Esto has de saber:

cuando partas hacia los confines

últimos de tu nuevo y provisorio

lar, asegúrate de quemar tus cartas

de navegación; cerciórate bien, bota

tus brújulas

aviéntalas lejos en la espesura del

nunca más

rema con agónico ardor sin tregua

ni pausa ni clemencia hacia el centro

de ninguna parte y boga con quemante

desespero hacia los pliegues incandescentes

del país inexistente, el país que sólo habitan

los lotófagos marineros de tu terca e

insobornable imaginación febrilizadora

Cuando bogando sin esperanza alguna

sientas que te aproximas al faro que se

aleja cada vez más de tus oníricas certidumbres

rompe el vientre henchido de tu barcaza imaginaria

de modo que no se pueda calafatear y sea propicio

la inminente zozobra en encrespadas olas

irascibles que se abatan contra los arrecifes

de tus deshechas esperanzas y déjate

llevar y abandónate a las tercas honduras

que conducen a las puertas últimas del

poniente. Entonces atisbarás en lontananza

que nunca tuviste un «oikos«, que en la lengua

de Heródoto significa «hogar» en el sentido de

«casa». En verdad, en rigor, «strictu sensu»,

cuando te vayas no has de olvidar que el

verdadero país que siempre te espera nunca

existió

nadie ha regresado de él para traer noticias.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!