Ayer fue 20 de julio, día de una patria que busca un viraje de la mano del Pacto Histórico y Petro. Las narrativas de Uribe (Seguridad) y Santos (Paz) no encontraron continuador en Duque. La izquierda se apoderó del relato (Cambio) y el anunciado reinicio de los diálogos con el ELN, entre otras variaciones, ha entreabierto las posibilidades de pláticas con las FARC: ambas organizaciones repotenciadas en Venezuela y dedicadas al mercadeo de cocaína, minería ilegal, extorsión, desplazamientos forzados y otras ilicitudes.

Por supuesto que Caracas y La Habana están de plácemes ante esta decisión que buscaría, según la retórica comunista, aposentar la paz social en el territorio nacional. Tales escarceos de parlamentos, que equipararán a los narcoterroristas con las fuerzas del orden, se prevén en un país con el dinero del narcotráfico alimentando todo el conflicto interno.

No es claro cómo el presidente electo va a apaciguar ese crimen organizado transnacional, que involucra al gobierno de Maduro, su “nuevo mejor amigo”. ¿Cómo va a lidiar con una violencia de raíz típica, dinero, del capitalismo salvaje?

La descarada presencia de una escuadra de milicianos de las FARC en el centro de Tibú y sus alrededores, frontera con Venezuela, ha sido un reto contra la institucionalidad democrática del país. Hemos sido testigos atónitos de tal desfachatez, al tiempo que no nos explicamos qué sucede allí, donde el fortalecimiento y el control territorial de las FARC y el ELN, junto con otros grupos alzados en armas, son evidentes. La policía no se asomó durante los eternos minutos del video. El Ejército en cabeza de su comandante de División, apareció más tarde en el mismo sitio frente a la alcaldía, respaldado verbalmente por el alcalde municipal. Lo que sucede en Catatumbo es una impúdica representación inteligentemente promovida por redes sociales y algunos medios masivos.

Por otra parte, las neutralizaciones de alias Iván Mordisco el pasado 8 de julio en el área rural de San Vicente del Caguán, departamento del Caquetá, en el suroccidente del país y alias Roque el 17, en el Catatumbo, en respuesta a los bandoleros del video, han generado un hálito de preocupación. Es predecible una reacción de los grupos narcoterroristas que convertirán las fronteras con el Ecuador y con Venezuela en áreas de dura confrontación contra la Fuerza Pública y contra sus rivales de negocio, mientras emisarios de los carteles mexicanos intentan por todos los medios, conciliar a los narcoenemigos.

En Seguridad y Defensa, el presidente saliente entrega un país revuelto, aunque con logros significativos que tocaron a varios cabecillas emblemáticos de las FARC y el ELN, sin mencionar a alias Otoniel, gran capo equiparable a Pablo Escobar. El plan pistola actual es una emulación del mismo plan que puso en ejecución el Patrón en Medellín a finales de los años ochenta, precisamente, pagando hasta 5 millones por cada policía asesinado. El Clan del Golfo, hemos aprendido, paga hasta 3 millones de pesos por cada uniformado muerto. Y ambos carteles, el de Medellín y el del Golfo, delinquen en Antioquia, tierra de emprendimientos y negocios.

Así empieza a marchar Colombia por las sendas del nuevo gobierno socialista, con muchas dudas y expectativas y con ambos presidentes del Pacto Histórico, tanto de la Cámara de Representantes como del Senado, bien aposentados en sus curules desde ayer.

Adenda: La Unidad de Restitución de Tierras ha quedado bajo la dirección del sociólogo nasa de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD) Giovani Yule Zape, 53, quien a no dudarlo conoce las raíces de la pertenencia ancestral de las tierras, especialmente las del Cauca, territorio con las mayores extensiones de cultivos de caña, ilícitos de coca y con salida al Pacifico. Yule fue uno de los cabecillas de la minga reciente en Cali y es miembro del CRIC (Consejo Regional Indigenista del Cauca). Nos queda la inquietud sobre quiénes serán sus asesores legales inmediatos, porque finalmente, el asunto es de leyes y argumentos.


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