño, de sus colores y hasta de sus equipos. Pero creo que lo nos ata a esta hermosa ciudad es su libertad: la libertad de ser quien quieras ser sin que te juzguen, de pasar desapercibido si quieres hacerlo o de caminar a las 3 de la mañana si es lo que deseas, sin que te pase nada; de crecer laboralmente si así lo deseas y de tener la certeza de que con esfuerzo podrás lograr lo que te propongas.

Simplemente, mi mayor tragedia se convirtió en mi mayor aventura. La Venezuela que buscaba la encontré en la Madrid que me acoge. Tal vez la vida que tenía no la vuelva a tener, pero estoy seguro de que la vida que estoy viviendo ahora es la que quiero seguir teniendo.

Mi experiencia en Madrid ha sido enriquecedora: me ha permitido conocer a personas de casi todas las naciones europeas y americanas, he logrado trabajar y escalar de posición, he tenido la oportunidad de conocer muchas ciudades y varios países, he logrado traerme a parte de mi familia para que tengan un mejor futuro. He logrado cosas que nunca hubiese podido lograr en mi país de origen.

Sí, soy venezolano, pero también madrileño. Nunca podrán quitarme ese gentilicio y no podrán decirme que no pertenezco a esta ciudad, porque la esencia de Madrid es hacer funcionar hasta lo imposible. Si tú quieres crecer, si quieres vivir en libertad, si quieres emprender, si quieres tener familia, si quieres ser un solitario, si quieres tener mascotas, si quieres ver los mejores espectáculos, si quieres tener la oportunidad de estar al frente de tu cantante favorito, si quieres bailar en la calle, si quieres vivir en la capital con más árboles de Europa, si quieres caminar a las 3:00 de la mañana con mucha seguridad, si quieres ir de tapas, si quieres ver a los mejores clubes deportivos de Europa, si te gusta el tenis, si quieres conseguir el restaurante más antiguo abierto del mundo, si quieres tener la oportunidad de vivir sin ataduras, si quieres beber del grifo unas gotas de las mejores aguas, si quieres tener una vida fitness, si quieres tener al lado a uno de los aeropuertos con mayores conexiones de vuelos, si quieres tener todo, menos playa, Madrid es tu ciudad.

De Caracas a Madrid y de Madrid al cielo.

 


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