No es que le quiera robar el título a nuestro gran Nobel de literatura, Gabriel García Márquez, es simplemente que, la frase aquí mencionada, revela exactamente lo que vamos a vivir en los próximos meses.

La muerte de un proyecto sectario y lleno de populismos inoculados desde la fracción más de izquierdas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y, su último gran operador, Pedro Sánchez.

Las diatribas políticas, las culpabilidades a presidentes anteriores y la gran maquinaria propagandística del Gobierno en funciones, no ha podido parar el desangrado electoral en las encuestas.

El precio de la luz, el desgaste pandémico, el bullicio de sus socios, el desescombro de sus 39 ministros en apenas 2 años, su falta de transparencia, las mentiras repetitivas y la destrucción electoral del 4-M, han dejado al PSOE con una herida mortal.

Esta herida, que sangra mucho y no termina de detenerse, está llevando a este gobierno a plantearse alargar su supervivencia a toda costa; pero el gobierno con menos diputados de la historia democrática de España no se gobierna solo, al final, su destino está en manos de sus socios morados. Podemos es el que está presionando esa herida con mucha fuerza para que no termine de desangrarse esta terrible gestión gubernamental, porque ir a elecciones ahora puede destruir sus cimientos y transformarse en polvo cósmico, como nuestros amigos de Ciudadanos.

La verdad es que Podemos no tiene claro si debe seguir presionando la herida o soltar para no mancharse. Los cálculos son confusos debido a que, si este precio de la luz no mejora, la primera antorcha que se apaga es la morada.

Pase lo que pase, sea cuando sea, está claro que este gobierno está en estado del quinto sacramento, la extremaunción. Únicamente un milagro los salvaría de la derrota.

Por otra parte, el Partido Popular, el gran favorito, está cada vez más cerca de lograr su objetivo. Simplemente no cabe duda de que el colchón de Sánchez saldrá por la puerta de atrás del Palacio de la Moncloa, quién sabe, si el otoño que viene.

La gran verdad es que esta legislatura ha sido difícil, pero eso no exculpa la ineptitud, la mentira, el triunfalismo, la maldad y el poco interés que este gobierno ha tenido con España. El gobierno que pretendía vender humo con tumbas, ha cavado más profunda la suya creyendo que los ciudadanos son idiotas.

Se acabó este gobierno, simplemente hay que ponerle fecha de vencimiento.

 


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