“Lejos de ser actos aislados, estos crímenes se coordinaron y cometieron de conformidad con las políticas del Estado, con el conocimiento o el apoyo directo de los comandantes y los altos funcionarios del gobierno”. Esta frase debe resonar en aquellos personeros del régimen que aún tengan conciencia propia.

No debe dejarlos dormir, no debe dejarlos tranquilos. Todos y cada uno de los que aún tienen un poco de humanidad y que hayan participado en alguno de los 3.000 casos que revisó la comisión del Consejo de Derechos Humano de la ONU deben prepararse. Aunque los que no tienen escrúpulos les afirmen que nada pasará después de este informe, deben estar al tanto de que los crímenes de los que se les acusa no prescriben. Que puede que no sea mañana, pero algún día deberán rendir cuentas.

El informe sobre la implicación directa de la cúpula del régimen en la comisión de terribles crímenes de lesa humanidad es un triunfo para todas y cada una de las víctimas, para sus familiares y amigos. Pero también para todos los venezolanos que por años han luchado por demostrar la crueldad con la que los líderes rojitos han perseguido a los que se les han opuesto.

Todo queda por escrito y detallado. No hay manera de escapar de esa responsabilidad. Podrán hacerse los sordos, podrán negar con todo el cinismo del mundo que lo que dice la ONU sea cierto, pero no podrán esconderse. Cada uno de los que se menciona en este documento está marcado para siempre.

Aunque sean un número, los casos documentados por los especialistas de la ONU son apenas una parte de los crímenes que ha cometido el régimen. Quedan fuera de la cuenta lo que debe sufrir cada venezolano todos los días desde 2014. Muchas voces lo han advertido y al principio nadie quiso oír. Pero ahora hay que aprovechar para insistir en que también los que tienen que comer de la basura son víctimas.

Venezuela es tierra arrasada, pero la responsabilidad ya está establecida. Ahora les toca a los gobiernos del mundo libre no dejar que se hundan en el olvido las evidencias que recogieron los especialistas de derechos humanos. Y los venezolanos debemos agradecer a todos los que han trabajado para que esta terrible verdad tenga ahora un respaldo calificado.


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