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En estos meses, cuando se aproximan las vacaciones de verano, mucha gente está deseando salir de vacaciones o viajar para visitar familiares que no han podido ver después de todos estos largos meses de encierro.

Aun cuando la vacunación empieza a controlar en algo la pandemia y los países han ido programando la apertura de sus fronteras, donde ya muchas aerolíneas empiezan a reprogramar sus vuelos, sigue habiendo mucha angustia al riesgo de contagio por volar durante tantas horas, encerrado en un avión.

Como yo también necesito salir de viaje, me he tomado la precaución de investigar un poco con la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) y la Administración Federal de Aviación (FAA), para poder completar y asegurar mucha de la información que ya sabía y que con gusto se las transcribo.

Primero quiero transmitirle tranquilidad, ya ha habido millones de operaciones aéreas desde el inicio del brote de COVID-19 y muy pocos casos de infección que hayan resultado confirmados por transmisión durante el vuelo.

Además de las previsiones de muchos países, si no todos, en solicitar con 48 horas de antelación las pruebas PCR, lo que le asegura con un alto grado de confiabilidad, que la persona sentada a su lado no está infectada, hay varias razones técnicas por las que el nivel de infección en la cabina de un avión es tan bajo, a pesar de la cantidad de horas que permanecemos encerrados en ella.

Y esto resulta por:

1- La posición del asiento: La mayor parte del tiempo a bordo se está sentado mirando hacia adelante en lugar de mirar hacia otra persona. Esto marca una gran diferencia en términos de la posibilidad de respirar el aliento expulsado por otra persona.

2- El respaldos de los asientos: Este se convierte en una barrera adicional para la propagación del COVID-19 ya que los respaldos altos actúan como una barrera sólida.

3- La orientación del flujo de aire: Las investigaciones han demostrado que el flujo de aire en una aeronave, que viaja orientada desde el techo hasta el piso, es menos conductivo para la dispersión de microgotas que en otros entornos o modos de transporte similares.

4- El intercambio de aire: Los aviones jet modernos ofrecen un alto flujo de aire y altas tasas de reemplazo, combinados con filtros de aire de partículas de alta eficiencia (HEPA) de grado hospitalario que son 99,9% más efectivos para eliminar virus, bacterias y hongos. El total del aire de la cabina del avión se cambia cada 2 a 3 minutos.

5- El uso obligatorio de la mascarilla: Según un estudio de la Universidad de Edimburgo, las mascarillas elaboradas para tal fin, pueden limitar la propagación hacia adelante de las gotas en más de un 90% al respirar, hablar, toser o estornudar.

Sé que el tener una mascarilla puesta durante tantas horas no es cómodo ni agradable, pero si quieren viajar tranquilos y con la seguridad de que el riesgo de contraer COVID-19 sea mínimo, llévenla puesta la mayor del tiempo a bordo. Evidentemente que, para comer y beber hay que quitársela, pero de resto es de uso obligatorio.

Pero, así como hay mucha gente que rechazan la vacuna, hay muchos que igualmente rehúsan el uso de la mascarilla, siendo esta de uso obligatorio en transporte público.

En los Estados Unidos la Administración Federal de Aviación (FAA), organismo adscrito al Departamento de Transporte de Estados Unidos  ha impuesto severas sanciones civiles que varían entre 7.500 y 15.500 dólares, al menos contra cuatro pasajeros de vuelos en aerolíneas por la supuesta interferencia con los auxiliares de vuelo por desobedecer las instrucciones de la tripulación de cabina, así como la violación de varias regulaciones federales.

Las acciones de sanciones anunciadas son parte de la política de tolerancia cero de la FAA para el comportamiento rebelde y peligroso de los pasajeros durante el vuelo.

Desde el 1 de enero de 2021, la FAA ha recibido aproximadamente 3.000 informes de comportamiento rebelde de los pasajeros, incluidos unos 2.300 informes de pasajeros que se niegan a cumplir con el mandato federal del uso de las mascarillas.

Los casos son los siguientes:

1- Multa por la cantidad de 15.500 dólares a un pasajero en un vuelo de JetBlue Airlines el 5 de febrero de 2021 que viajaba desde Fort Lauderdale, Florida, a Las Vegas, Nevada. La FAA alega que los asistentes de vuelo le dijeron al pasajero al menos 10 veces que usara su mascarilla sobre la boca y la nariz durante el vuelo, a menos que estuviera comiendo o bebiendo activamente. Repetidamente ignoró sus instrucciones. También bebió minibotellas de alcohol que no fueron servidas por JetBlue, lo cual va en contra de las regulaciones de la FAA.

2- Multa por la cantidad de 10.500 dólares a una mujer en un vuelo de JetBlue Airlines del 27 de febrero de 2021 desde Nueva York a Cancún, México. La FAA alega que la pasajera se negó a usar su mascarilla correctamente y en un caso se insertó el dedo en la nariz en respuesta a la instrucción de un asistente de vuelo de que la usara. La FAA alega además que gritó, usó malas palabras y se negó a leer una nota de advertencia que le envió un asistente de vuelo. Como resultado de su comportamiento perturbador, el capitán desvió el vuelo a Fort Lauderdale, Florida.

3- Multa por la cantidad de 10.300 dólares a un pasajero en un vuelo de Alaska Airlines del 3 de febrero de 2021 que iba desde Boise, Idaho, a Los Ángeles, California. La FAA alega que el pasajero fumó un cigarrillo electrónico en el baño del avión, lo que activó el sistema detector de humo del baño. La FAA alega, además, que el pasajero caminó por la cabina sin su mascarilla sobre su boca y nariz, e ignoró repetidamente las instrucciones de los asistentes de vuelo de usar su mascarilla correctamente.

4- Multa por la cantidad de 7.500 dólares a un pasajero en un vuelo de Southwest Airlines del 3 de febrero de 2021 desde Fort Myers, Florida, a Denver, Colorado. La FAA alega que el pasajero se negó repetidamente a cumplir con las instrucciones de los asistentes de vuelo de usar su mascarilla.

A diferencia de otros modos de transporte, el entorno de la cabina de la aeronave dificulta la transmisión de virus, por lo que se ha registrado un número muy bajo de incidencia de transmisión a bordo, pero es definitivamente el uso obligatorio de la mascarilla es la que nos protege a todos y es motivo de imposición de multas severas el rehusar su uso.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) y el Departamento de Transporte de Estados Unidos (DOT) recordaron al público viajero el 14 de mayo de este año que, si viaja, aún debe usar una mascarilla en los aviones, autobuses, trenes y en otras formas de transporte público que viajen hacia, dentro o fuera de Estados Unidos. También se requieren máscaras en los centros de transporte de Estados Unidos, como todas las áreas de aeropuertos y estaciones.

Por otro lado, la ley federal que rige a todos los pasajeros dentro de las aeronaves y así usted lo asume cuando compra un pasaje, prohíbe interferir con la tripulación de la aeronave, agredir físicamente o amenazar a la tripulación de la aeronave o cualquier otra persona dentro de una aeronave.

Los pasajeros están sujetos a sanciones civiles por dicho comportamiento o mala conducta, ya que esta puede amenazar la seguridad del vuelo al interrumpir o distraer a la tripulación de cabina de sus deberes de seguridad.

Además, la ley federal prevé multas pecuniarias y encarcelamiento de todo pasajero que interfieran con el desempeño de las funciones de un miembro de la tripulación, incluso el agredir o intimidar verbalmente a un miembro de la tripulación puede ser objeto de sanciones.

Por tanto, pónganse sus mascarillas para que cubran boca y nariz, pórtense bien y disfruten de su vuelo.


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