Como se sabe, el pasado 6 de enero una turba fanatizada y violenta de republicanos ocupó por la fuerza el Capitolio de Estados Unidos para impedir la sesión solemne y protocolar de certificar los votos del Colegio Electoral que elegía a Joe Biden como presidente. Ni siquiera durante la Guerra Civil se produjo un acto vandálico de esta naturaleza. El Comité del Congreso que investiga los hechos ha requerido formalmente todas las comunicaciones de la Casa Blanca de los altos cargos del gobierno y líderes republicanos del Congreso e íntimos del expresidente Trump.

Muchos de estos se han negado a testimoniar ante el Congreso y ya se les han abierto procedimientos penales, incluyendo al ex jefe de Gabinete de Trump, Mark Meadows y al exasesor estratégico de la Casa Blanca, Steve Bannon. Otros ya han anticipado acogerse a la 5ta enmienda, para no verse obligados a incriminarse a sí mismos.

Por primera vez en la historia de Estados Unidos los secretos de la Casa Blanca se someten a una decisión judicial. El expresidente Trump alega en la demanda que “la confidencialidad de comunicaciones presidenciales protege el buen funcionamiento del gobierno y asegura un asesoramiento completo y franco para futuros presidentes”. Los jueces responden: “Si eso es todo lo que él ofrece, no es suficiente”. Un «interés generalizado en la confidencialidad” -agregan los jueces- “no es suficiente para que esta Corte deje de lado el ejercicio de funciones legislativas básicas del Congreso”. El caso va a la Corte Suprema como último recurso. Noah Feldman, el famoso constitucionalista de Yale, predice que la CSJ no encontrará méritos incluso para admitir la apelación.

Las ruedas de esta mecánica política y legal se aceleran y corren contra el tiempo ante la inminencia de las elecciones parlamentarias y de gobernadores de mitad de período en el cual tradicionalmente el ganador ha sido el partido opositor. Si esta práctica se repite, el partido Republicano, dominado por Trump, entraría en control del Congreso en 2023 y se da por descontado que paralizarían las investigaciones. De esta manera los dos principales partidos de Estados Unidos parecen estar en curso de una colisión espectacular que definirá el porvenir de la democracia en este país.

Trump, sin proponérselo, ha devenido en el líder de una nueva tendencia conservadora de Estados Unidos en contravía de las ideas que hicieron del Viejo Gran Partido (GOP) parte del sistema bipartidista. Atemorizados a que el tiempo los alcance ahora tratan de suprimir en lo posible el voto de los afroamericanos, latinos, asiáticos y descendientes de inmigrantes para sobrevivir a una ola de diversificación étnica que parece arrollarlos. Es como si quisieran detener el tiempo o cambiar su inalterable transcurrir. El asalto al Capitolio pareciera parte de esta agitación contra el tiempo que no los favorece y conscientes que esta diversidad decidió el triunfo de Biden y lo decidirá en el futuro.

El temor a California

En virtud de su avanzada tecnología, su diversidad y armonía étnica entre blancos, latinos y asiáticos, su alto nivel cultural y educativo, la comprensión colectiva del cambio climático y en general la protección del ambiente, una élite de Estados Unidos estima que California se encuentra a unos 15 años adelante del progreso de Estados Unidos, sobre todo en cuanto a las realidades que se confrontarán en este milenio. Para esta élite intelectual progresista, California es vista como el modelo.

Estas ideas sobre California enervan a líderes conservadores y no dejan de tener razones. Todos los organismos de elección de California están dominados por el partido Demócrata, incluyendo ambas cámaras legislativas, el gobernador y una abrumadora mayoría de condados y alcaldías. El partido Republicano es una fuerza minoritaria con una reducida influencia en el estado que tiende a disminuir. Analistas predicen que la abrumadora mayoría demócrata actual se ampliará con devastadoras consecuencias para la minoría. La mayor delegación Demócrata en el Congreso Nacional y en la Convención Nacional Demócrata son de California. Los dos senadores de California son demócratas, la vicepresidenta, Kamala Harris y la poderosa Nancy Pelosi, líder de la Cámara de Representantes son demócratas de California, así como varios miembros del gabinete, entre ellos el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorcas y el secretario de Salud, Xavier Becerra, ambos latinos de California.

He aquí algunas de las razones por las cuales California provoca tanto temor a la derecha extrema de Estados Unidos:

·  California tiene las leyes más laxas sobre inmigración.

·   Más de 10 millones de inmigrantes viven en California, 2.5 millones son indocumentados.

·   La Ley 1332 de California establece altas penalidades a empresas que hayan impuesto o pongan en práctica regulaciones extremas contra trabajadores inmigrantes.

·   En 2017 la Legislatura de California decretó al “Estado como Santuario” en la protección de inmigrantes indocumentados contra arrestos y deportación.

·   California es el estado con mayores restricciones al derecho de adquirir armas garantizado por la Constitución.

·   California es el estado más avanzado en el desarrollo de energía solar y con más protección del ambiente y en general en las regulaciones contra el cambio climático.

·   El gobierno estatal se ha comprometido a reducir el “greenhouse-gas emissions” en 40%, por debajo de los niveles de 1990, en desafío a republicanos que sostienen que esta protección afecta la economía.

·   Las limitaciones impuestas a la industria automovilística en cuanto a contaminación son extremas si se comparan con el resto de los estados Unidos.

·   Si el estado de California fuera un país independiente sería la quinta economía del mundo entre Alemania y Gran Bretaña, por encima de Francia, cerca Japón.

·  El PIB de California es 3 millones de millones, 200.000 millones de dólares.

·   La industria cinematográfica de Hollywood alcanzó en 2019 un récord anual de ingresos de 42.500 millones de dólares.

·   California cuenta con el mayor número de institutos de educación universitaria de Estados de la Unión.

·  El Sistema Universitario de California ha producido 61 recipientes de premios Nóbel, 63 premios de la Medalla Nacional de Ciencia y 38 ganadores del premio Pulitzer.

·  La distribución étnica en el sistema educacional de California: hispano o latino: 54.60%; blanco no hispano; 22.90%; asiático: 9.30%; otros 9.30%.

·  Es el estado que más contribuye con impuestos al presupuesto nacional y de alguna manera subsidia a la mayoría de los estados del Oeste-Medio y el Sur.

·  California exporta más de 50.000 millones de dólares en productos agrícolas.

·  California es el único exportador y suplidor en Estados Unidos de más de una docena de bienes de consumo.

·  Los gobiernos estadales han preservado su herencia española: Sacramento (capital), Los Ángeles, San Francisco, San José, San Diego, Santa Clara y muchos otros nombres del santoral católico han permanecido con sus nombres originales.

·   Cerca de 30% de los residentes de California de 5 años en adelante hablan español. El Art. XI, Sección 21 de la Constitución de California obliga al estado a que todas las leyes, decretos y regulaciones de todos los órganos oficiales sean publicados en inglés y en español.

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