Todo el mundo estaba ya contando los pollos antes de nacer. Sacando cuentas de lo que iba a cantar el ex jefe de contrainteligencia chavista. Él mismo afirmó a través de su abogado el fin de semana que estaba dispuesto a enfrentar la justicia y que esperaría pacientemente que lo fueran a buscar.

Pero la realidad es otra. En un momento de distracción hizo maletas y se largó. La pregunta del millón es para dónde. Y si se piensa detenidamente, las opciones son pocas. Sin embargo, el pollo sabe que tiene en su poder pruebas que pueden facilitarle el vuelo o hacérselo más corto.

Los cuentos de camino indican que el canto del pollo es de poca importancia, pues aún no ha llegado a gallo mañanero. Sin embargo, lo que lleva bajo el ala es trascendental para dar fundamento a muchas de las cosas que ya saben en Estados Unidos. Esa debe ser su garantía y sería la carta que estaba jugando para negociar buenas condiciones antes de su viaje.

Es muy triste andar todo ese camino para terminar siendo moneda de cambio. Quizás las noticias que tiene Hugo Carvajal que contar en Washington no son las más frescas, pero todavía tiene valor lo que puede entregar, porque dicen que cuando se fue de Venezuela se llevó consigo muchas pruebas. De allí su valor.

Ahora, ¿quién está dispuesto a albergarlo para asegurarse de que esas pruebas no pierdan su relevancia y cobrar los beneficios? Porque después de anunciar a los cuatro vientos que apoyaba la causa de la libertad de Venezuela, ahora no debería echarse para atrás.

Carvajal conoce desde los inicios los negocios ilícitos que se hacían en el país, pero también debe saber que el delito de narcotráfico es muy serio y que por nada del mundo va a salir bien parado, aunque tenga mucho que ofrecer para mayores causas.

Quizás es eso lo que calibró antes de emprender la huida de un país que lo dejó vivir tranquilo por un tiempo. Debe haberse dado cuenta de que delitos como el tráfico de estupefacientes no son para tomarse a la ligera en Estados Unidos. El miedo es libre.

El paradero del Pollo es desconocido, pero en algún momento deberá aparecer. Entre cielo y tierra no hay nada oculto. Así como se sabe de los negocios ilícitos del régimen, así también se sabrá pronto dónde está Carvajal, aunque cante o no.


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